Encuentro virtual con Olga Novo: 6 de abril a las 19.00 horas.

Como corona que culmina las actividades del Taller de poetas, curso 2021/2022, tenemos la suerte de contar con la presencia virtual ( a través de Meet) de la excelente poeta gallega Olga Nova. Será el miércoles 6 de abril a las 19.00 horas. Actividad gratuita. Toda persona interesada puede contactar en: aalveasanchez@gmail.com

Olga Novo nació en Vilarmao, Lugo, España, en 1975. Es doctora en Filología Gallega por la Universidad de Santiago de Compostela. Es profesora de Lengua Gallega y Literatura en el Instituto de Educación Secundaria Eduardo Blanco Amor, en Ourense. Ha publicado los poemarios: A teta sobre o sol (1996), Nós nus (1997) , A cousa vermella (2004), Cráter (2011) y Feliz idade (2019). Ha colaborado en las revistas Ólisbos, Animal, Unión Libre y Valdeleite. Premio Nacional de Poesía 2020 por su libro Feliz idade. También ha publicado libros de ensayo y colabora con varias publicaciones culturales.

Más información en : https://es.wikipedia.org/wiki/Olga_Novo

El jurado ,que le concedió el Premio Nacional de Poesía, declaró que había elegido esta obra “Por tratarse de un relato vitalista que celebra el amor y la existencia más allá del tiempo. El libro es una criatura viva que relaciona la maternidad y la muerte con una profunda presencia crítica de la memoria histórica”.

Ha destacado además que “la voz poética de Olga Novo, inconfundible y de gran potencia, conjuga autenticidad y verdad, y se distingue por su lenguaje visionario que trae a la contemporaneidad el eco ancestral de toda una tradición literaria”.

En la solapa del libro FELIZIDAD se indica:

«Felizidad es un libro misceláneo con poemas de diferentes épocas vitales de Olga Novo, pero en el que buena parte corresponde al ciclo genesíaco de madurez que va desde el engendramiento de Luna, es decir, de su hija Lúa, a la extinción de Anquises, es decir del padre, lo que, por extensión metonímica, significa la plena consagración de la vida en felizidad pero también el catastrófico abandono del mundo rural gallego.

Mucho amor y mucho dolor, pues, hay en este libro auténtico y profundo como la autora, que es lo mejor que se puede decir de él. Así, tras un inicial “Fogonazo” epistolar dirigido a su hija, la primera sección es, como dice su título, “Poesía en posición fetal”. La siguiente “La Luna bajo el negrillo” es la ceremonia de transmisión tribal de madre a hija. Y la tercera, “Zona Tigre”, es la aldea ancestral, Vilarmao, encarnada en padre. Hasta aquí, las raíces.

Luego viene la subversión sin lindes ni fronteras en la sección “De la belleza indómita”, escrita “Salvaje mente” bajo “El síndrome de Stendhal”, en la que se puede gozar como siempre y como nunca la plenitud del amor libre y libertario en “Calipso canta”. Continúa en consecuencia una sección de “Amor es” en gradación vitalista hasta el “Amour fou”, ese concepto revelado por el surrealismo que solo conoce quien lo vive o quien lo escribe como Olga. Y, para rematar, en “Harmonía fractal”, un micropoema que es una condición, una declaración, una determinación, un deseo y todo un programa para siempre: “Feliz como un helecho”. Así estoy yo y así estoy seguro que estará quien lea esta Felizidad.

Claudio Rodríguez Fer«

Podemos leer algunos poemas suyos en : https://barcelonareview.com/47/s_on.htm

Y otros poemas, de Felizidad :

Poesía polinizada (de la sección “Poesía en posición fetal”)

Aquel día

donde  la niña alucinada y la mujer de la aldea

se fundieron en una

sentí

que me atravesaba la extensa línea del pasado

como si yo fuese una puerta abierta de par en par en el bucle

              del tiempo

y viniesen a mí las esporas sutiles de las existencias

a arremolinarse alrededor

de la membrana concéntrica

del corión.

Y lloré

contemplada por treinta generaciones mías

atentas

con sus ramos de trigo y de cebada

a la polinización que dio lugar

a una amapola hormonal

de oxitocina.

Aquel día

(página 29)

…..

Lo verdadero (de la sección “Lúa bajo el álamo)

Porque no se pasa de lo posible a lo real

sino de lo imposible a lo verdadero

como decía María Zambrano intuyendo tus brazos recién nacidos

y tu inteligencia de bebé conectada solo con la verdad.

Porque no se pasa de lo posible a lo real

sino de lo imposible a lo verdadero

el amor te concibió a ti

como la poesía se allega rumiando a la mente de quien la acepta

libre y radical

a alimentarse de sus adentros

porque no se pasa de lo posible a lo real

sino de lo imposible a lo verdadero.

(página 47)

…..                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

36 cumpleaños ( de la sección “de la belleza indómita)

Me despido de la niña que fui y ya no llora

arrodillada en el templo occipital.

Bato palmas en el fuego.

Me voy a danzar a la sombra radical

de mi osamenta adulta.

Eres libre ahora

un  pájaro bebe  en las aguas tibias de tu encéfalo

un pez nuevo nace en tu musculatura

y por fin se declara  la poesía como un amor anfibio.

…Pero ahora

ah, pero ahora escucho con toda nitidez

a los treinta y seis años

la música de la resina

aquello que no oí en la tuba del silencio mientras nazco

la armonía profunda de las partículas biliares

la sangre que bombea el cielo

al abdomen de una salamandra

el delicadísimo encaje de hielo de la voz que amo

y se derrama sobre mi sino.

