20 de marzo a las 19h encuentro con Manuel Moya en Casa del Libro. Entrevista en Culturamas

Este curso despedimos el Taller de poetas en la Casa del Libro (Calle Velázquez n.8, Sevilla) a lo grande gracias a la generosidad y cercanía de Manuel Moya, quien nos hablará de poesía y de su excelente trayectoria poética, aunque su prosa es destacable igualmente. Y no es la primera vez que nos acompaña, nos presentó en su día el poemario «Salida de emergencia» y recientemente la biografía que ha realizado de Pessoa, enormemente documentada y trabajada y cuya lectura aconsejo, Pessoa, el hombre de los sueños. El aforo es libre, estáis todos invitados. También podéis verlo por Meet, para ello escribid a : aalveasanchez@gmail.com

Manuel Moya nació en Fuenteheridos (Huelva), lugar donde reside. Estudió filología hispánica en la Universidad de Sevilla.

Poeta, narrador, crítico literario, editor, traductor, ha publicado docena y media de libros de poesía con los que ha obtenido premios de relieve como Ciudad de Córdoba (1997), Ciudad de Las Palmas (2001), Leonor (2001), Fray Luis de León o más recientemente el Hermanos Machado (2014) y Vicente Núñez (2015).

Su antología Habitación con islas ha sido traducida íntegramente al francés y al portugués.

El libro de su heterónima Violeta c. Rangel «La posesión del humo» (ed. Hiperión, 1997) es propuesto como objeto de estudio en universidades españolas y norteamericanas, habiendo sido traducido al inglés, al portugués o al euskara. Como prosista ha editado varios libros de cuentos La sombra del caimán (Ed. Onuba, Huelva, 2006), finalista del premio Setenil de 2006, Caza Mayor (2014), Premio de la Crítica andaluza y finalista del Setenil, 2015, o Ningún espejo (2014) y las novelas La mano en el fuego (Ed. Calima, Palma, 2006), La tierra negra (Ed. Guadalturia, Sevilla, 2009), Majarón (Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2009), Las cenizas de abril (Alianza Ed., Madrid, 2011), relacionada con la reciente historia portuguesa (lengua a la que ha sido traducida), con la que obtuvo el premio Fernando Quiñones de novel o las más recientes Colibrí con hielo (1919), Lluvia oblicua, (2022) y Buitrera (premio Estepona de novela, 2021), (2022).

Su traducción de Libro del desasosiego de Fernando Pessoa, apareció en 2010 (Ed. Baile del Sol y Alianza, Madrid 2016), y viene a sumarse a la edición de la poesía completa de A. Caeiro (Ed. DVD, Barcelona, 2009 y Baile del Sol, Tenerife, 2016), El banquero anarquista (Ed. Berenice, Córdoba, 2011), Vasques&cía (Ed. Berencice, 2013), Libro de versos (Poesía Completa) de A. de Campos (Visor, Madrid 2015), Odas completas de Reis (Visor, Madrid, 2016), Ficciones del interludio (Alianza, Madrid, 2016), Cuentos (Ed. Páginas de espuma, Madrid, 2016), La educación del estoico (Ed. Isla de Siltolá, Sevilla, 2016)… Así como la biografía, Pessoa, el hombre de los sueños (ed. Subsuelo, 2023). Al margen de Fernando Pessoa ha traducido a autores lusófonos como José Saramago, Mia Couto, Miguel Torga, Fernando Cabrita, Paulo Kellerman, Conceiçao Lima o Lidia Jorge…así como Baudelaire, Pavese, Dino Campana, Pasolini, Sibilla Aleramo. Ha sido incluido en numerosas muestras colectivas de relato y poesía, tanto en España como en el extranjero. Más información: Manuel Moya – Wikipedia, la enciclopedia libre.

SALARIO

A cada hombre su luna y su salario,
su tanto de sal, su pobre mano
abrasada y hueca. Yo fui
con esos hombres y como uno de ellos
he vuelto a casa con la luna en los ojos.
Como cualquiera de ellos
he visto sucederse la lluvia en los plantíos
y el sol en los
últimos jaguarzos de la tarde,
cuando es la luna todavía un ojo helado.
Cada hombre tiene su luna y su prodigio,
su tormenta y su hora de estar viendo llover
impasible a la lluvia. Yo vi a los hombres,
a muchos de esos hombres llegar ante mi puerta,
llamarme por mi nombre y pues he sido
uno de esos hombres, y con ellos
dormido en el barbecho
y grabado en este tronco mi memoria
y su sazón, me vuelvo ahora,
aterido y débil en pos de mi salario.

Salario (1998)
SOBRE LOS PIRATAS QUE SE LANZAN A LAS AVENTURAS DE LAS ISLAS
En mi agenda habitan piratas misteriosos,
a veces me llaman o les llamo, son cordiales,
parecen divertirse con mis cosas y envían largas cartas
que obligo a descifrar a mi señora. Por ella sé
que son piratas que buscan un tesoro (el que yo busco),
que esperan que yo les dé una pista, cualquier pista,
las mismas que entre líneas les imploro.
HELMINTIA

Cuando llegues procura no olvidar
de dónde vienes,
a quién debes tu viaje
y a qué causa lo dedicas.

Si decides quedarte, quédate
y si partir, ahí tienes la nave.

Ahora bien, cualquiera que sea tu decisión,
el resto de tus días te sabrás equivocado
y a la vista de esos muros
tentados por el óxido,
gustarás envanecerte en el Dorado
que dejaste tantas veces escapar.

Por eso, cuando llegues
a la isla procura responder
a qué timón te debes, qué viento te empuja,
por qué, por qué viniste,
acaso así te atrevas a salvar
esa distancia entre fracaso y dignidad,
entre el águila y la presa.

Interior con islas ( Pre-Textos, 2006)


ALTO ES EL CIELO

Alto es el cielo
no para el que vuela más allá de las nubes,
ni para el que en él encubre su miedo o su arrogancia,
sino para quien se atreve a mirarlo
con ojos de inocencia, como acabado de hornear.
Alto no es quien desde el promontorio mira
a quienes pasan por debajo
o el que desde la gran muralla observa el horizonte
y juzga que todo está a sus pies,
sino el que nunca baja la mirada ante los hombres
y jamás halla fango en sus manos;
alto es quien por la calle va dejando vivas
y frescas amapolas y la luz de sus ojos
reparte entre los hombres;
no quien habla alto, ni el que a muchos habla,
ni el que imparte doctrina,
sino el que en la sucia taberna
escucha al extranjero o al sin voz,
el que duda y no halla nada sólido,
sino movimiento, tránsito.
Alto no es quien irrumpe en el templo
con voces estridentes,
sino el que en él, ensimismado,
escucha su voz que surge de una grieta;
no es alto el músico porque al sonar el instrumento
a todos complazca y de todos se sepa admirado,
sino el que al tomarlo siente cómo en él vibra el mundo
y en sus dedos la nada del aire se llena de sentido,
pájaros que vuelan hacia el norte,
nimbos tejiéndose en la aurora.
Alto el que se entrega, el que se da,
el que lleva siempre a un niño
arrullado en sus ojos, el que se rinde por amor,
el que por amor destruye el palacio,
el que perdona, el que al llegar a casa,
secándose el sudor, exclama,
bien estuvo el día, lo he vivido.

El sueño de Dakhla, Poemas de Umar Abass (III Certamen de Poesía Vicente Núñez (Algaida, 2008)

Podréis leer más poemas de El sueño de Dakhla, es un libro al que tengo un especial aprecio, en este enlace: Ariadna Laberinto (ariadna-rc.com)

Conoce el pájaro el oficio de ser pájaro

y la hierba el de ser hierba hasta pudrirse.

A la ilusión del mar cantan los ríos

y más cabal será su canto, si más pequeño.

Es la nieve el precio de diciembre

y el charco es la medida de ser charco,

consciente en la ilusión de su reflejo.

No pregona el águila ser águila,

ni la luz se cansa de ser luz

mientras el sol está en lo alto.

Más fácil es que un buitre

desgarre con su pico un corazón

que acepte, complacido, una corona.

El lago desconoce sus orillas,

pero no el peso de los patos

ni la pronta arquitectura de las nubes.

Arriba, abajo, dentro, fuera,

ahora, nunca, siempre, todo…

palabras que no evitan el frío,

que no alejan el dolor,

ni hacen retroceder la noche.

Lo frágil, lo diáfano. Lo azul maravilloso.

La piedra de molino que muele el tiempo, el agua

o la nube que pasa y roza los duraznos.

Será lo que ella quiera,

las hojas que el invierno irá pudriendo,

la lentitud, la espuma,

lo fiel, lo transparente,

el color de unos ojos dragados de esperanza.

Contigo, en ti,

nada sea en vano.

GARZAS

Como las garzas

que atraviesan en otoño el arrozal

sin dejar en él ni el más leve signo de su paso.

Como el arroyo que en invierno se estremece

y mudo se vuelve en el estío.

Así en este sendero, mi viejo Du Qiú.

Hoy, sentado sobre el trébol, junto al tilo,

me acuerdo de tu nombre, pero mire a donde mire,

nada te recuerda.

Impedimenta (Premio de Poesía Rincón de la Victoria «In memoriam Salvador Rueda, Renacimiento, 2011)

PAUL CELAN (APUNTE)

Uno nunca sabe de qué semilla ha de nacer el árbol fuerte,

qué dirección es buena cuando el fuego arrecia,

o si pasado el arroyo se aquietará el peligro

o se cebarán las llamas

sobre los cedros y los abedules,

ni si esas cuevas, donde alguna vez, amor, nos resguardamos,

se convertirán en nuestras tumbas.

Uno nunca sabe lo importante,

y huye del fuego y atraviesa los arroyos, y se aleja,

pobre zorro que sus huellas va dejando en las cenizas.

NO A LOS HOMBRES

A mi padre, a quien tanto esperaba cada tarde de mi infancia.

No los hombres
que vuelven de Hispania o de Cartago
cegados por el mirto o por el oro,
no aquéllos, cuyos torsos
perturban los jardines,
no los estrelleros, los escribas
ni el vencedor de Farsalia;
desde luego no los príncipes
ni el gladiador que volvíó a eludir la muerte,
no el impúdico tribuno, ni el hebreo
tonante, inexpresivo,
al que temí menos por su sangre
que por su misterio,
no ninguno de los dioses que dicen verdaderos
a quienes en su temor y en su codicia
tantos se encomiendan,

sino ver a mi padre
entrando solo en la ciudad
herido y sin escudo, deslumbrante.

Apuntes al natural (II Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado, Vandalia, 2013)

Pero tienes que saber que tampoco en este sitio hay una

clara salida de emergencia,

porque una ventana donde uno pueda lanzarse hacia el

vacío

no es, no puede ser, una salida de emergencia

( o sí, quizás, bueno, en fin, no estoy seguro);

una salida de emergencia es otra cosa, no sé qué, pero

otra cosa:

las nubes, el naranjo, la luz de amanecida, cuanto todo

es estreno,

el saber que no es tarde para pertenecer a algo, tierra,

tierra,

para ser una más de las cosas que suceden,

como el ladrido de un perro o el zumbido de una avispa,

y así mirar el aire como si estuvieras mirándote,

y mirar las nubes, el naranjo, la luz de amanecida, sin ya

importarte nada,

sólo eso, la luz, las nubes, sólo eso, pero no sé, repito, yo

no sé,

quizás una salida de emergencia sea otra cosa,

como cuando te agarras a algo para que no te tumbe el

viento,

o cuando estás solo y sientes la tibieza, el soplo, un

bienestar sin causa

y todo a tu redor parece en vilo, envuelto en esa luz

que se esparce por la piel como si un beso,

porque la vida, recuerda, era eso, eso que tú tocas, la

tierra,

el llanto de la tierra y su tibieza, su amasijo helado, su

vómito, su sol sobre los pinos .

Pero no sé . Llega el momento en el que no sabes nada o

lo que sabes

no es nada en lo que puedas asentarte y decirte, ufff,

aquí estamos,

he llegado a la conclusión , creo que me he asentado

en algo

desde donde puedo seguir ahondando en esta tierra,

para alguna vez caber dentro y ser adentro, adentro,

adentro….»