Sobreviví y sobrevivo porque veo la belleza y va conmigo.

Sobreviví y sobrevivo porque la belleza me ve y voy contigo.

Recital entre amigos II

Este sábado comparto poesía y amistad en un lugar tan emblemático como La Carbonería y con una compañía excelente, por su poesía y su calidad humana. Es todo un acontecimiento, pues Isabel, Remedios y Pedro proceden de distintas ciudades andaluzas. Una ocasión única para conocerlos y escucharlos, a mí me gustan mucho cómo escriben, cada cual con su estilo y voz.

Ya hicimos en diciembre un encuentro de Poesía entre amigos en Jerez de la Frontera. Lo disfrutamos bastante y terminamos bailando bulerías. Espero que en Sevilla nos sintamos igual de felices y sin lluvia.

Fue un hermoso y entrañable día, con mucho encanto. Os dejo algunas fotos que lo testimonian ( de José María Soto, el fotógrafo del grupo, talentoso me parece).

con la poeta Isabel de Rueda Rubiales
Recita Pedro Enríquez
con Isabel de Rueda y Rosa María García Barja
De izquierda a derecha Remedios Álvarez, Marian Molina, Gertrudis Rodríguez, Patricia, Manuel Saborido, Isabel de Rueda, José María Soto y Pedro Enríquez

En el programa de radio Sabihondas

Mi agradecimiento a Almudena López Molina y a Ana de Haro por su invitación a participar en este programa de radio que trata de las antologías ( de poesía, narrativa y teatro) desde el punto de vista del editor, del antólogo y del autor, muy completo e interesante. Yo colaboro hablando de la antología de poesía andaluza que coordiné con Jorge Díaz Martínez » La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces», publicada en el 2012 por Ediciones en Huida. También podréis escuchar al editor, Martín Lucía. La podéis escuchar en este enlace:

https://www.ivoox.com/sabihondas-02×22-antologias-audios-mp3_rf_84541462_1.html?fbclid=IwAR0YPczmX7Wbg7tYxfZiw74KYGYvrDhk1i4uR_pBpT_Ymprlgpd0TvGzd_g

27 de abril : Recital de Daniel García Florindo. «La infección de los días».

El próximo miércoles 27 de abril a las 19.00 horas en Casa del Libro , C/Velázquez nº 8 de Sevilla, estará con nosotros Daniel García Florindo para leer poemas de su último libro, «La infección de los días», y hablarnos de él.

Daniel García Florindo (Córdoba, 1973) es doctor en Lenguas y Culturas, y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Córdoba. Durante los años 2001 al 2007 ejerció la docencia en diversos centros de enseñanza secundaria y universitaria en Sevilla y en Lisboa (Instituto Cervantes, Lycée Français Charles Lepierre, Universidade Nova, Instituto Español Giner de los Ríos o la Consejería de Educación de la embajada de España en Lisboa, entre otras instituciones). Desde el año 2008 se dedica profesionalmente a la edición de múltiples proyectos educativos relacionados con la enseñanza de la lengua y literatura hispánica.
Como especialista de la obra poética de Juan Bernier, es autor de La poesía de Juan Bernier, diálogo vital con su tiempo (UCOPress, 2019), del estudio La compasión pagana (estudio-antología de la poesía de Juan Bernier) (Universidad de Córdoba, 2011), así como del prólogo y la edición de su Poesía completa (Pre-Textos, 2011). Esporádicamente continúa cultivando la crítica literaria en diversos medios impresos y digitales.
Es autor de los libros de poesía Amanecer en Pensilvania (rapsodias yanquis) (Ediciones En Huida, 2014) –edición ilustrada, revisada y ampliada de su primer libro Amanecer en Pennsylvania (Cuadernos de Sandua, 2001)–, Cuadernos de Lisboa (Ediciones En Huida, 2011) y Las nubes transitorias (Guadalturia-Extraversos, 2015).
Para acceder a más información sobre el autor y su obra recomendamos consultar su blog Aula poemática (aulapoematica.wordpress.com).

En la página de la editorial Cántico consta la siguientes sinopsis:

«Con La infección de los días, el autor culmina una trilogía comenzada hace una década con su segundo libro, Cuadernos de Lisboa (2011), y continuada con Las nubes transitorias (2015). Aunque estos títulos parezcan alejarse de la porosa mitología generacional desplegada en las «rapsodias yanquis» de Amanecer en Pensilvania (2014 [2001]) —su primer libro—, no dejan de mantener una preocupación existencialista y social ya presentes entonces. De hecho, en sus últimos libros se consolida una voz lírica tan personal como ecléctica para conciliar en su propuesta poética la visión de un sujeto social con su conciencia íntima. En definitiva, podemos afirmar, con palabras de Luis Bagué Quílez, que nos encontramos ante una voz poética «de insobornable autenticidad; un redoble de conciencia en una época en la que abundan los decorados de cartón piedra y los golpes de pecho […]»

La infección de los días es un evidente modelo de lirismo ante la realidad de la era pandémica. La ambivalencia del título responde, como es natural en poesía, a una plurisignificación, la que ofrece el término infección para aludir a los distintos niveles de realidades referenciadas: desde la inmersión en una pandemia sanitaria mundial o la crítica angustiada ante un escenario geopolítico enfermo, hasta la «infección» metafórica que supone la crisis sentimental de una separación. Todos estos niveles se conjugan sin estridencias en el marco internauta de nuestra era global y digital por donde, sin duda, navegan poderosamente los poemas de este impactante libro.