Salida de emergencia ( La Isla de Siltolá, 2014)

ESA, ESA LUZ

No sé si somos lo que somos

o somos ya esas sombras que lamen los arriates,

que , inquietas, trepan a las sábanas,

y suman a la tarde su saldo de tiniebla.

Pero algo sé:

fuimos esa luz que daba forma al aire,

mientras la vida corría a nuestro encuentro

como el ensayo corre bajo la plata evanescente de los álamos.

Fuimos esa luz que empedraba las calles, que se rizaba en el agua,

la luz que enhebraba las hojas, una luz que se juntaba a la sangre

y allí quedaba, como queda la escarcha en el trueco del castaño.

No te hablo de esa luz que ilumina ahora un trozo de camino

para extinguirse luego, en el primer recodo.

Ni de las otras, las que alguien apaga

en esos pueblos que cruzas en la noche

y que sólo alumbran mientras estás bajo sus haces.

Su ardiente resplandor podrá cegar,

pero acaso hayan de ser el difuso recuerdo de una luz entre tantas.

Hoy te hablo de esa luz que prende en los huesos,

la luz que chisporrotea en los ojos,

y aun cuando parezca que se fue quedando atrás,

dormida en un remanso de la piel,

ahí está, balbuceante en cada luna, temblando en cada charco,

brillando en cada pequeña brizna azul de hierba.

Hoy te hablo de esa, de esta luz,

la que entonces nos sostuvo y ahora nos sostiene.

ANTE «LA CHICA DE LA VENTANILLA

NÚMERO NUEVE» DE EDWARD HOPPER

Tal vez usted no sepa quién soy. No importa.

¿Hablo con la chica de la ventanilla número nueve?

Si es así, yo soy quien usted anda esperando.

Si no lo es, perdone, he debido equivocarme

de número o de hora. Tenga un buen día.

Mire, puedo decirle que por aquí ya amanece,

que el sol vibra entre la hierba,

que se espera un día soleado.

Mire, justo ahora suena un gallo, lo escucho aquí

a mi vera, tan tan cerca…

La vida sopla alrededor, sobre las cosas vivas,

como el ladrar de un perro o el cantar del gallo…

No sé cómo he sabido que usted no estaba bien,

que hoy, tan lejos, no le consuela el dulce mordisco

de la brisa, ni mis pobres explicaciones

acerca de la salida del sol. Bueno, qué puedo decir,

la comprendo, no siempre la poesía es infalible,

no siempre acierta con la respuesta que esperamos.

Si así fuera, yo sería hoy un hombre acabado en su ser,

como ese pájaro que vuela indiferente a sí mismo,

pero a veces la poesía no consuela, sino que muerde y muerde

y no suelta su presa. Y, mire, tal vez sea bueno que así sea.

Pero aquí ya sale el sol, señora, óigame, se lo suplico,

sale el sol,

el mismo que acaso ahora vea huir de sus mejillas

y quiero pedirle que alce esos ojos,

que hoy no entregue sus ojos a la noche,

que muerda una manzana, que sienta

en su boca esa manzana y que se vea.

Ya, ya sé que eso no le ahorrará el dolor que siente,

pero quizás le guste saber que ahora

aquí, desde tan lejos, el sol se alza sobre el campo

y canta un gallo los perros ladran a la luz.

Es posible que usted quiera saber que por aquí está amaneciendo,

que no hay un solo lugar sobre la tierra donde no amanezca

hoy, alguna vez.

Recitando el poema «Visión» de su poemario A salvo, libro que reseñé: Reseña del poemario «A salvo» de Manuel Moya | HALLARME YO EN EL MUNDO (wordpress.com)

A salvo (Premio XX Bienal de Poesía Provincia de León, Diputación de León, 2014)

VARIACIÓN SOBRE UN TEMA DE MARIO LUZI

Dime,
hacia dónde me empujas,
hacia qué territorio entre ciegas colinas,
hacia qué oscura corriente
donde hasta las más grandes piedras se ven arrastradas.
En qué lejano delta me dejas,
a qué lengua he de traducir el discurso del alba.
Yo, que no sé cómo he llegado,
yo, que no podré serviros.
No es mío este arco, no es mía esa presa,
aunque sepa apuntar con el arco,
aunque sepa abatir a mis presas.
A veces, al mirar al horizonte
soy consciente de que, por más que corra,
no lo alcanzaré,
porque el horizonte es también un espejismo,
como yo lo soy,
como lo es el arco para el animal que agoniza.

El corazón de la serpiente ( XV Premio de Poesía Vicente Núñez, Pre-Textos, 2017)

CASAS

Antes hubo siete y en todas ellas
el sueño me incendió con el fulgor de un bosque.
En unas aprendí que el invierno suele ser una estación dormida,
que tras los leños arde no sólo la savia y la madera,
sino también el tiempo y sus raíces,
la lluvia que no volverá a empaparnos,
el cielo que ya no ha de protegerte,
en otras bosquejé un rastro de hojarasca,
un río imprevisto, el color de las nubes.

En una de ellas esperé a mi padre y seguí expectante
esas briznas de luz cuando la mañana sabía a mosto y a jalea
y los pozos aún vertían pavor sobre los ojos;
aquella casa olía a medicinas y a un temblor cansado.
A niños y a lluvia,
olía a lluvia y a macetas todo el tiempo.

En otra conocí la primavera de septiembre, sus moscas y sus parras,
la mano de mi abuelo, rota y fría en el terrazo,
la voz desierta de mi hermano ausente (y Dios que se ocultaba)
que perturbaba, y cómo, los espejos. Y el exilio.
En ella conocí la vía láctea publicada en unos hombros,
el liz, la luna y los vergeles de la sangre y la aguatinta.
En ella descubrí cuán solo estaba y el efecto corrosivo de tu nombre.

La otra fue una casa diluida en otras casas
donde las estrellas guardaban todavía un sabor a tahona vieja y a letrina.

Los chicos caminábamos por un corredor sin huesos
y sobre todos cabalgaba un aire ya viciado de amapolas y periódicos.
En ella contemplaba las luces de Sevilla.
El mundo se abismaba en nuestros ojos con prontitud de albatros.
Qué altas se me hicieron desde entonces las ventanas.

Hubo otra casa. Estaba en una esquina, junto a un puesto de flores
y eso es todo, porque allí se conjuró la dicha y el geranio. Las higueras, quietas,
exhalaban su aroma de campanas, cartílagos y verbos. Y yo fui el verbo,
las lonas hinchadas desde el verbo. Y tú te me fuiste
como se va la leche en una madre.

Después vino la sombra, el grito, la oliva cangrenada,
la crucifixión, la noche, el destripado arcángel.
Y descubrí el desierto, esa casa sin techo que llevo a todas partes,
una casa excavada en el talud, bastión para el leopardo.
Un retrato donde el mar acababa en una hoguera:
dentro de unas botas, uno no era más que un trozo de carne
que cualquiera echa a los perros.

Viví bajo un naranjo. Su verde aroma me sigue desde entonces.
Tomé una calle y luego otra y en su savia exprimí
más el consuelo que el asombro. No todo era perdido.

Después vino el mar, una casa en el mar, con pálidas gaviotas
y la sensación de que el mundo era tan joven
que jamás alzaría su mano sobre mí. Un barco
apareció de pronto, tan azul, tan tuyo y nuestro,
que de pronto el sol palideció y se hizo carne
y crecieron las montañas y los dedos. La luz corría más que el agua.
La voz de un niño crepitó en la luz.

Y llegó la octava casa. Esta, sobre la que dejé mis manos y mis uñas,
la que defendí contra mí mismo y contra todos. Esta.

Esta casa, la octava, la penúltima. Sobre la que ahora
me cerca el horizonte, la de la chimenea encendida,
la del balbuceo y la harina, la del ciprés y la tarde,
la del mar al que regreso cada día,
la que sabe a tinta fresca y a potajes,
la alquilada por siempre al domador de fantasmas,
la casa que algún día me guiará al invierno,
esta casa, la de tu tibio nombre.

Publicado en el número 1 de la revista Estación Poesía

El poema «El río que pasa por mi puerta» recitado por Tomás Galindo:

Fruto de este encuentro fue esta entrevista publicada en la revista Culturamas, a la que estoy muy agradecida, al igual que a su editor de Poesía, Jesús Cárdenas Sánchez. Podéis leerla en este enlace, y también algunos poemas de sus heterónimos inéditos:

Entrevista con el poeta José Manuel Martín Portales

El pasado 15 de noviembre estuvo con nosotros en el Taller de Poetas ( Casa del Libro, C/ Velázquez) el poeta José Manuel Martín Portales, gracias a su generosidad y paciencia, y esta entrevista sobre su visión particular de la experiencia poética y de la poesía viene a ser fruto de aquel encuentro.

Agradecer a la revista Culturamas su hospitalidad y al editor de la sección de poesía, Jesús Cárdenas Sánchez.

José Manuel Martín Portales (Córdoba, 1959), ha trabajado en los diarios La Voz de Córdoba y Diario Córdoba de 1981 a 2007. Formó parte del consejo de redacción de la revista ‘San Juan de la Cruz’ de 1991 a 2014. Colabora en las revistas HELA y El Rincón del Haiku, entre otras.

Publicaciones en poesía: Lógica de la perplejidad (premio Bahía 1996) Ed. Bahía, Algeciras, Cádiz, 1997. El hombre prohibido (premio Ciudad de San Fernando) Ed. Huerga y Fierro, Madrid, 2004. El espejo vacío (premio Provincia de Guadalajara), Diputación de Guadalajara, 2004. Crítica de la nada (premio Ciudad de Toledo 2006), Ayuntamiento de Toledo, 2007. Cuaderno de la pobreza (premio Eladio Cabañero 2008) Ed. Renacimiento, Sevilla, 2008. Todavía la noche (premio Villa del Libro 2011) Fundación Jorge Guillén –col. Maravillas Concretas-, Valladolid, 2012. La lentitud de los triángulos, Ed. Detorres, Córdoba, 2013. Patio interior (premio Gabriel Celaya 2014), Diputación de Guipúzcoa, Editorial Pre-Textos. Última alambrada (premio Leonor 2016), Diputación de Soria. Intacta la alegría (premio Antonio González de Lama 2019) Ayuntamiento de León, Eolas Ediciones. Dulce inexistencia (premio Mario López 2020) Ayuntamiento de Bujalance (Córdoba).

Ensayo: La fractura relacionada. Apuntes para un pensamiento inocente de la revelación ‘sucesiva’ monoteísta, (Córdoba, 2001).

Otros premios: Villa de la Roda, Porticus, Justas Literarias de Reinosa, Aula de Poesía Pedro Antonio de Alarcón, García de la Huerta, Justas Poéticas Castellanas, Amigos de la Herradura, Flor Natural-Amantes de Teruel, Benito Pérez Galdós, Fundación Jesús Serra…

En colaboración con Vicente Haya:

Haikus de vuelo mágico (Ed. Azul. Barcelona, 2005)

El monje desnudo (Ed. Miraguano. Barcelona, 2006)

99 Haikus de Mu-I (Mandala Ediciones. Madrid, 2010)

El Dios de la perplejidad (Ed. Herder. Barcelona, 2010)

Con Agustín Iglesias: Noche oscura ¡ahora!, obra de teatro estrenada en Valencia por la compañía Guirigai en octubre de 2013.

Con Pedro Villarejo: Amor impaciente. Diccionario poético de San Juan de la Cruz (Ed. Monte Carmelo, 2014.

Entrevista a José Manuel Martín Portales – Culturamas

Taller de poetas: Claudio Rodríguez

I

Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!
Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?
Y, sin embargo – esto es un don -, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.

                        II

Yo me pregunto a veces si la noche

se cierra al mundo para abrirse o si algo

la abre tan de repente que nosotros

no llegamos a su alba, al alba al raso

que no desaparece porque nadie

la crea: ni la luna, ni el sol claro.

Mi tristeza tampoco llega a verla

tal como es, quedándose en los astros

cuando en ellos el día es manifiesto

y no revela que en la noche hay campos

de intensa amanecida apresurada

no en germen, en luz plena, en albos pájaros.

Algún vuelo estará quemando el aire,

no por ardiente sino por lejano.

Alguna limpidez de estrella bruñe

los pinos, bruñirá mi cuerpo al cabo.

¿Qué puedo hacer sino seguir poniendo

la vida a mil lanzadas del espacio?

Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto,

un resplandor aéreo, un día vano

para nuestros sentidos, que gravitan

hacia arriba y no ven ni oyen abajo.

Como es la calma un yelmo para el río

así el dolor es brisa para el álamo.

Así yo estoy sintiendo que las sombras

abren su luz, la abren, la abren tanto,

que la mañana surge sin principio

ni fin, eterna ya desde el ocaso.

                        III

La encina, que conserva más un rayo
de sol que todo un mes de primavera,
no siente lo espontáneo de su sombra,
la sencillez del crecimiento; apenas
si conoce el terreno en que ha brotado.
Con ese viento que en sus ramas deja
lo que no tiene música, imagina
para sus sueños una gran meseta.
Y con qué rapidez se identifica
con el paisaje, con el alma entera
de su frondosidad y de mí mismo.
Llegaría hasta el cielo si no fuera
porque aún su sazón es la del árbol.
Días habrá en que llegue. Escucha mientras
el ruido de los vuelos de las aves,
el tenue del pardillo, el de ala plena
de la avutarda, vigilante y claro.
Así estoy yo. Qué encina, de madera
más oscura quizá que la del roble,
levanta mi alegría, tan intensa
unos momentos antes del crepúsculo
y tan doblada ahora. Como avena
que se siembra a voleo y que no importa
que caiga aquí o allí si cae en tierra,
va el contenido ardor del pensamiento
filtrándose en las cosas, entreabriéndolas,
para dejar su resplandor y luego
darle una nueva claridad en ellas.
Y es cierto, pues la encina ¿qué sabría
de la muerte sin mí? ¿Y acaso es cierta
su intimidad, su instinto, lo espontáneo
de su sombra más fiel que nadie? ¿Es cierta
mi vida así, en sus persistentes hojas
a medio descifrar la primavera?

Don de la ebriedad, 1953


«A MI ROPA TENDIDA»

(El alma)

Me la están refregando, alguien la aclara.
¡Yo que desde aquel día
la eché a lo sucio para siempre, para
ya no lavarla más, y me servía!
¡Si hasta me está más justa! No la he puesto
pero ahí la veis todos, ahí, tendida,
ropa tendida al sol. ¿Quién es? ¿Qué es esto?
¿Qué lejía inmortal, y qué perdida
jabonadura vuelve, qué blancura?
Como al atardecer el cerro es nuestra ropa
desde la infancia, más y más oscura
y ved la mía ahora. ¡Ved mi ropa,
mi aposento de par en par! ¡Adentro
con todo el aire y todo el cielo encima!
¡Vista la tierra tierra! ¡Más adentro!
¡No tenedla en el patio: ahí, en la cima,
ropa pisada por el sol y el gallo,
por el rey siempre!

He dicho así a media alba
porque de nuevo la hallo,
de nuevo el aire libre sana y salva.
Fue en el río, seguro, en aquel río
donde se lava todo, bajo el puente.
Huele a la misma agua, a cuerpo mío.
¡Y ya sin mancha! ¡Si hay algún valiente,
que se la ponga! Sé que le ahogaría.
Bien sé que al pie del corazón no es blanca
pero no importa: un día…
¡Qué un día, hoy, mañana que es la fiesta!
Mañana todo el pueblo por las calles
y la conocerán, y dirán: «Esta
es su camisa, aquella, la que era
sólo un remiendo y ya no le servía.
¿Qué es este amor? ¿Quién es su lavandera?»

ALTO JORNAL

Dichoso el que un buen día sale humilde
y se va por la calle, como tantos
días más de su vida, y no lo espera
y, de pronto, ¿qué es esto?, mira a lo alto
y ve, pone el oído al mundo y oye,
anda, y siente subirle entre los pasos
el amor de la tierra, y sigue, y abre
su taller verdadero, y en sus manos
brilla limpio su oficio, y nos lo entrega
de corazón porque ama, y va al trabajo
temblando como un niño que comulga
mas sin caber en el pellejo, y cuando
se ha dado cuenta al fin de lo sencillo
que ha sido todo, ya el jornal ganado,
vuelve a su casa alegre y siente que alguien
empuña su aldabón, y no es en vano.

«PINAR AMANECIDO»

Viajero, tú nunca

te olvidarás si pisas estas tierras

del pino.

Cuánta salud, cuánto aire

limpio nos da. ¿No sientes

junto al pinar la cura,

el claro respirar del pulmón nuevo,

el fresco riego de la vida? Eso

es lo que importa. ¡Pino piñonero,

que llegue a la ciudad y sólo vea

la cercanía hermosa

del hombre! ¡Todos juntos,

pared contra pared, todos del brazo

por las calles

esperando las bodas

de corazón!

¡Que vea, vea el corro

de los niños, y oiga

la alegría!

¡Todos cogidos de la mano, todos

cogidos de la vida

en torno

de la humildad del hombre!

Es solidaridad. Ah, tú, paloma

madre: mete el buen pico,

mete el buen grano hermoso

hasta el buche a tus crías.

Y ahora, viajero,

al cantar por segunda vez el gallo,

ve al pinar y allí espérame.

Bajo este coro eterno

de las doncellas de la amanecida,

de los fiesteros mozos del sol cárdeno,

tronco a tronco, hombre a hombre,

pinar, ciudad, cantemos:

que el amor nos ha unido

pino por pino, casa

por casa.

Nunca digamos la verdad en esta

sagrada hora del día.

Pobre de aquel que mire

y vea claro, vea

entrar a saco en el pinar la inmensa

justicia de la luz, esté en el sitio

que a la ciudad ha puesto la audaz horda

de las estrellas, la implacable hueste

del espacio.

Pobre de aquel que vea

que lo que une es la defensa, el miedo.

¡Un paso al frente el que ose

mirar la faz de la pureza, alzarle

la infantil falda casta

a la alegría!

Que sutil añagaza, ruin chanchullo,

bien adobado cebo

de la apariencia.

¿Dónde el amor, dónde el valor, sí, dónde

la compañía? Viajero,

sigue cantando la amistad dichosa

en el pinar amaneciente. Nunca

creas esto que he dicho:

canta y canta. Tú, nunca

digas por estas tierras

que hay poco amor y mucho miedo siempre.

Conjuros, 1958

Entrevista que le realiza nuestra querida escritora Edith Checa

GESTOS

Una mirada, un gesto,
cambiarán nuestra raza. Cuando actúa mi mano,
tan sin entendimiento y sin gobierno,
pero con errabunda resonancia,
y sondea, buscando
calor y compañía en este espacio
en donde tantas otras
han vibrado, ¿qué quiere
decir? Cuántos y cuántos gestos como
un sueño mañanero,
pasaron. Como esa
casera mueca de las figurillas
de la baraja: aunque
dejando herida o beso, sólo azar entrañable.
Más luminoso aún que la palabra,
nuestro ademán como ella
roído por el tiempo, viejo como la orilla
del río, ¿qué
significa?
¿Por qué desplaza el mismo aire el gesto
de la entrega o del robo,
el que cierra una puerta o el que la abre,
el que da luz o apaga?
¿Por qué es el mismo el giro del brazo cuando siembra
que cuando siega,
el de amor que el de asesinato?

Nosotros, tan gesteros pero tan poco alegres,
raza que sólo supo
tejer banderas, raza de desfiles,
de fantasías y de dinastías,
hagamos otras señas.
No he de leer en cada palma, en cada
movimiento, como antes. No puedo ahora frenar
la rotación inmensa del abrazo
para medir su órbita
y recorrer su emocionada curva.
No, no son tiempos
de mirar con nostalgia
esa estela infinita del paso de los hombres.
Hay mucho que olvidar
y más aún que esperar. Tan silencioso
como el vuelo del búho, un gesto claro,
de sencillo bautizo,
dirá, en un aire nuevo,
su nueva significación, su nuevo
uso. Yo solo, si es posible,
pido, cuando me llegue la hora mala,
la hora de echar de menos tantos gestos queridos,
tener fuerza, encontrarlos
como quien halla un fósil
(acaso una quijada aún con el beso trémulo)
de una raza extinguida.

AJENO

Largo se le hace el día a quien no ama
y él lo sabe. Y él oye ese tañido
corto y duro del cuerpo, su cascada
canción, siempre sonando a lejanía.
Cierra su puerta y queda bien cerrada;
sale y, por un momento, sus rodillas
se le van hacia el suelo. Pero el alba,
con peligrosa generosidad,
le refresca y le yergue. Está muy clara
su calle, y la pasea con pie oscuro,
y cojea en seguida porque anda
sólo con su fatiga. Y dice aire:
palabras muertas con su boca viva.
Prisionero por no querer, abraza
su propia soledad. Y está seguro,
más seguro que nadie porque nada
poseerá; y él bien sabe que nunca
vivirá aquí, en la tierra. A quien no ama,
¿cómo podemos conocer o cómo
perdonar? Día largo y aún más larga
la noche. Mentirá al sacar la llave.
Entrará. Y nunca habitará su casa.                        

De Alianza y condena, 1965

SALVACIÓN DEL PELIGRO

Esta iluminación de la materia,
con su costumbre y con su armonía,
con sol madurador,
con el toque sin calma de mi pulso,
cuando el aire entra a fondo
en la ansiedad del tacto de mis manos
que tocan sin recelo,
con la alegría del conocimiento,
esta pared sin grietas,
y la puerta maligna, rezumando,
nunca cerrada,
cuando se va la juventud, y con ella la luz,
salvan mi deuda.

Salva mi amor este metal fundido,
este lino que siempre se devana
con aguamiel,
y el cerro con palomas,
y la felicidad del cielo,
y la delicadeza de esta lluvia,
y la música del
cauce arenoso del arroyo seco,
y el tomillo rastrero en tierra ocre,
la sombra de la roca a mediodía,
la escayola, el cemento,
el zinc, el níquel,
la calidad del hierro, convertido, afinado
en acero,
los pliegues de la astucia, las avispas del odio,
los peldaños de la desconfianza,
y tu pelo tan dulce,
tu tobillo tan fino y tan bravío,
y el frunce del vestido,
y tu carne cobarde…
Peligrosa la huella, la promesa
entre el ofrecimiento de las cosas
y el de la vida.

Miserable el momento si no es canto.

LO QUE NO SE MARCHITA

                             A la niña Reyes

Estos niños que cantan y levantan

la vida,

en los corros del mundo

que no son muro sino puerta abierta

donde si una vez se entra verdaderamente

nunca se sale,

porque nunca se sale del milagro.

Aquí no hay cerraduras,

ni clavazón, ni herrajes,

ni timbres, ni aun ni quicios,

sino inocencia, libertad, destino.

Estos niños que al cielo llaman cielo

porque es muy alto,

y que al sueño lo han visto

azul celeste, con lunares blancos

bailar con un ratón entre los muebles

generosos y horribles de la infancia,

y misteriosos:

ahí, en la pata de esa mesa queda

la ilusión, hoy recuerdo,

y en el respaldo de esa silla un nido

cálido, y cruel, y virgen,

y en ese armario el resplandor del miedo

cuando, al abrirlo, nunca

se sabe si hay avispas o si hay miel,

ropa o el cielo limpio de la ropa.

Estos niños que rompen el dinero

como si fuera cáscara de huevo

y saben que los números

no saltan a la comba porque tienen las piernas

flojas, menos el tres,

y saben cómo

susurra la ceniza en los dientes del lobo.

Sí, cuántas veces, sin merecimiento,

estoy junto a este corro, junto a esta

cúpula,

junto a los niños que no tienen sombra.

Y lo oigo cantar, sólido y vivo,

y me alegra, y me acusa,

tan lleno de ternura y de secreto,

ofrecido e inútil hasta ahora

por jardines, por plazas y por calles,

hasta por

la respiración, el pulso y la caricia

precisa, el beso claro.

Contemplo ahora a la niña más pequeña:

la que pone su infancia

bajo la leña.

Hay que salvarla. Canta y baila torpemente

y hay que salvarla.

Esa delicadeza que hay en su torpeza

hay que salvarla.