Francisco Onieva lo reseña en la revista Culturamas:

«La infección de los días», Daniel García Florindo – Culturamas

Libro confesional cuyos poemas fechados le otorgan la apariencia de diario. En él se integran lo íntimo y personal con las circunstancias históricas y sociales ( la pandemia de COVID-19 de trasfondo, se inicia en marzo de 2020, cuando se decretó el estado de alarma y confinamiento).

Usa el lenguaje como un puente accesible para comunicar al lector una mirada crítica a nuestra sociedad actual (denuncia ecológica, la explotación, la tragedia de la emigración, la desigualdad , los feminicidios o la crisis económica, entre otros temas), así como sus emociones, ideas y vivencias. Se cuida del retoricismo superfluo, buscando una expresión clara, concisa y esencial, sin abandonar el lirismo. Una propuesta retórica que también nos parece una propuesta política, ir a la realidad en busca de la verdad personal, de la existencia y del mundo.

Inicia el libro el poema «Infección y poética», una declaración de intenciones. En él parece fusionar, y en todo el libro, poesía y vida, al igual que los poetas del Romanticismo, y en ella la poesía es capaz de curar o salvar; coincide igualmente con los románticos en su espíritu de rebeldía , en el propósito de nadar a contracorriente.

En algunos poemas intercala las noticias de los medios de comunicación- ya sea de la radio, prensa o telediario- como un recurso para reflejar la situación social y cómo afecta al sujeto contemporáneo ( en el poema In itinere o Desempleo, por ejemplo). No falta tampoco la intertextualidad, la reiterada referencia a Eliot, a su tierra baldía y a su cruel abril; o bien las referencias a nuestra tradición literaria, como el río de Jorge Manrique, versos de Jaime Gil de Biedma; ni a las letras de canciones, como Paint it Black o Wild horses.

Desde actos o gestos cotidianos , con suma apariencia de verdad, levanta el poema en el que se desnuda un hombre que se enfrenta a una ruptura sentimental, con toda la crisis y carga emocional que ello implica, elaborando las pérdidas, la soledad y el cambio , pero dispuesto a comenzar de nuevo, con las circunstancias que a todos nos circundan y que hemos tenido y tenemos que afrontar.

No solo hay un testimonio personal y social, sino también reivindicación de un mundo en armonía con la naturaleza, más ecologista, menos violento, y con mayor respeto a los derechos humanos : Yo seguiré regando tu raíz de humanismo. Late una aspiración de nueva vida personal y el sueño de un mundo mejor para todos. En su lectura podemos tocar el dolor que atraviesa, pero infunde luz y esperanza , llegando a ser, como dice el verso del poeta Luis García Montero: Pienso que soy el dueño del minuto que falta.

GOOGLE EARTH

13 de octubre de 2020

A Pedro Roso, in memorian

Bajo la dulce lámapara

Pablo García Baena

Bajo la incandescencia de una pantalla azul

la mano inquieta mueve el timón informático

del cibernauta preso en su falso viaje.

Un intenso deseo de retorno

dirige el globo a su Ítaca imposible,

a una antigua región de la remota infancia.

..

Los países- teselas digitales-

se divisan a golpe de ratón,

y de golpe aparecen las inmensas metrópolis

de San Diego- Tijuana,

los residuos sin nombre de las masas

de Tokio, Nueva York,

Valle de México o Sâo Paulo…

..

Y Lima resquebraja las piedras de la zona de Progreso

con los niños esclavos del distrito de Carabayllo

en la espalda del mundo.

..

Acá, En Europa, el Mare Nostrum es un pozo de muerte

que arrastra las pateras naufragadas,

los restos de cayucos, las gomas de neumáticos

y los cuerpos inertes, desterrados

y escupidos del mar al primer mundo.

..

Hay pozos petrolíferos que apuñalan la Tierra.

..

Se yerguen como torres de Eiffel sobre las aguas

del lago Maracaibo o sobre las arenas

del desierto en la Arabia de los cuentos

que mutilan y matan a niñas y mujeres…

..

Al tiempo, en Ciudad Juárez la impunidad se auspicia

bajo el estado de de Chihuahua, y cruzó el río Bravo,

frontera natural que cercenó las vidas

de Óscar Martínez y su hija Valeria.

..

En Nigeria, Sudán, Somalia , Yemen…

la homofobia se extiende bajo pena de muerte.

En la calle García Lorca las paredes se ensucian

de ignominia asfixiada de cal ardiente y viva.

..

Que no haya tolerancia para la intolerancia

si el incansable dedo sondea aún esa rueda

que acerca la miseria y mezquindad humana

en el google earth. Y aunque ya nadie mire,

aunque a pocos le importe, mi querido maestro,

la compasión nos hizo siempre sabios.

..

Yo seguiré regando tu raíz de humanismo,

aunque la vida tenga un precio escaso

y surja de Times Square las manzanas podridas

con sus grandes paneles de anuncios digitales.

..

Allá están los deseos en el corazón vano de Manhattan

y un vacío de aristas fantasmales, la sombra de las torres

que separa los mundos de un planeta ultrajado.

..

El viaje infatigable, bajo la luz azul,

al fin contiene el pulso tembloroso

cuando el progreso siempre fue un regreso,

apenas aquel sueño que no corromperemos

pues bombea un amor desorbitado y un temor abisal

ahora que el futuro se detiene,

y el virus prolifera por el aire del mundo

y esta lámpara mágica se apaga.