Da amor: es una niña

rubia, de ojos azules, tan azules que

casi entristecen. Nunca

tuve esa luz maravillosa y cierta.

Hay que salvarte. Ven.

Acércate, no sé, no sé,

pero quiero contarte

algo que quizá nadie te ha contado,

un cuento que ahora para mí es lamento.

Ven, ven, y siente

caer la lluvia pura, como tú,

oye su son, y cómo

nos da canción a cambio

de dolor, de injusticia. Tú ven, ven,

bendito polen, dame

tu claridad, tu libertad, y ponte

más cruzado tu lazo

amarillo limón. Yo quiero, quiero

que se te mueva el pelo más, que alces

la aventura de tu cintura más,

y que tu cuerpo sea sonoro y redentor.


Y sigue el corro,

y vivo en él, en pleno mar adentro,

con estos niños,

nunca cautivo sino con semillas

feraces en el alma, mientras la lluvia cae.

Solo pido que pueda,

cuando pasen los años,

volver a entrar con el latido de ahora

en este cuerpo duradero y puro,

entrar en este corro,

en esta casa abierta para siempre.

El vuelo de la celebración,1976

                 

NUEVO DÍA

Después de tantos días sin camino y sin casa
y sin dolor siquiera y las campanas solas
y el viento oscuro como el del recuerdo
llega el de hoy.

Cuando ayer el aliento era misterio
y la mirada seca, sin resina,
buscaba un resplandor definitivo,
llega tan delicada y tan sencilla,
tan serena de nueva levadura
esta mañana…

Es la sorpresa de la claridad,
la inocencia de la contemplación,
el secreto que abre con moldura y asombro
la primera nevada y la primera lluvia
lavando el avellano y el olivo
ya muy cerca del mar.

Invisible quietud. Brisa oreando
la melodía que ya no esperaba.
Es la iluminación de la alegría
con el silencio que no tiene tiempo.
Grave placer el de la soledad.
Y no mires el mar porque todo lo sabe
cuando llega la hora
adonde nunca llega el pensamiento
pero sí el mar del alma,
pero sí este momento del aire entre mis manos,
de esta paz que me espera
cuando llega la hora
-dos horas antes de la media noche-
del tercer oleaje, que es el mío.

MANUSCRITO DE UNA RESPIRACIÓN

Y la respiración que es hondo espía

me trasluce y traspasa

no sé qué resplandor. Me está esperando

con taller y con lápida

desde el vértigo mismo de la hoja del pulmón

hasta la vena ciega

y me hiere y me ayuda

tierna en su fibra, bien cocida en limpio,

y me hilvana y me cose

con polen de la luz junto al encaje

del hilo blanco y duro del ahogo,

del suave del suspiro

mientras el cuerpo se va yendo a solas.

¿Es que voy a vivir después de tanta revelación?

La cama me remueve y me depura

con olor de marzo,

con mirada de lluvia entre los pliegues

de la sábana y un

roce de lana virgen.

La oscuridad del tórax, la cal de uva del labio,

la penumbra del hueso y la penumbra

de la saliva,

la médula espinal mal sostenida

por sus alas que duelen

cuando comienza a clarear y llega

un temblor de inocencia.

La pared medianera me da como salud, fiebre por gracia,

un desvanecimiento, un nacimiento.

¿Y quién me llama a través de ella, quién

me ha escogido, quién

me está pidiendo algo y no se entrega?

Y tú te me vas yendo,

vas y vienes y vas y estás como perdida,

como huida de nuevo

en el momento que no tiene tiempo,

y vives otra vida, a lo mejor la mía,

de un sueño en cacería que no cura

y ya no espera más, está esperando

el fruto.

Aviva el vuelo cuando ya no hay viento

aunque te vayas y no vuelvas, aunque

me pidas y te dé. Ya estás sintiendo

cómo se mecen, cómo se cimbrean

suavemente los olmos, hoja a hoja,

en las riberas de la amanecida,

con la precocidad del sufrimiento:

estás sintiendo ahora

este aire de meseta, el que más sabe,

el de tu salvación que no se oye

porque tú eres su música.

Y estás sintiendo cómo

la mayor injusticia de la vida

es el dolor del cuerpo, el del espíritu

se templa con espíritu. Y me sanas,

y yo te doy las gracias por venir

tan delicada que casi te veo.

¿Y qué voy a saber si a lo mejor mañana

es la mañana?

Casi una leyenda, 1991

Taller de poetas. «Cómo escriben los poetas»

Empezamos con entusiasmo el nuevo curso como cada año en octubre. Os dejo la programación y los profesores, ya sabéis que podéis apuntaros a clases sueltas, interesados contactad en: aalveasanchez@gmail.com.

Las clases presenciales se imparten en la librería Casa del Libro, C/Velázaquez nº 8, Sevilla, y las virtuales a través de Meet. Esperamos que os guste:

-11 de octubre de 2023 a las 19.00h encuentro virtual: «Pessoa, el hombre de los sueños» por Manuel Moya. Este encuentro con Manuel Moya sobre su biografía de Pessoa será un acto abierto a todo el público, no es necesario ser alumno del taller. Abierto y gratuito.

-25 de octubre a las 19.00h en Casa del Libro: La enfermedad y la ausencia en la poesía de Jordi Doce y Marta Agudo. Jesús Cárdenas Sánchez

-15 de noviembre a las 19.00h en Casa del Libro: Encuentro con José Manuel Martín Portales

-22 de noviembre a las 19.00h en Casa del Libro: La poesía de Andrés Sánchez Robayna. Carlos Peinado Eliot. Abierto a todo el público hasta llenar el aforo.

-13 de diciembre a las 19.00h en Casa del Libro: La poesía de Claudio Rodríguez. Ana Isabel Alvea Sánchez.

-17 de enero de 2024 a las 19.00h por Meet: Poesía española contemporánea por Jorge Díaz Martínez.

-31 de enero a las 19.00 horas por Meet: Haiku (1ª parte). Enrique Linares

-7 de febrero a las 19.00h por Meet: Haiku (2ª parte). Enrique Linares

-21 de febrero a las 19.00h en Casa del Libro: La poesía de Julio Cortázar. Elena Marqués Núñez

-13 de marzo a las 19h en Casa del Libro: La poesía de Hilde Domin. Miriam Palma Ceballos.

-20 de marzo a las 19h en Casa del Libro: La poesía de Rafael Cadenas. Ana Isabel Alvea Sánchez

Ampliamos información a continuación sobre los profesores:

Miércoles 11 de octubre a las 19 horas ( por Meet).- «Pessoa, el hombre de los sueños».

Manuel Moya nos hablará de su biografía de Pessoa, poeta singular y excepcional. Os recomiendo la lectura de este ensayo, muy documentado y completo; en él puedes encontrar fragmentos de cartas, de su diario personal, del Libro del desasosiego y de los poemas; además, relaciona la vida del poeta con sus textos, reflexiona sobre temas importantes -como los heterónimos- y lo mejor es lo emocionante que resulta y el entusiasmo que provoca al lector.

Manuel Moya nació en Fuenteheridos (Huelva), lugar donde reside. Estudió filología hispánica en la Universidad de Sevilla.

Poeta, narrador, crítico literario, editor, traductor, ha publicado docena y media de libros de poesía con los que ha obtenido premios de relieve como Ciudad de Córdoba (1997), Ciudad de Las Palmas (2001), Leonor (2001), Fray Luis de León o más recientemente el Hermanos Machado (2014) y Vicente Núñez (2015).

Su antología Habitación con islas ha sido traducida íntegramente al francés y al portugués.

El libro de su heterónima Violeta c. Rangel «La posesión del humo» (ed. Hiperión, 1997) es propuesto como objeto de estudio en universidades españolas y norteamericanas, habiendo sido traducido al inglés, al portugués o al euskara. Como prosista ha editado varios libros de cuentos La sombra del caimán (Ed. Onuba, Huelva, 2006), finalista del premio Setenil de 2006, Caza Mayor (2014), Premio de la Crítica andaluza y finalista del Setenil, 2015, o Ningún espejo (2014) y las novelas La mano en el fuego (Ed. Calima, Palma, 2006), La tierra negra (Ed. Guadalturia, Sevilla, 2009), Majarón (Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2009), Las cenizas de abril (Alianza Ed., Madrid, 2011), relacionada con la reciente historia portuguesa (lengua a la que ha sido traducida), con la que obtuvo el premio Fernando Quiñones de novel o las más recientes Colibrí con hielo (1919), Lluvia oblicua, (2022) y Buitrera (premio Estepona de novela, 2021), (2022).

Su traducción de Libro del desasosiego de Fernando Pessoa, apareció en 2010 (Ed. Baile del Sol y Alianza, Madrid 2016), y viene a sumarse a la edición de la poesía completa de A. Caeiro (Ed. DVD, Barcelona, 2009 y Baile del Sol, Tenerife, 2016), El banquero anarquista (Ed. Berenice, Córdoba, 2011), Vasques&cía (Ed. Berencice, 2013), Libro de versos (Poesía Completa) de A. de Campos (Visor, Madrid 2015), Odas completas de Reis (Visor, Madrid, 2016), Ficciones del interludio (Alianza, Madrid, 2016), Cuentos (Ed. Páginas de espuma, Madrid, 2016), La educación del estoico (Ed. Isla de Siltolá, Sevilla, 2016)… Así como la biografía, Pessoa, el hombre de los sueños (ed. Subsuelo, 2023). Al margen de Fernando Pessoa ha traducido a autores lusófonos como José Saramago, Mia Couto, Miguel Torga, Fernando Cabrita, Paulo Kellerman, Conceiçao Lima o Lidia Jorge…así como Baudelaire, Pavese, Dino Campana, Pasolini, Sibilla Aleramo. Ha sido incluido en numerosas muestras colectivas de relato y poesía, tanto en España como en el extranjero. Más información: Manuel Moya – Wikipedia, la enciclopedia libre.

Miércoles 25 de octubre a las 19 horas en Casa del Libro .- La enfermedad y la muerte en la poesía de Marta Agudo y Jordi Doce, por Jesús Cárdenas Sánchez.

Jesús Cárdenas Sánchez  (Alcalá de Guadaíra, 1973) es profesor de Lengua Castellana y Literatura. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla. Prosiguió con el período de Docencia del Tercer Ciclo en el Programa de Doctorado de Ciencias del Espectáculo. Máster en Formación e Investigación Literaria y Teatral en el Contexto Europeo en la UNED.
Autor de los libros de poemas:  Desvestir el cuerpo ( Lastura, 2023), La luz de entre los cipreses (Sevilla, 2012), Mudanzas de lo azul (Madrid, 2013), Después de la música (Madrid, 2014), Sucesión de lunas (Sevilla, 2015), Los refugios que olvidamos (Sevilla, 2016), Raíz olvido, en colaboración con el artista plástico Jorge Mejías (Sevilla, 2017) y Los falsos días (Alhulia, 2019).
Algunos de sus poemas han sido reconocidos con premios, entre los que cabe mencionar: Primer Premio en el XVI Certamen de Poesía “José Mª De Los Santos”, 2005; Primer Premio del VI Certamen de Poesía Joven “Florencio Quintero”, 2013; Finalista del XI Concurso Literario Internacional «Ángel Ganivet», 2017; Primer Premio del XXVII Concurso Regional de Cuentos y Poesías «Isabel Ovín», 2018; Primer Premio del XIX Certamen Literario Villa de Marchena “Memorial Rosario Martín”, 2019; y Finalista del XXXIII Certamen
Andaluz de Poesía “Villa De Peligros; Segundo Premio del XXII Certamen Literario Villa de Marchena “Memorial Rosario Martín”, 2022.
Como ponente ha participado en congresos literarios celebrados en Málaga, Granada y Sevilla.
Como investigador literario, ha escrito sobre Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, Vicente Aleixandre y Ramón Gómez de la Serna, entre otros.
En la modalidad de ensayo obtuvo el Primer Premio del Certamen Literario Villa de Marchena “Memorial Rosario Martín” (2018, 2019), Accésit (2021, 2022).
Como crítico literario colabora con reseñas en diferentes revistas literarias: Clarín, Quimera, Estación Poesía, Ítaca, Piedra del molino, Exégesis, Letralia, entre otras. Es redactor jefe de la sección de poesía de Culturamas (desde agosto de 2019 hasta la fecha).