FOTO FAMILIAR EN LA NIEVE

Mi madre ha recordado que al regresar a casa, tras una excursión familiar a Sierra Nevada, las noticias de las nueve informaban de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente. Fue un 14 de marzo de 1980, pues, aquel mismo día en que nos hicimos esta fotografía en la nieve

A mis hermanos

Es una de las pocas fotos

en las que estamos todos juntos

—yo soy un bebé en el libro de familia—,

pero aquí yo tenía ya seis años.

..

Fuimos a visitar el hielo,

la nieve de la cumbre granadina

que congeló el feliz momento.

..

Al fin, el viejo simca con cadenas

trepó la carretera del mareo,

sí, aquel 1200 tan azul,

y cesaron las curvas de aquel tiempo.

..

Cuarenta años después la imagen sigue

tenuemente borrosa en el ochenta,

pero aún la foto kodak, ámbar sepia,

permite distinguir la risa de mi padre,

la expresión de sorpresa y alegría en mi madre,

la actitud juguetona del que lanza la nieve al cielo,

del que frota sus manos adolescentes aún

eludiendo aquel frío. Es la foto más cálida

que tengo. Cabizbajo se muestra quien me sigue

o mirando aquel blanco eterno de la lámina

con sus manos hermanas —tiritando quizás—

en aquellos bolsillos de pana familiar,

..

y yo, con caperuza roja

y manos enguatadas para llevarme el hielo

a casa, pues quién iba a sospechar

de la crueldad de abril.

CARRERA DE FONDO

1 de noviembre de 2020

Que la vida iba en serio

ya lo había entendido aún demasiado joven

aquel noventa y dos irónico y festivo.

Que el río que nos lleva al mar

está lleno de obstáculos también

lo he sabido muy pronto.

..

Y sé ahora que solo puedo seguir remando

contracorriente -como siempre-

y pasar los meandros y demás accidentes,

los fuertes y fronteras, pues solo soy

en mi veloz piragua,

tratar de no volcar, y levantarme

cuando sea preciso, en soledad,

para llegar invicto hasta la meta,

con buen fondo,

en la dura carrera del vivir.

Recital 1 de abril en Ateneo de Jerez

Muy contenta de compartir poesía y música con el cantautor Paco Luque el próximo viernes 1 de abril a las 19.30 horas en el Ateneo de Jerez. Mi agradecimiento al Ateneo por su invitación, a Patrizio Pérez y a quienes lo han hecho posible.

Agradezco al Ateneo y a Patrizio toda la difusión que están haciendo del recital, como en Cádiz noticias:

Os dejo algunas fotos( son de José María Soto, quien me parece muy buen fotógrafo) de esta noche en la que fuimos acogidos con mimo y atención, mi agradecimiento al Ateneo de Jerez y a Patrizio Pérez por su generosa acogida. Me encantó la voz y las canciones de Paco Luque, fue una compañía excelente. Y como no, mi agradecimiento a la poeta Isabel de Rueda Rubiales, a Elena, Marta Flores, Eire , José María y a todos los que hicieron que la noche fuera hermosa al calor de los encuentros y la amistad.

Con Patrizio Pérez y Paco Luque

Encuentro de poesía en defensa de la salud pública

Este fin de semana , 26 y 27 de marzo, se ha organizado en Sevilla ( por los colectivos Voces del Extremo y Marea Blanca en Sevilla) una serie de actividades literarias interesantísimas, en espacios como Antiquarium, La Tregua y La Carbonería. Estoy muy contenta de poder participar con un recital el domingo 27 de marzo a las 12.00 horas en La Carbonería. Espero que disfrutéis de esta buena programación , cuidadamente elaborada por una causa tan justa.

Muchos de los participantes constan en esta antología: «Poesía en defensa de la Sanidad Pública»

Taller de poetas: 23 de marzo a las 19h. Poesía de Nuno Júdice

El miércoles 23 de marzo a las 19.00 horas en Casa del Libro de la C/ Velázquez nº8, Sevilla, se impartirá la clase sobre la poesía del poeta, novelista, ensayista, profesor universitario y traductor Nuno Júdice. Os dejo algunos poemas suyos:

CARTOGRAFÍA DE EMOCIONES

Es como si fuera la lectura más exacta: el cielo,

las nubes, el sol puesto. Lo demás, la especulación que las

    palabras

se traen, el fluir de ciertos tonos de voz,

tu cuerpo apoyado en la piedra, frente al edificio,

esperando que no llueva,  esta vez. Podemos pensar más en todo

esto; y trabajar el color que muda a cada instante, como si

el final del día no fuera un momento de lentas transiciones.

     Podemos

entrar sin prisa en la noche que nos aguarda, viendo

la bruma caer tras los cristales del auto, oyendo el ladrido

de los perros, sabiendo apenas que ninguna noche nos servirá

      de abrigo.

Pero no sé: estas frases que descubren lo que tengo que

decirte con la perplejidad de la gramática, estos lapsos que se

      instalan

en el corazón de la palabra… ¿Cómo transformarlos en certezas, y

lograr que una flor surja de un movimiento de afirmaciones

visibles como las estrellas en el claro de los árboles? Quisiera

       escribirte

una guía para el mundo de la evidencia, con su exacta cartografía

de emociones, y encontrar en tus manos la línea hacia su centro,

donde un fulgor de volcanes secretos toma su luz. En vez de eso,

te doy este poema; y sé que por él ha de correr el río

que nace de tu risa de fuente.