15 de noviembre a las 18.00 horas en Casa del Libro. Encuentro con el escritor José Manuel Martín Portales.

José Manuel Martín Portales (Córdoba, 1959), ha trabajado en los diarios La Voz de
Córdoba y Diario Córdoba de 1981 a 2007. Formó parte del consejo de redacción de la
revista ‘San Juan de la Cruz’ de 1991 a 2014. Colabora en las revistas HELA y El
Rincón del Haiku, entre otras.

Publicaciones en poesía: Lógica de la perplejidad (premio Bahía 1996) Ed. Bahía, Algeciras, Cádiz, 1997.
El hombre prohibido (premio Ciudad de San Fernando) Ed. Huerga y Fierro, Madrid,
2004. El espejo vacío (premio Provincia de Guadalajara), Diputación de Guadalajara, 2004.
Crítica de la nada (premio Ciudad de Toledo 2006), Ayuntamiento de Toledo, 2007.
Cuaderno de la pobreza (premio Eladio Cabañero 2008) Ed. Renacimiento, Sevilla,
2008. Todavía la noche (premio Villa del Libro 2011) Fundación Jorge Guillén –col. Maravillas Concretas-, Valladolid, 2012. La lentitud de los triángulos, Ed. Detorres, Córdoba, 2013.
Patio interior
(premio Gabriel Celaya 2014), Diputación de Guipúzcoa, Editorial Pre-
Textos. Última alambrada (premio Leonor 2016), Diputación de Soria.
Intacta la alegría (premio Antonio González de Lama 2019) Ayuntamiento de León,
Eolas Ediciones. Dulce inexistencia (premio Mario López 2020) Ayuntamiento de Bujalance (Córdoba).
Ensayo: La fractura relacionada. Apuntes para un pensamiento inocente de la revelación
sucesiva’ monoteísta, (Córdoba, 2001).
Otros premios: Villa de la Roda, Porticus, Justas Literarias de Reinosa, Aula de Poesía Pedro Antonio de Alarcón, García de la Huerta, Justas Poéticas Castellanas, Amigos de la Herradura,
Flor Natural-Amantes de Teruel, Benito Pérez Galdós, Fundación Jesús Serra…
En colaboración con Vicente Haya:
Haikus de vuelo mágico (Ed. Azul. Barcelona, 2005)
El monje desnudo (Ed. Miraguano. Barcelona, 2006)
99 Haikus de Mu-I (Mandala Ediciones. Madrid, 2010)
El Dios de la perplejidad (Ed. Herder. Barcelona, 2010)

Con Agustín Iglesias: Noche oscura ¡ahora!, obra de teatro estrenada en Valencia por la compañía Guirigai en octubre de 2013.
Con Pedro Villarejo: Amor impaciente. Diccionario poético de San Juan de la Cruz (Ed. Monte Carmelo, 2014).

Imagen tomada de : Andrés Sánchez Robayna – Cuadernos Hispanoamericanos

22 de noviembre a las 19 horas en Casa del Libro.- La poesía de Andrés Sánchez Robayna por Carlos Peinado Eliot.

Carlos Peinado Eliot. Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, de la que es actualmente Profesor titular del Departamento de Literatura Española e Hispanoamericana. Ha publicado la monografía Unidad y trascendencia. Estudio sobre la obra de José Ángel Valente, así como diversas investigaciones en torno a la obra de Valente en revistas especializadas. Es autor de estudios sobre poetas contemporáneos como Juan Ramón Jiménez, Gerardo Diego, Andrés Sánchez Robayna o Leopoldo María Panero. Ha trabajado, igualmente, sobre María Zambrano, Azorín, Chaves Nogales o Francisco Umbral. En Siruela ha editado y anotado el libro de Agustín Andreu, El Logos alejandrino. El último de sus ensayos es Tras la huella de María Zambrano. Lo sagrado en la generación poética de los 70 (publicado por la editorial granadina Comares). Además, él mismo cultiva la poesía con sus poemarios : La herrumbre herida y ¿Sangra el abismoContracciones de una Noche de Pascua..

Foto tomada de : VI Jornadas Claudio Rodríguez: música y poesía – La Opinión de Zamora (laopiniondezamora.es)

13 de diciembre a las 19 horas en Casa del Libro.- La poesía de Claudio Rodríguez por Ana Isabel Alvea Sánchez

Ana Isabel Alvea Sánchez, Diplomada en Estudios Avanzados (DEA), cursos de postgrado de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada en el 2011, con la calificación de sobresaliente con el trabajo de investigación: “El texto poético. Concepto, caracteres y métodos de análisis”. Licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada en 2008 . Licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla en 1992. Participa desde el 2012 en el Circuito Literario Andaluz o Ronda Andaluza del Libro que organiza el Centro Andaluz de las Letras.

Profesora de talleres de poesía y creación literaria desde 2011 hasta la actualidad, impartidos en bibliotecas y en la librería Casa del Libro, sobre escritura creativa, técnicas de escritura, cómo escribir poesía ( El taller de poetas), la poesía en la Literatura Universal y Poesía Española Contemporánea.

Directora y coordinadora, desde septiembre de 2010 hasta 2017, del club de lectura de poesía en  Casa del libro de Sevilla: 2010/2011  sobre poesía española desde la generación del 60 hasta la poesía de Cambio de siglo; 2011/2012 sobre poesía joven española ; 2012/ 2013 de poesía extranjera; 2015/2016 sobre poesía contemporánea española y extranjera  y 2016/2017 sobre poesía española contemporánea.

En el año 2010 impartió el taller de lectura “Mujeres poetas en la Literatura Española Contemporánea” en la Fundación María Fulmen.

Desde 2017 hasta la junio de 2023, dirige y coordina los ciclos de encuentros con poetas ,“El poeta y su voz”, en Casa del Libro de Sevilla, que tiene lugar desde octubre a junio.

Miembro del Consejo Editorial de la revista http://www.ensentidofigurado.com desde 2007 hasta 2013, colaborando en la sección de ensayo, reseñas literarias y poesía; y de la revista digital revistadisidentes Publisher Publications – Issuu.

Como crítica literaria ha publicado y publica reseñas y artículos en varias revistas: En Sentido Figurado, Espacio Habitado, Literatúrate, Luz Cultural, Revista Rótula, Culturamas, Sonograma Magazine, entre otros.

Co-antóloga- junto a Jorge Díaz Martínez- de La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces, poetas andaluces nacidos a partir de los años 80 y 90, publicado en mayo de 2012 por Ediciones en Huida.

Como poeta, próximamente verá la luz Cuando susurran los cipreses y ha publicado: Las ventanas del tiempo ( Maclein y Parker, 2022); en el 2020 el Ayuntamiento de Lodosa le publicó el poemario La pared del caracol, premiado en el Certamen poético Ángel Martínez Baigorri; en noviembre de 2017 publica Púrpura de Cristal en Torremozas; Hallarme yo en el mundo (2013) y en noviembre de 2010, Interiores, ambas en Ediciones en Huida. Participa, como premiada en la convocatoria de poesía, en la Antología “Arde en tus manos”. Asociación Cultural Myrtos. 2009 .

Participa en las siguientes antologías: De besos y versos. Antología de poesía amorosa, Los libros de Umsalúa, 2014;  Nube. Un mar de mujeres. Antología personal, de Ediciones en Huida, 2013;  Andalucía en el verso.  Biznaga de poesía andaluza. Ediciones depapel, 2012; La mujer  en la poesía Hispanomarroquí, Fundación Dos Orillas, 2009;  Versos  para derribar muros. Antología poética por Palestina. Editorial Um saloua. 2009;  Selección  2008 de la revista En Sentido Figurado   “Mar de por medio”. Bubok.2009  . Y en los  libros colectivos de relatos cortos “Entre ellos” (2002) y “Viernes de  otoño”  (2005). Padilla Libros.

Participó en el colectivo poético Entreversadas en el Festival de Perfopoesía 2016 con el recital Palabras que no pueden aparecer en un poema.

17 de enero de 2024 a las 19 horas.- Poesía española contemporánea por Jorge Díaz Martínez.

Jorge Díaz Martínez. Doctor en Teoría de la Literatura y del Arte y Literatura Comparada por la Universidad de Granada, ha sido lector de español en universidades de Asia, África y Europa. Actualmente, es profesor de enseñanza secundaria en Andalucía. Ha publicado los libros: Escribiendo mandalas (Ediciones En Huida, 2021), Transbordo. Poemas del metro de Barcelona (La Garúa, 2012), Almizcle y tabaco (Premio Arcipreste de Hita, Pre-Textos, 2005) y La piel de la memoria (Premio Vicente Núñez, Visor, 2004). Como crítico, ha seleccionado y prologado la antología Voces del nuevo siglo. Poesía española contemporánea (2014), traducida y publicada en Armenia por Hakob Simonyan. Y también, junto a Ana Isabel Alvea Sánchez: La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces (Ediciones En Huida, 2012). 

blog: http://www.jorgediazmartinez.com/

31 de enero de 2024 a las 19 horas (encuentro por Meet).- el Haiku ( 1ª parte) por Enrique Linares

Enrique Linares Martí. 1962. Valencia. Director de la gaceta de haiku HOJAS EN LA ACERA.
Socio de honor de AGHA. Ha obtenido varios premios en los concursos de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha y el primer premio al mejor haiku escrito en
valenciano en el concurso de la Librería Haiku de Barcelona. Ganador del accésit del Primer
Concurso Internacional de Haibun Albacete Ciudad de la Cuchillería. Tiene haibun publicados
en las antologías «Senderos» y «La misma luz». Dirige los programas de Radio HELA en el canal
de YouTube de Hojas en la acera. Ha participado en las antologías «Un viejo estanque»
(editorial Comares) y «Los cuatro elementos» (editorial Fundación Zen Montaña de silencio) La
música es su otra pasión. Es autor del libro: “Unas alas en mi balcón. La visita de una pareja de
cernícalos” (2021) y forma parte de los siete autores de la antología “En el envés de la hoja”,
de la editorial La isla de Siltolá. (2022).

7 de febrero de 2024 a las 19 horas (encuentro por Meet).- el Haiku (2ª parte) por Enrique Linares

21 de febrero de 2024 a las 19 horas en Casa del Libro.- La poesía de Julio Cortázar por Elena Marqués Núñez.

Elena Marqués Núñez, filóloga hispánica, máster en Estudios Avanzados de Literatura Española e Hispanoamericana, trabaja como correctora de textos en el Parlamento de Andalucía.

Como escritora ha ganado, entre otros, el III Premio de Relato Corto «Paso del Estrecho», convocado por la Fundación Cultura y Sociedad; el XV Certamen Literario «San Jorge», modalidad prosa; el V Concurso de Relatos Cortos Ciudad de Huesca; el Concurso de Cuentos «El Palais Concert y la conservación de la memoria»; el Certamen Internacional «Concha de Luz», modalidad relato, por dos años consecutivos; el V Certamen Literario del Agua, convocado por EMASESA; el I Certamen de Poesía Social CGT-León; el VIII Premio Vivendia-Villiers de libro de relatos; el XXVII Certamen Literario «Villa de Navia» y el XX Certamen de Relatos de la Fundación Gaceta. Autora de las novelas El último discurso del general Santibáñez, Versos perversos en la cubierta azul del Mato Grosso, El largo camino de tus piernasAño sabático , El juego de la invención y La casa, publicado este octubre; de los libros de relatos La nave de los locos Distintas formas de ir a la deriva, se ha atrevido también con la poesía (Lo sublime y el frío, Premio Álvaro de Tarfe) y, por qué no, el microteatro, una de cuyas obras se representó en Monforte de Lemos en 2018.Algunos de sus relatos y poemas han aparecido en distintas antologías (especialmente en Ediciones Irreverentes y M.A.R. Editor) y revistas, como Aldaba Estación Poesía. También ha prologado varios libros, novelas, libros de relatos y de poesía. Fue finalista en el XXI Premio de Novela Fernando Lara con El estúpido caso del Lycé Charlemagne,jurado en distintos concursos literarios.

Copresentadora del programa literario La Inopia de Radiópolis, y mantiene el blogwww.desde-mi-ventana.esTambién participa con sus reseñas en Culturamas, Caocultura, Doctor Goodfellow y Estado Crítico.

13 de marzo a las 19 horas en Casa del Libro .- La poesía de Hilde Domin por Miriam Palma Ceballos .

Miriam Palma Ceballos. Estudió Filología Alemana en Salamanca, y de 1986 a 1989 vivió en Colonia (Alemania). Actualmente es profesora titular de Filología Alemana en la Universidad de Sevilla, donde imparte clases de lengua y literatura alemanas y de traducción literaria. Su investigación se centra, entre otras líneas, en la escritura de autoras alemanas de los siglos XIX y XX. Su interés por el cuerpo y la expresión la ha llevado también a formarse y a ejercer como DMT (Danza movimiento terapeuta); Publicó en 2008 la traducción de la novela El baño, de la escritora japonesa afincada en Alemania Yoko Tawada. En el ámbito de su creación literaria, ha publicado La huella de las ausencias. Un relato sobre Walada (reeditado por Maclein y Parker, 2017), así como los poemarios Desnombramientos (Maclein y Parker, 2019), Ruidos. Silencio. Ruidos (Sevilla, 2012) y Exilios. Hacia el azul (Sevilla, 2015). Ha publicado poemas en las revistas Nueva Grecia, En sentido figurado, Telegráfica, Estación Poesía y en diversas antologías.

20 de marzo a las 19 horas en Casa del Libro tenemos la gran suerte de contar con la presencia del escritor onubense Manuel Moya, quien nos hablará de poesía, su escritura y trayectoria literaria.

Manuel Moya Escobar (n. FuenteheridosHuelva; 1960) es un escritor, traductor y crítico literario. Ha publicado bajo el pseudónimo Violeta C. Rangel. Estudió filología hispánica en la Universidad de Sevilla.

Poeta, narrador, crítico literario, editor, traductor, ha publicado docena y media de libros de poesía con los que ha obtenido premios de relieve como Ciudad de Córdoba (1997), Ciudad de Las Palmas (2001), Leonor (2001), Fray Luis de León o más recientemente el Hermanos Machado (2014) y Vicente Núñez (2015).

Su antología Habitación con islas ha sido traducida íntegramente al francés y al portugués.

El libro de su heterónima Violeta c. Rangel «La posesión del humo» (ed. Hiperión, 1997) es propuesto como objeto de estudio en universidades españolas y norteamericanas, habiendo sido traducido al inglés, al portugués o al euskara. Como prosista ha editado varios libros de cuentos La sombra del caimán (Ed. Onuba, Huelva, 2006), finalista del premio Setenil de 2006, Caza Mayor (2014), Premio de la Crítica andaluza y finalista del Setenil, 2015, o Ningún espejo (2014) y las novelas La mano en el fuego (Ed. Calima, Palma, 2006), La tierra negra (Ed. Guadalturia, Sevilla, 2009), Majarón (Ed. Baile del Sol, Tenerife, 2009), Las cenizas de abril (Alianza Ed., Madrid, 2011), relacionada con la reciente historia portuguesa (lengua a la que ha sido traducida), con la que obtuvo el premio Fernando Quiñones de novel o las más recientes Colibrí con hielo (1919), Lluvia oblicua, (2022) y Buitrera (premio Estepona de novela, 2021), (2022).

Su traducción de Libro del desasosiego de Fernando Pessoa, apareció en 2010 (Ed. Baile del Sol y Alianza, Madrid 2016), y viene a sumarse a la edición de la poesía completa de A. Caeiro (Ed. DVD, Barcelona, 2009 y Baile del Sol, Tenerife, 2016), El banquero anarquista (Ed. Berenice, Córdoba, 2011), Vasques&cía (Ed. Berencice, 2013), Libro de versos (Poesía Completa) de A. de Campos (Visor, Madrid 2015), Odas completas de Reis (Visor, Madrid, 2016), Ficciones del interludio (Alianza, Madrid, 2016), Cuentos (Ed. Páginas de espuma, Madrid, 2016), La educación del estoico (Ed. Isla de Siltolá, Sevilla, 2016)… Así como la biografía, Pessoa, el hombre de los sueños (ed. Subsuelo, 2023). Al margen de Fernando Pessoa ha traducido a autores lusófonos como José Saramago, Mia Couto, Miguel Torga, Fernando Cabrita, Paulo Kellerman, Conceiçao Lima o Lidia Jorge…así como Baudelaire, Pavese, Dino Campana, Pasolini, Sibilla Aleramo. Ha sido incluido en numerosas muestras colectivas de relato y poesía, tanto en España como en el extranjero. Más información en: Manuel Moya – Wikipedia, la enciclopedia libre

Consejos de Pieda Bonnett para escribir un poema

Piedad Bonnett, ganadora del Premio Nacional de Poesía en 1994, enumera diez pasos para escribir un poema.

1. Cuida el silencio que hay en ti, para que la poesía del mundo te hable.

2. Lee ensayo, novelas, textos científicos, periódicos, mucha poesía. Y lee, como aconseja Steiner, con un lápiz en la mano.

3. Está atento a la aparición de la chispa del poema. Resguárdala de los vientos, y espera a que el tiempo la convierta dentro de ti en una llamita que aspira a convertirse en llamarada.

4. Escribe con toda la tradición en la cabeza y sabiendo qué están haciendo tus contemporáneos, pero con la intención de volver a crear el mundo.

5. Recuerda que escribir un poema es también un ejercicio de honestidad. Renuncia a todo lo que sea oropel  o fuego de artificio.

6. Abandónate a lo oscuro que hay en ti, suelta las riendas de la razón, trabaja a partir de la tensión entre tus vísceras y tu cerebro.

7. Ten paciencia. Espera semanas o meses, si es necesario,  esa palabra que consideras es la precisa.

8. No olvides que todo poema, por barroco o extenso que sea, es un ejercicio de síntesis.

9. Busca la música de tu lengua, pero también la música que ese poema que estás escribiendo necesita.

10. Deja reposar el poema, ojalá semanas o meses. Corrige y rompe si es necesario.

Tomado de:

https://www.semana.com/libros/articulo/piedad-bonnett-decalogo-de-poeta-poesia-lista/62518/

Artículo sobre la poesía en el Siglo XXI de Concha García

¿Qué es la poesía? ¿Debe entenderse un poema al ser leído? ¿Puede explicarse un poema sin que se vacíe por los cuatro costados? ¿Qué temas debe tratar la poesía actual? Preguntas a las que la poetisa, Concha García, intenta dar respuesta desde la tranquilidad de la experiencia. Respuestas que invitan al lector a ‘salir del yo’ al escribir o al leer poemas. Porque la poesía sin movimiento, sin conmoción, no logra su objetivo.

https://elcorreoweb.es/aladar/poesia-en-el-siglo-xxi-BA2727267

EZRA POUND – UNA  RECAPITULACIÓN – 1918

Efectivamente, esta Retrospectiva de Ezra Pound también la tengo entre mis múltiples apuntes. Pertenece a «Ensayos literarios» de Ezra Pound, publicado en Tajamar Ediciones 2013. No es exactamente esta traducción, ni el traductor, pero sí es el mismo texto.

«Vale más presentar una sola imagen en la vida que producir obras voluminosas»

«No uses ninguna palabra superflua, ni adjetivos que no sean reveladores. No uses una expresión como tenues tierras de paz. La imagen pierde intensidad. Mezcla una abstracción con lo concreto…»

«Compórtate como un músico, un buen músico…»

«Ritmo. Creo en un ritmo absoluto, vale decir, un ritmo en la poesía que corresponda exactamente a la emoción o a la huella de la emoción que se intenta expresar. El ritmo de un poeta debe ser interpretativo, personal, infalsificado e infalsificable.»

«En lo tocante a la poesía del siglo XX… creo que irá contra el exceso, estará , como dice Hewlett, más cerca de los huesos…»

«Creo que uno escribe en verso libre solo cuando debe hacerlo, o lo que es igual, solo cuando la cosa se puede expresar en un ritmo más bello del que se podría empleando la métrica convencional, o más real, cuando participa con más energía en la emoción de la cosa, más apropiado, íntimo e interpretativo que la métrica de la poesía acentuada con regularidad…»

«Solo la emoción perdura…»

MATAR AL BUDA - crítica y difusión literaria

Traducción de José Vázquez Amaral*

Tanto se ha garabateado respecto a una nueva manera de hacer poesía, que tal vez se me perdone esta breve ojeada retrospectiva.

En la primavera o a principios del verano de 1912, «H. D.», Richard Aldington y yo decidimos que estábamos de acuerdo en los tres principios que siguen:

  1. Tratar la «cosa» directamente, ya fuese subjetiva u objetiva.
  2. Prescindir de toda palabra que no contribuyera a la presentación.
  3. En cuanto al ritmo: componer (escribir) siguiendo una secuencia análoga a la de la frase musical, y no en una secuencia de metrónomo.

Diferíamos en muchos puntos de gusto o preferencia, pero como estábamos de acuerdo respecto a estos tres puntos, pensamos que teníamos derecho a un nombre de grupo; tanto derecho, cuando menos, como algunas «escuelas» francesas presentadas por el señor Flint en el número de agosto de 1911 de la revista de Harold Monro.

Posteriormente se…

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Interesante artículo sobre la lectura y relectura

Intento ordenar papeles, carpetas, todo un material que se desborda, y en este maremágnum he encontrado un artículo publicado por Olegario González de Cardedal en el ABC el 23 de agosto de 2007, curiosamente me lo he encontrado en este blog.

Olvido García Valdés

OLVIDO GARCÍA VALDÉS nace el 2 de diciembre de 1950 en Santianes de Pravia, Asturias. Licenciada en Filología Románica por la Universidad de Oviedo y en Filosofía por la Universidad de Valladolid . Profesionalmente, ha sido catedrática de Lengua Española y Literatura en institutos de Valladolid y Toledo. Fue también directora del Instituto Cervantes  de Toulouse (Francia) y directora general del Libro y Fomento de la Lectura. Está casada con el poeta y crítico literario Miguel Casado.

Entre otros premios, se le concedió en 2007 el Premio Nacional de Poesía por Y todos estábamos vivos. También ha recibido en 2016 el Premio de las Letras de Asturias de Filosofía, Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda  (2021) y Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2022)​

Libros suyos han sido traducidos a varios idiomas.

Es asimismo autora del ensayo biográfico Teresa de Jesús (2001), de textos para catálogos de artes plásticas (Zush, Kiefer, Vicente Rojo, Tàpies, Juan Soriano, Bienal de Venecia 2001, Broto…) y de numerosos ensayos de reflexión literaria. Ha traducido La religión de mi tiempo y Larga carretera de arena de Pier Paolo Pasolini, y (en colaboración) la antología de Anna Ajmátova y Marina Tsvetáieva El canto y la ceniza, así como El resto del viaje y otros poemas, de Bernard Noël.

Ha sido codirectora de la revista Los Infolios desde 1987, y miembro del consejo editor de la hispano-portuguesa Hablar/Falar de Poesia, creada en 1996; cofundadora de El signo del gorrión, a cuyo consejo editorial perteneció durante sus diez años de vida (1992-2002).

Ha dirigido o coordinado diversos cursos, seminarios y ciclos de poesía contemporánea.

Ha formado parte del proyecto Estudios de Poética, y coordinado la página de poesía «Y todos estábamos vivos» en ABC Cultural.

Libros de Poesía:

  • El tercer jardín, Ediciones del Faro, Valladolid, 1986.
  • Exposición, Ferrol, 1990, premio Ícaro de Literatura.
  • ella, los pájaros, Diputación, Soria, 1994, premio Leonor de Poesía.
  • caza nocturna, Ave del Paraíso, Madrid, 1997.
  • Del ojo al hueso, Ave del Paraíso, Madrid, 2001.
  • Y todos estábamos vivos, Tusquets, Barcelona, 2006, premio Nacional de Poesía 2007 .
  • Lo solo del animal, Tusquets, Barcelona, 2012.
  • Confía en la gracia, Tusquets, Barcelona, 2020.