Entonces, te digo lo normal en estas situaciones. No me

refiero a las declaraciones de amor, a los verbos que se prestan

al susurro, ni al fuego de sustantivos que se pegan a la lengua,

dejando en la boca una sequedad de ceniza. Digo lo que este

        verso

puede contener: franquearé el campo de tu cuerpo. Poco más

puede decirse en una noche como ésta, en que el viento

      desenlaza

las nubes, activando las invisibles jaurías del sueño. Así, te veo

quedarte dormida; veo desembocar tu desnudez en el estuario

de la madrugada; y oigo desplegar las velas de tu respiración

matinal.

                     De Cartografía de emociones,2001, traducción Juan Carlos Reche

( Antología El orden de las cosas)

RESPUESTA CON ARTE POÉTICA

Pregunto cómo se escribe el poema. Y la única respuesta

    posible

es escribir el poema. Él demuestra su posibilidad, como si nada

     hubiera

antes o después de él. Así, el poema puede

construirse de modo que evita todas las ambigüedades de la

      prosa

o la filosofía, al llevar dentro la clave que hay que abrir

para que surja un sentido, aunque el sentido sea lo que menos

    interesa

al poema. Sin embargo, sin él , ¿de qué sirve escribirlo? Lo que

     importa

es decir lo que de otro modo no puede ser dicho. Escribir el

   poema, entonces, es

decir lo esencial, desbrozando entre la nada y el todo que hay

en cada poema. Sí: hay un punto de partida. Tu rostro, tus

manos, o la rama de un árbol que se partió en el temporal, o

ese pájaro que nació de un tejado en ruinas, como si la casa

abandonada fuera el vientre del mundo celeste. Nada de esto,

    en sí, tiene valor

más allá del que yo le di al mirar el mundo, y escoger una u otra

de sus imágenes. Ahora, en el poema, ellas son otra cosa.

    Huyeron

de su propia realidad, como el pájaro que saltó del tejado; y

aunque tú existas, con tu rostro y tus manos, o la casa siga

aún más abandonada, con su invierno en ciernes, el poema da

otra forma al amor, al campo, a las aves o a lo que tú me dijiste,

como si solo eso bastara para que la vida

pueda continuar. Así, escribo. Y no vuelvo a preguntar

cómo ese escribe el poema.

                         O estado dos campos, 2003, Juan Carlos Reche

( Antología El orden de las cosas)

RETRATO DE MUJER A LA LUZ DE LA TARDE

El poeta épico y el poeta dramático, dijo

Goethe, están sometidos a las mismas leyes generales. Sin

embargo, si cada uno conduce, sin dudar,

el poema hasta su desenlace,

o bien, limita la duda a lo que pasa

en el espíritu cuando el amor, con su certera

saeta, lo alcanza, entonces las palabras son distintas. No es lo

   mismo

describir la emoción con las imágenes que ella sugiere

o transformarla en un discurso lógico, obligando

a quien lo hace a usar el raciocinio, dejando

el sentimiento para después. La construcción es lo más

simple en este proceso, siempre que el principio

corresponda a la verdad que hace parte de la vida

de quien ama. Lo difícil es franquear el puente

que nos conduce al otro: me refiero a ti, que

me esperas de ese lado, tras los árboles

y las flores del jardín, con el sol iluminándote

el rostro. Es una imagen simple: retrato

de mujer a la luz de la tarde. Pero me siento obligado

a dar otra dimensión a la figura humana,

empujándola al convite de mi alma. Ahí,

las cosas ganan la profundidad de una relación

abstracta, libre de aspectos materiales, y

de los obstáculos que la realidad nos pone. La

perfección nace de las frases que el verso trabaja, con

el ritmo de una respiración serena. Por fin, la

imagen adquiere una belleza propia, que huye

de la propia fuente. Y al verla, pregunto: ¿eres la misma? ¿O

de ti te robó esta luz con que el poema

te envuelve? Pero me dejo de cuestiones teóricas, y

cruzo el puente, dejando atrás imágenes y

discursos. Es que del otro lado las leyes generales no

cuentan; y me son indiferentes los problemas que se

platean el poeta, épico o dramático. Te cojo

de la mano y salimos del marco, hacia dentro de la vida.

O estado dos campos, Juan Carlos Reche

( Antología El orden de las cosas)

ARTE POÉTICA (EXPLICACIÓN)

Distingo deseo y amor, como si las dos cosas

no tuvieran nada que ver una con otra;

en medio de las palabras abstractas, los conceptos difíciles,

las citas de los clásicos,

tus ojos se cerraban de sueño y tus cabellos se hacían

más claros, como si los iluminara

por dentro la tenue luz del conocimiento.

Para despertarte

pregunté qué relación podía haber

entre la vida y el poema.

La duda no era posible: en efecto, para los teóricos,

la poesía es pura imitación,

y nada de lo que está en las palabras tiene que ver con la materia sensible,

con lo real, con todo lo que nos rodea.

Pero tu respuesta fue lo contrario de lo que ellos dicen,

como si vida y poesía participaran de la misma naturaleza.

Debía haber corregido. Son las certezas científicas

las que hacen avanzar el mundo,

y no los errores en que seguimos insistiendo.

Sí, iba a decirte que es a partir de esa oposición entre la vida y el poema,

de esa realidad absoluta del lenguaje,

construida contra nuestros hábitos, los lugares comunes de lo cotidiano,

la banalidad de los sentimientos, que la esencia de lo estético, se puede afirmar.

Pero tus ojos me demostraban lo contrario de todo eso.

Contra lo que yo mismo pensaba,

cedí a su lógica. Contra el amor,

hasta las leyes de la poética

son absurdas.

Tú, a quien llamo amor, 2008, Jesús Munarriz

RELEYENDO A SHELLEY

En la “Oda al viento del este”, Shelley desearía ser
como una hoja humana, arrastrada por los aires, por entre
las aves y la lluvia que el otoño mezcla cuando
su gris invade los cielos, y nos recuerda que la naturaleza
se asemeja a nosotros en su destino mortal. Sin embargo,
tal como muere, renace; y esta diferencia nos alcanza
cuando, a la primavera siguiente, percibimos
de que el tiempo tiñó con su tristeza el ánimo
que debía cantar como el agua de las fuentes, o
reverdecer como los ramos secos. En vano miramos
para los campos, a nuestra vuelta, esperando que
su luz nos empuje hacia dentro de la vida. Pero la sequía
invernal se prolonga en el alma; y un frío continúa
a soplar del este, como ese viento antiguo que Shelley
cantó. Y veo estas cosas acontecer como
el resultado natural del tiempo. De un lado, nada cambia,
como las aguas del lago que ninguna ola agita,
y los ojos que reflejan el breve azul del mediodía;
de otro lado, los días y  las estaciones no cesan
el recorrido que hemos de seguir, subiendo
las escaleras que nos parecen sin término. Y suspendo
la respiración, oyendo un soplo que me acompaña:
¿poema, o murmullo de quién? Y como si me
acompañaras de nuevo, y no estuviera aún lejos
esa primavera de la que tu distancia me aísla.              

Traducción Marco Antonio Campos

http://letras.mysite.com/maca270320.html

Ciclo «El poeta y su voz»: Encuentro con Braulio Ortiz Poole el 15 de marzo a las 19h.

Tenemos la suerte de contar con la presencia de Braulio Ortiz Poole en nuestro ciclo » El poeta y su voz», martes 15 de marzo a las 19.00 horas, en Casa del Libro de Viapol, Avda. de Diego Martínez Barrio nº 4, Sevilla. Muy agradecida de que aceptara la invitación. El aforo es libre y también puede transmitirse por Meet.

Braulio Ortiz Poole es un periodista cultural y poeta nacido en Sevilla en 1974. Escribe para el Diario de Sevilla y los periódicos del Grupo Joly. Su debut literario, Francis Bacon se hace un río salvaje, ganó el Premio Andalucía Joven de Narrativa, y a esa publicación siguieron obras como la novela La fórmula Miralbes (Caballo de Troya, 2016), biografías bastardas ( Rd Editories, 2005) o los libros de poesía Defensa del pirómano (E.H. Ediciones, 2007), Hombre sin descendencia (Fundacion Jose Manuel Lara, 2011), Cuarentena (La Bella Varsovia, 2015) o Gente que busca su bandera (Maclein y Parker, 2020). También hacer constar la biografía Manuel Laffon, el hombre y el médico ( Diputación Provincial de Sevilla, 2010). Sus historias han sido seleccionadas para antologías como ‘Mutantes. Narrativa española de última generación’ y ‘Pequeñas resistencias 5. Antología del nuevo cuento español (2001-2010).

El prólogo es del también poeta Alejandro Simón Portal. En él hace un recorrido por la trayectoria poética del autor, destacando de este libro su cuestionamiento de lo (indebidamente) establecido, cómo da voz a los disidentes, su diálogo con historias ajenas y universales, su carácter celebratorio de la vida, a la vez que su conciencia política y compromiso ético. Define el poemario como un tratado de amor al género humano, entendiendo el amor como consuelo y resistencia.

En la página de la editorial Macklein y Parker se indica: «Bandera como símbolo de lucha, de pertenencia, de propósito. Bandera como símbolo de la necesidad de compartir una revolución que comienza en lo íntimo pero va más allá del individuo, más allá incluso del colectivo, que lo atraviesa todo con colores, en ocasiones, no visibles a los ojos, tal vez solo visibles a los corazones. En Gente que busca su bandera el periodista, escritor y, por encima de todo, poeta, Braulio Ortiz Poole rinde un cálido homenaje a todas esas personas que, en algún momento de su vida, convirtieron su causa en bandera. Un catálogo de hombres y mujeres que no quisieron acatar las consignas y abrieron su propio camino. Desde Leonard Matlovich, el primer militar de Estados Unidos que reconoció su homosexualidad, hasta el pintor Thomas Eakins, expulsado de la Academia de Bellas Artes de Pensilvania por mostrar en una clase un desnudo masculino a un grupo de alumnas; desde la actriz Frances Farmer, que pagó caro su intento de ser una mujer libre, al jugador de ajedrez Viktor Korchnói, disidente y desertor, la obra retrata a rebeldes e inadaptados que se salieron de la norma y que fueron duramente juzgados por su tiempo. Escribe sus historias, / di sus nombres, apunta el autor en unos versos. Aunque los señalen / también ellos / están haciendo patria. «

Braulio da un giro en su poesía, por lo general autobiográfica, para abrirse a lo plural y colectivo, como le ocurrió a Antonio Machado. Y logra con una sorprendente intensidad meterse en la piel de sus personajes reales para mostrarlos con ternura. Es la suya una voz que se desdobla -usa el recurso del desdoblamiento- y se dirige constante a un «tú», que es el otro, la víctima, el proscrito o divergente.