Más información de su obra: Olvido García Valdés – Wikipedia, la enciclopedia libre

Se publicó una antología, Esa polilla que delante de mí revolotea. Poesía reunida (1982-2008)- su título se corresponde con un verso de un poema de Caza nocturna- y ahora se ha publicado La caída de Ícaro, con prólogo de Amelia Gamoneda, pero no tiene poemas inéditos.

LA CAÍDA DE ÍCARO

                                                             1

                     Los atardeceres se suceden,
                                   hace frío

                     y las casas de adobe en las afueras
                                   se reflejan sobre charcos quietos.
                                   Tierra removida.

Cézanne elevó la «nature morte»
a una altura
en que las cosas exteriormente muertas
cobran vida, dice Kandinsky.

Vida es emoción.
Pero quedará de vosotros
lo que ha quedado de los hombres
que vivieron antes, previene Lucrecio.
Es poco: polvo, alguna imagen tópica
y restos de edificios.
El alma muere con el cuerpo.
El alma es el cuerpo. O tres fotografías
quedan, si alguien muere.

También un gesto inexplicable,
díscolo para los ojos, desafío,
erizado. Cuerpo es lo otro.
Irreconocible. Dolor.
Sólo cuerpo. Cuerpo es no yo.
No yo.

Lo quieto de las cosas
en el atardecer. La quietud,
por ejemplo, de los edificios.
El ensombrecimiento
mudo y apagado.

Como ojos,
dos piedras azules me miran
desde un anillo.
Los anillos
cuidadosamente extraídos
al final.
Como aquél de azabache y plata
o este otro de un pálido, pálido rosa.
Rostros y luces
nítidamente se reflejan en él.

En la noche corro por un campo
que desciende, corro entre arbustos
y choco con algo vivo
que trata de ovillarse, de encogerse.
Es un niño pequeño, le pregunto
quién es y contesta que nadie.

Esta respiración honda
y este nudo en la pelvis
que se deshace y fluye. Esto soy yo
y al mismo tiempo
dolor en la nuca y en los ojos.

Terminada la juventud,
se está a merced del miedo.

2
Verde. Verde. Agua. Marrón.
Todo mojado, embarrado.
Es invierno. Es perceptible
en el silencio y en brillos
como del aire.
Yo soy muy pequeña.

Un cuerpo caminando.
Un cuerpo solo;
lo enfermo en la piel, en la mirada.
El asombro, la dureza absoluta
en los ojos. Lo impenetrable.
La descompensación
entre lo interno y lo externo.
Un cuerpo enfermo que avanza.

Desde un interior de cristales muy amplios
contemplo los árboles.
Hay un viento ligero, un movimiento
silencioso de hojas y ramas.
Como algo desconocido
y en suspenso. Más allá.
Como una luz
sesgada y quieta. Lo verde
que hiere o acaricia. Brisa
verde. Y si yo hubiera muerto
eso sería también así.

                                          La caída de Ícaro (1982-1989)

CUANDO VOY A TRABAJAR es de noche,
después amanece poco a poco,
hace mucho frío aún.
A menudo en el cine
me parece oír lluvia azotando el tejado,
como si no hubiese lugar
donde guarecerse.
Hoy alguien en un sueño dijo:
ten, en esta garrafa
hay agua limpia, por si toma moho
la del corazón. 

—-

VERDE. Las hojas de geranio
en la luz gris de la tormenta
tiemblan, tensión
de nervadura verde oscuro.
Te mirabas las manos,
nervadura de venas; si los dedos
fueran deliciosos, decías.
Al caminar
apoyaba mi sien contra la tuya
y en la noche escuchaba
el ruiseñor y el graznido
del pavo. Indiferencia
de todo, oscuridad.
Me llamabas con voz muy baja.
Sólo un día reíste.

ella, los pájaros (1989-1992)

—-

SÓLO LO QUE HAGAS y digas
eres, incierto lo que piensas, invisible
lo que sientes dentro de ti.
¿Qué significa
dentro de ti? Nada eres si, como dicen,
no es intersubjetivamente comprobado
(al menos comprobable). Juan de la Cruz no es
más que unos poemas. Emily
Dickinson, Edgar Allan Poe, sólo palabras.
¿Qué significa
intersubjetivamente? ¿Cuántos sujetos
hacen falta? ¿Cuántos que digan
a la vez: Juan de la Cruz, Emily
Dickinson, Edgar Allan Poe son cimas
de la vida humana, cimas
de la miseria humana en este hermoso
mundo?

ESCRIBIR el miedo es escribir
despacio, con letra
pequeña y líneas separadas,
describir lo próximo, los humores,
la próxima inocencia
de lo vivo, las familiares
dependencias carnosas, la piel
sonrosada, sanguínea, las venas,
venillas, capilares


ES RARO que seamos tantos en el mundo,

tantos en esta ciudad

y que no haya nadie,

casi nadie a quien no mentir.

Ayer leía fragmentos

de prosa autobiográfica,

alguien se describía salvaje

o masoquista en un desierto

africano y hablaba con un ojo

puesto en su salvajez —así decía—

y otro puesto en Europa;

resultaba curioso

que no hubiera manera de tomárselo en serio.

Qué distinto hablaría, pensé,

una mujer, ciertas mujeres cuyos nombres

 me vinieron a la cabeza,

o que bien ese otro

modo de no contar las cosas y contarlas

que algunos hombres tienen

si no son en exceso afirmativos

o mercaderes; no mentir,

no mirarse el ombligo, no ser

delicuescente, no llegar

al decálogo.

                                 Caza nocturna (1992-1996)

FULGOR de los espinos y el musgo, casa

no hay para nadie, en los bosques

moramos

EL FRÍO que sentías por los animales

del bosque estaba en ti

                                        igual

que el miedo sube

sagrado lo que indica

que anidando en el centro

de quien lo siente corre

por las paredes de su pecho, insecto

en la pared de los patios interiores.

Del ojo al hueso (1997-2000)

CON LA LUNA de marzo llegó

la foto y todos

estábamos vivos;

palabras

de velocidad

de esa sustancia

que es veloz

y gira y se desprende;

lenta, la luna

vuelve mes a mes

EN MI CASA me escondo por si alguien

me quisiera ver que no me vea

me escondo ahora

que es diciembre con la luz

apagada

               ( ¿eres

tú quien llama a la desgracia?

-desgracia, ven- ¿eres tú?)

hedor animal de la guarida

donde el frío donde

paredes y negra

de trapos

UN ALMA pájaro vuelve y te llama,

vuelve diciéndote: ven, vamos

por el sendero este, junto al arroyo. Lo oyes

como como si el canto llegara desde lejos, sin

abrir los ojos dejas que lo repita: el sendero este

junto al arroyo. Un lugar así te parece

de cuando recios pies no hollaran aún la hierba,

de antes de que el río bajara tan oscuro y aquel cuerpo

flotara junto a varas de mimbre. Qué despacio recuerdas

y vuelves, es del gozo ese canto, no

ruiseñor ni mirlo sino otro más tuyo, pájaro

que llamara a la senda y frescura. Ya voy, ya

voy, vas a decirle, y te demoras por oírlo de nuevo.

Y todos estábamos vivos (2001-2005)

¿Qué esperas, corazón? ¿qué quieres de mí?

¿Y aquél, Zenón de Elea, que se cortó la lengua

de un mordisco

y se la escupió al tirano?

El ángel bueno el ángel

malo dice: lo soportable lo

insoportable.

Quedan como la quietud

las tomó (¿a una señal de peligro?

¿en un instante preciso de la caída

de la luz? ¿por un trabajo o alambique

interior?), en un panal de rica miel.

Del otro acepto todo lo que no

insoportablemente me desagrada

lo acepto de corazón (¿quién puede aceptar

de corazón lo insoportable, casi

–eso que no se soporta– inhumano?).

Lo que hay de único y que hace de alguien alguien no puede ser comunicado.

Algunas palabras hablan

de la actitud; tolerante es actitud

de quien puede, el otro

es tolerado. ¿Quién

eres tú?

El ángel bueno el ángel

malo dice: qué

ideología.

La historia de las mujeres muestra que la historia

ha sido tolerante con las mujeres (el peldaño

donde se desarrollaba su vida estaba

un peldaño por debajo del peldaño

donde se desarrollaba la vida de los hombres

de quienes ellas dependían). La protección

arrulla si no mata –¿será el amor?–.

El sol nos diluye nos destensa y repliega

como azucarillos nos disuelve nada

dulces, en el mar de calor nos deshacemos.

Para que algo permanezca en la memoria tiene que haberse grabado a fuego; sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria.

Los grajos junto a las ovejas es

su interés el excremento verdes

transparentes alamillos.

La voz de la pérdida dice: qué raro no volver

a oír su voz.

Le parecían ángeles

aquellos pájaros en tránsito

garzas, martinetes y garzas

al pie de la charca y la laguna.

Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero. También si dos durmieren juntos, se calentarán; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere contra el uno, dos estarán contra él; y cordón de tres dobleces no presto se rompe.

Perros merodean cerca

de un zorro, opaco

el mundo en su espesor

olores que identifican.

No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra: por tanto, sean pocas tus palabras.

¿Qué sabes de lo verde, centinela,

verde de invierno, miedo?

Sin casi mantillo brota

pura luciérnaga o savia

hueco trasluz.*

* Con la incorporación de fragmentos de Décio Pignatari, Nietzsche y el Ecclesiastés
Lo solo del animal (2006-2011).

25 de enero: encuentro con Raquel Lanseros en el Taller de poetas

El próximo miércoles 25 de enero a las 19 horas, en el Taller de poetas, tendremos un encuentro por Meet con la excelente poeta Raquel Lanseros. Quienes estén interesados escribir a: aalveasanchez@gmail.com

RAQUEL LANSEROS.- Poeta y traductora, es una de las voces más premiadas y reconocidas de la actual poesía en español. Cerca de 200 críticos de más de 100 universidades (Harvard, Oxford, Columbia o Princeton, entre ellas) la han elegido la poeta más relevante en lengua española nacida después de 1970.

Autora de los libros Leyendas del promontorio, Diario de un destello, Los ojos de la niebla, Croniria, Las pequeñas espinas son pequeñas, este último uno de los más vendidos en España en 2014, y Matria. Croniria está publicado en inglés en Estados Unidos, mientras que Diario de un destello en francés se ha publicado en Francia bajo el título de Journal d’un scintillement. En Italia ha publicado Fino a che saremo Itaca, libro recopilatorio de muchos de sus poemas. Además, a partir de su obra se han publicado en España las antologías personales La acacia roja, Un sueño dentro de un sueño y A las órdenes del viento. Su obra ha sido reunida en su totalidad en el volumen Esta momentánea eternidad.

Entre los importantes galardones que ha recibido destacan el Premio de la Crítica 2018 y el Premio Andalucía de la Crítica 2018, el Premio Unicaja de Poesía, el Premio Antonio Machado en Baeza, el Premio del Tren o el Premio Jaén de Poesía, así como un accésit del Premio Adonáis.

De su trabajo como traductora destaca su versión rimada de los poemas de amor de Edgar Allan Poe, publicada en España y El Salvador con el título Poemas de amor; su traducción de una selección de poemas de Lewis Carroll, publicada bajo el título de Poemas; y su traducción de Los ojos de Elsa, el libro más reconocido de Louis Aragon y publicado por primera vez en español. Asimismo, ha publicado obra crítica, como Poesía soy yo, una antología de poetas del siglo XX en español, editada y prologada junto a Ana Merino.

Doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura, Máster en Comunicación Social y Licenciada en Filología inglesa, su obra ha sido parcialmente traducida a numerosos idiomas, e incluida en innumerables antologías y publicaciones literarias de todo el mundo, entre las cuales Poesía ante la incertidumbre ha superado la docena de ediciones en diferentes países. Participa en talleres de creación poética, cursos, festivales y encuentros literarios por todo el mundo, a la vez que colabora con prestigiosas revistas literarias y culturales internacionales.

Forma parte permanente del proyecto literario-teatral Hijos de Mary Shelley, que reúne a poetas, novelistas, dramaturgos y músicos. Es la traductora oficial al español para el proyecto europeo Pop Science, auspiciado por la Universidad de Ginebra, el CERN y la Academia Mundial de la Poesía, del que fue seleccionada representante española.