Cuando se refiere al verdugo, al cazador, quien señala al otro, al intolerante -por ejemplo en Canadá- lo hace en tono interrogativo, preguntándose cómo es posible tal actitud.

El propio autor en una entrevista manifiesta que prevaleció «el impulso de encontrar a los conciudadanos en los extranjeros, la verdad en los locos y la fe en la herejía. Los que no figuran en el discurso oficial, los disidentes, también contribuyen a levantar el país.» No me digan que no es para zambullirse de cabeza en sus páginas.

El libro muestra cómo todos los derechos y libertades -y justicia, pues es cuestión de justicia- han sido logrados gracias a la lucha y el sacrificio (incluso con la propia vida) de quienes abrieron el camino con coraje. Una larga batalla que todavía hoy continúa en muchos lugares, y en estos lugares, para nuestro pesar. Retrata el precio que paga el «Otro», a quien miran como diferente o extraño y marginan; el precio del rebelde por ir contra la norma.

Refleja como un espejo dos posturas: por un lado, la intolerancia y fanatismo, el Caín que el ser humano lleva dentro, los inquisidores que no admiten que se salga de la «norma», la rigidez sin corazón ni razón, o la simple banalidad del mal, que decía Hanna Arendt (una mujer también valiente por decir lo que realmente pensaba); por otro lado, el marginado, el valiente, quien no se ajusta al patrón común, el visionario que posee una mentalidad más avanzada a la de su tiempo. La pintura negra de Goya, duelo a garrotazos, simboliza esta dualidad, Caín y Abel, refiriéndose igualmente a la historia de nuestro país. A este respecto, para esta patria que somos todos, propone la actitud y el pensar de Clara Campoamor: «materia que edifique y no destruya. / Una casa para vivir en el futuro. / Una casa para la templanza,» nos dirá en su poema Una casa para la templanza. También alude a esta apertura el verso de Vicente Aleixandre: Para todos escribo, en el poema 1977. Vicente Aleixandre recibe una respuesta, en el que reflexiona sobre la condición de la poesía como un lugar de encuentro con el otro , entablando un diálogo con los versos que cita de nuestro premio Nobel.

Evoca en el libro un modo de sentir y de vivir, apuesta por la libertad y la pasión; un interrogarse sobre la identidad y la actitud que adoptar ante el mundo, aunque se sitúe más en el «temblor de dudas» que en la certeza y prefiera lo pequeño y sencillo a las grandes verdades.

En su epílogo, nos encontramos con un joven que alcanza la madurez y se percata de lo que tiene de común con los otros, «Y verá que las brasas/ del dolor y la dicha/ que surcaban su sangre/ han dejado en los otros/ la misma quemadura. / Verá que no está solo.» Y su canto se desdobla, lo dice expresamente, ese desdoblamiento de la voz poética para hablar de los otros, de uno. No podemos olvidar que lo privado es también político, que lo personal depende de lo colectivo en gran medida.

Gente en busca de su bandera es un texto cuidado al milímetro, con esmero, en el que nada sobra, cuyos versos concisos -de ritmo endecasílabo- destellan furor, pasión, belleza, ética, sin querer que lo formal ofusque el significado, sin caer en los brillos del esteticismo -con elegante sobriedad-, bañándose en agua clara la voz del corazón y la conciencia, con las palabras exactas. Sus versos nos pueden parecer aforismos a veces; otras, fulguran sus imágenes. Doy por seguro que quienes se adentren en sus poemas se emocionarán, encontrarán sensibilidad y humanidad. Un buceo, tal vez, para intentar comprender la condición humana -así como la historia de nuestro país y del mundo- y no olvidar el camino escarpado que hemos recorrido hasta llegar aquí, no olvidar que todavía hay que llevar la bandera y continuar, saber ser libre, saber que toda revolución empieza en uno mismo, comprender que la identidad es una construcción cultural e histórica.

El poemario comienza con este poema que le da título y que su autor nos recita :

https://fb.watch/bwahsG22ia/

ESTA ANTIGUA MEMORIA DE LA NOCHE

Leonard Matlovich ( Savannah, 1943- California 1988)

-I-

Cuando eres joven

guardas entre los puños

un agua escurridiza.

Una verdad apenas susurrada

arraiga entre tu pecho

como una madreselva sobre un muro.

Tus silencios aluden a un puñado de césped,

a lo tierno y lo esquivo.

Dentro de ti, la roca.

Dentro de ti, las ascuas:

la leche corrompida de un secreto.

Una corona de espinas en tu entraña,

aquello que aún no nombras

y por ello no existe.

Un amor, un amor

que en la intemperie sería combustible,

que al revelarse sería acantilado.

Vencejo antes que águila,

muchacho todavía,

cantas sin embargo a lo sombrío,

hasta que este miedo rompa su coraza,

la emoción o un relámpago derriben tanta cerca,

y el muchacho sea hombre

y ese amor se haga del consuelo.

-II-

Te atreviste a dar un paso al frente,

pero no estabas solo.

Hablabas tú,

pero olías a madera: rompías el silencio

soberbio y centenario de los álamos.

Tenías en tu pecho (¿lo sabías?)

un tesoro escondido:

el eco de los hombres que se amaron.

Los silenciados, quienes tuvieron miedo,

te entregaban su voz, te daban su coraje.