( Información obtenida de su página web: Inicio (raquellanseros.com)

Os dejo algunos poemas suyos:

INVOCACIÓN

Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo, de la imparcialidad de hombros encogidos.
Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.

Engáñenme los cantos de sirenas
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.
Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
                       helado.

Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.

Huya yo del realismo encorsetado.
Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.

Por si vinieran tiempos de silencio.

Yago Bazal de deja ver dos horas

La luna nueva late dentro del corazón
de un hombre declarado clandestino.

Es una noche oscura como un crimen.

Yago Bazal avanza monte abajo
entre sombras azules que susurran su historia.

Porque los ideales se volvieron ceniza
hace tiempo que Yago no hace fuego.

Así, va dejando jirones de sus mejores sueños
en las plateadas jaras a su paso.

Lo recuerda muy bien.

Un búho reconoce el rostro tenso
a veces decidido a rebelarse
contra quienes lo excluyen de los seres humanos
aunque otras veces también muestra, de pronto,
el cansancio plomizo y demacrado
de una lucha sin plazo.

Hay pocos camaradas
y mucha escarcha rota.

No es la palabra frío la que agrieta la cara
ni amorata los dedos en las botas deshechas.

Es el frío de verdad.

Es el frío espeso
de esta primera Navidad después de la derrota
pegándosele al cuerpo igual que una serpiente.

En la guerra Yago había odiado las palabras.

Podía notar el pulso
tibio como la tierra
en las letras de sangre.

Sin embargo, ahora sabe
que no son las palabras quienes matan.

Cada letra es un pez en el océano,
un árbol florecido,
pero hay labios que usan las palabras
como se usa una ametralladora.

Fuera se han encendido
las farolas ausentes de la calle.

Mientras, suspira muy despacio.

El frío le acompaña como entonces.

Si cierra bien los ojos fatigados.

Yago se puede ver
trepando el muro de su propia huerta
acallando a sus perros
penetrando furtivo en su mísera casa
de trigo húmedo y ajo.

Aún puede oír el sollozo desvalido
de la mujer que ama
al verlo tan delgado y polvoriento.

Todas las noches Yago vuelve a huir monte arriba
con pocas provisiones y un beso triste quemándole los labios
con los ojos perdidos de los hombres
cuyo futuro ha sido demolido.

Todos nosotros somos ahora y para siempre
las pisadas de Yago contra la piedra helada,
yo soy el pan callado de aquella Nochebuena,
tú eres la luna oscura que le ayuda a esconderse.

Y hoy es mil novecientos treinta y nueve.

De Diario de un destello ( 2006)

Un joven poeta recuerda a su padre

Ahora ya sé que pasé por tu vida
como pasan los ríos debajo de los puentes
indiferentes, turbios, orgullosos
con la trivialidad desdibujada
de las pequeñas cosas que parecen eternas.

Muchas veces lo obvio
se oculta tras un halo de extrañeza
tras la costumbre lenta, indistinguible
del aura fugitiva de las vivencias únicas.

Es difícil saber
que la belleza abrupta del vivir cotidiano
tan desinteresada de sí misma
nacida sin clamor ni pretensiones
es en esencia tan mágica y rotunda
que resulta imposible de imitar a propósito.

Y es aún más difícil
comprender que la fiesta de las cosas sencillas
casi siempre termina
mucho antes que la voluntad del festejado.

Inmóvil vi pasar ante mis ojos
el desfile callado de tu vida
con tus sueños cansados en otoño
tus alegrías de puertas para adentro
y tus desvelos discretamente cálidos.

Creo acertar si digo
que nunca te di nada que no fuese
un préstamo a mí mismo.

Te pedí, sin embargo, tantas cosas.

Hoy, inmóvil de nuevo, asisto inerme
a este desfile amargo de tu ausencia
mientras mi corazón, dividido y atónito,
comienza a descubrir, como el poeta,
que la vida va en serio.

Te recuerdo. Hace frío
y el frío me devuelve
aquella forma tuya tan sutil
de ofrecerme a la vez un corazón errante
la suerte en un casino de Las Vegas
la lluvia indescifrable del desierto
los versos de Machado en un suburbio.

Ahora ya sé que pasé por tu vida
indolente y confiado, sin asombro,
como suelen vivir todos los hombres
que no conocen todavía la pérdida.

LA MUJER HERIDA

Solamente si alguna vez amaste
con uñas y con dientes
sin red
sin salvavidas
aciertes a entender el vértigo insondable
que se extiende a los pies del desengaño.

Ella creyó encontrar la fuente del principio
cuando lo conoció, en medio de la tierra,
sin más escudo que su piel de hombre
bruñida por el sol igual que el oro viejo.

Lo amó sin precipicios ni preguntas
tiernamente, en silencio
con esa gratitud voluptuosa
que provoca la lluvia en primavera.

Todo era tan sencillo.

Los versos inflamados de poetas infinitos
parecían seguirla a todas partes
como si el corazón se hubiera convertido
en un fiel animal domesticado.

Porque no existe nada que perdure
una noche aprendió, como tantos lo hicieran
antes y después de ella,
que el amor es un río con cataratas propias
y remansos ajenos
que siempre desemboca en el océano.

Míralo de este modo: la vida te ha enseñado
siguiendo su costumbre de incansable maestra
cómo el alma dibuja
serenas cicatrices sobre viejas heridas.

De Los ojos de la niebla (2008)

A LAS ÓRDENES DEL VIENTO

Para todos los que sienten que no están al mando

Me habría gustado ser discípula de Ícaro.

Hubiera sido hermoso festejar

las bodas de Calixto y Melibea.

Me habría gustado ser

un hitita ante la reina Nefertari

el joven Werther en Río de Janeiro

la deslumbrante dama sevillana

por la que Don José rechazó a Carmen.

Yo quisiera haber sido el huerto del poeta

con su verde árbol y su pozo blanco

el inspector fiscal

con el que conversara Maiakovski.

Me habría gustado amarte. Te lo juro.

Sólo que muchas veces la voluntad no basta.

BENDITA ALEGRÍA

Te confunden con otras, alegría:
ingenuidad, simpleza,
candidez,
inocencia.
Te subestiman con diminutivos
sucedáneo de la felicidad
eterna hermana pobre de la euforia.

Parecen no acordarse de la helada rutina,
cuando las insistencias se vacían de sangre
y el espanto aprisiona como un despeñadero.

No recojas el guante, te lo ruego,
olvida el desafío que lanza la ignorancia.
No nos dejes perdidos en medio de qué océano,
sin tu luz, alegría,
la de las manos anchas
la que convierte el alma en lugar habitable.

Desatiende el rumor de las trincheras,
la retórica vana de los oportunistas.
Tú eres el destilado de libertad más único,
el orgasmo espontáneo del espíritu.

Bienhallada alegría
la pura de sabor
la complaciente
tú que vives y reinas en el tuétano limpio
ahora y en el albor de toda hora
quédate con nosotros.

LOS HECHOS SON OKUPAS

Qué tozudez más seca
     tiene esto que llamamos realidad
                                       para entendernos.
Qué terca se revuelve contra el cielo.
La intersección más áspera donde mueren los sueños.

La he echado de mi casa innumerables veces
y siempre reaparece bajo cualquier pretexto.

Os juro, un día de éstos
       acabo cometiendo un desvarío.
No volváis nunca más, verdades como puños
no sigáis invadiendo mi morada.

Dejadme disfrutar a solas de mis pérdidas.

De Croniria (2009)

En este vídeo podemos ver a la autora hablando de su poemario «Las pequeñas espinas son pequeñas»:


Y en este enlace la poeta recitando un poema de «Las pequeñas espinas son pequeñas»:

Vídeo de Raquel Lanseros – libro: Las pequeñas espinas son pequeñas. Poesía, 2013 (conoceralautor.es)

UNA DE DOS

Quién diría que han gestado a todos los seres humanos
del planeta 
cuando de la riqueza poseen nada más un arañazo.
Acarician la piel de los ancianos.
Riegan con leche el alma de los niños.
Pintan cuadros que firman sus amantes.

Son una de cada dos personas muertas.
Una de cada dos personas vivas.
Llevan siglos mirando desde lejos las hazañas ajenas
en los escaparates de la Historia.

No es extraño que muchas desafíen las costumbres
las miradas mugrientas
  las amenazas con forma de cuchillo
     el dolor del estigma.
Un castigo es más soportable que una jaula.

Nada en ellas escapa al escrutinio de otros.
¿Cómo iban a perdonar que el pensamiento
no se pueda extirpar ni adormecer?

Dejemos de una vez los disimulos.
Ya no estamos a tiempo de tener un pasado glorioso.
Pero todo el futuro seguirá agonizando
hasta que no sea suyo lo que les pertenece.

MORENA CLARA

Estrella de plata,

la que más reluce,

¿por qué me llevas

por este calvario

llenito de cruces?

Antonio Quintero y Pascual Guillén

Fuiste una anciana de diecisiete años

porque la vida supo salvarse en ti a sí misma.

Demasiado espigada para un tiempo de luto

tú ibas

a caballo

sobre el firmamento.

El animoso monte revienta de colores.

Ya casi es primavera.

¿Quién iba a imaginar que fuera a ser la última?

Desde tu tornavoz, el apuntador dicta: Cuando se marchaba

no intentó mirarla


ni lanzó un quejío


ni le dijo adiós.

Tú sueñas con el sol sobre las tablas

como el brote comienza a bailar con el viento.

Es mayo y es España.

Mil novecientos treinta y seis el año.

Tu juventud escucha los aplausos caer

rescoldos de horizonte y manantial.

Pero ya las estrellas están brotando enfermas.

Han llegado a la era turbios hombres.

Gritan mucho y golpean los pies contra el camino.

Golondrinas sin alas, los niños dicen: ¡guerra!

Guerra, esa flor maligna

                              que brota solamente de los suelos muertos.

La noche que tendieron duró infinitos años.

Y tú, cieguecita sobre las tinieblas

a pasito lento.

No te dejaron ser

joven

ni actriz

ni libre.

Pero nunca lograron

                              hacerte maldecir tu limosna de vida

                              ni desclavarte a Dios del corazón

                               ni acallar tus susurros de inmortalidad.

Siempre tuviste diecisiete años

porque la vida nunca se resigna

y aun herida, marchita, apaleada

espera su ocasión

espera siempre

poder resucitar

morena

y clara.

LA LENGUA NECESITA UNA ESCAPADA

Descansando un momento del ruido
con la mano se aparta el sudor
agotada de utilitarismo
saturada de trivialidad
vuelve a ser el motor primigenio
que toma conciencia.

Le horrorizan los mismos epítetos
las idénticas cartas de amor
sueña con adjetivos exóticos
con orillas de verbos abiertos
alejadas del tedio mimético
y el lugar común.

El lenguaje se mira al espejo
que refleja vigor y belleza
se acaricia el armónico torso
se despoja de ropajes viejos
armoniza al concierto del cosmos
su respiración.

Durante unos instantes es libre
fuerte, joven, poderoso y pleno
sin grilletes de usuarios insulsos
sin el yugo de la menudencia
se sumerge en su lago sonoro
donde es dios del país de la idea
y reencuentra el calor de su amada
por fin, la poesía.

DESMONTANDO EL ANTROPONCENTRISMO

Que la naturaleza y usted tienen distintos planes

no es más que una obviedad

y- dicho sea de paso-

no habla a su favor que todavía no se haya dado cuenta.

Ella ve la cadena, usted el eslabón.

No la malinterprete

no es que el humano entendimiento suyo

le sea indiferente. Pero si hay que escoger

ella prefiere

la fuerza

el entusiasmo

el empuje sin desvanecimiento.

Ama los seres vivos dispuestos a luchar

para seguir estándolo.

Si acumula experiencia, sáquele partido.

Si prevé desenlaces, mejore sus posibles.

En cambio, no cometa

la niñería de dar por sentado.

¿No ha comprendido aún quién es el prestatario?

Pero no desfallezca

en tanto siga aquí

respirando

sintiendo

percibiendo

cada segundo es toda una victoria.

De Matria (2018)

Conferencia impartida por Raquel Lanseros en la Fundación March

https://canal.march.es/es/coleccion/raquel-lanseros-nupcias-incendio-con-agua-38832