Venía de lejos, de muy lejos.

De hablar con los fantasmas.

De los bosques furtivos.

De la vida.

Este deseo, tan lleno de raíces,

¿ cómo si no era un jardín

más allá de las piedras?

No eras tú únicamente.

Traías

las espaldas cubiertas por la arena,

los brazos y las flores,

el espasmo, el recuerdo,

la plenitud, el hambre:

esta antigua memoria de la noche.

Como brota la savia en un árbol talado,

en ti se abría una fuente.

Hoy, los amantes,

en el golpe de fiebre de un abrazo,

oímos aún el agua y su murmullo.

Ya eres parte del eco.

UNA MUJER QUE MUESTRA SU VERDAD

Frances E. Farmer (Seattle, 1913 – Indianápolis, 1970)

Este corazón que llevas siempre a cuestas
y del que no entiendes
su amor tan combustible:
permítele que invoque a sus deidades,
permítele de nuevo el sacrilegio.

Aunque vendrá el rechazo si eres libre,
si en la vida y su fiesta de disfraces

no te pones la máscara.

Alguien te advertirá seguramente:
una mujer que muestra su verdad
ha de ser destruida.

Los hombres de bien señalan con espanto
tu belleza blasfema.
Pero no quieres ser de la mentira
y escupes tu metralla.
Si has de nacer de nuevo,
escoge esta piel sensible al mundo,
este incendio constante:
niega a Dios,
niega a Hollywood,
camina con el fuego.

Ya domarán los bastardos a la fiera,
pero antes,
como se limpia el barro
quien viene de la lluvia,
deja atrás la prudencia.

Sólo vive quien arde.

UNA CASA PARA LA TEMPLANZA

Una casa sin muros,

sin ladrillo que aísle de los otros,

concebida hacia afuera,

con voluntad de huerto o voz de salmo,

de siembra o de plegaria.

Una casa que no se cierre en ella.

Así, mujer, sería tu palabra:

una casa muy joven

donde todo germine todavía,

cereal o promesa

que no peleen las fieras.

Una casa para la mesura.

Una casa para tus hermanos.

De esta piedra que prefiere

los puentes a los diques,

así , mujer,

sería tu palabra,

materia que edifique y no destruya.

Una casa para vivir en el futuro.

Una casa para la templanza.

(No te escucharon, Clara:

tus paisanos

prefirieron la cueva y la batalla,

el verbo impregnado en queroseno)

Ahí quedó

tu casa solitaria,

tu palabra serena

para que alguien la habite.

No sólo se repueblan las ciudades:

también el pensamiento.

Recital de Iván Onia y Juan Cuevas el 7 de abril a las 19.00 horas.

Lamento comunicar que por circunstancias sobrevenidas se ha tenido que suspender el recital, aplazándose para jueves 7 de abril.

El jueves 7 de abril a las 19.00 horas en Casa del Libro, C/Velázquez nº 8, podremos disfrutar de buena poesía, la de Iván Onia y Juan Cuevas, quienes vendrán con sus manos llenas de poemas, esos barcos que nos llevan por rumbos prodigiosos, como son «Canto a quien» de Iván Onia Valero y «Silbar todavía» de Juan Cuevas. Si no quieres naufragar una tarde de jueves, podéis descubrir este manual de cómo revivir la vida embelleciéndola, descubriendo mundos paralelos con gran ingenio.

En la revista Culturamas publiqué mi reseña a «Canto a quien «:

«Canto a quien», de Iván Onia

Y os dejo un par de poemas para ir abriendo boca:

[24]

Lo que yo quiero es preguntar por mi camisa y creerme la respuesta,

que el armario abra su boca boreal y sentarme a escucharlo,

como a un viejo sabio que me narrase la tarde de mi nacimiento.

Lo que yo quiero es preguntar por las piedras a las piedras;

¿por qué sois los espejos del origen? Por ejemplo.

¿Qué tatarabuelo vuestro, parido de una estrella, se dirige hacia nosotros

con un mensaje de paz y destrucción?

¿Cómo son, vosotras que estabais allí, en el verbo, los ojos de Dios?

Lo que yo quiero es acompañar a los pescadores.

Que me despierten sus voces de hombres verdes, besar las branquias

a nuestras madres y adentrarnos en la oscuridad sin saber si volveremos.

Que me abran bien los ojos en el momento en que un pequeño

astro hecho de cuchillos se eleve por encima de nuestras cabezas, iluminándolas:

ahí está, muchacho, para esta visión te despertamos

y yo mire y mire a los peces hasta olvidar mi idioma.

Lo que yo quiero es cantar con los albañiles,

la serenata de las alturas, el himno de las catedrales.

Pasar el vino de mano en mano,

entre la risa que el cansancio curva en las vértebras,

los bocadillos fríos buscando la magia del hambre,

el silencio fotografiando las piernas de dos muchachas.

Lo que yo quiero es ir con los panaderos a romperme los brazos con la luna,

trabajar duro para traer lo tierno a las bocas del mundo.

Que el beso de mi hijo en la frente me haga saber que he muerto

siendo un hombre de harina, un hombre bueno que nunca supo hacer nada más

que formas tiernas.

Lo que quiero es honrar a las cosas haciéndolas,

que me arranquen los ojos de mirar y mirar,

coger el fango como quien abraza el oro y besarlo,

esperar a los años y la noche

con las manos manchadas de mundo y preguntas:

¿Qué es la razón? ¿qué es el amor? ¿qué es la vida?

Lo que yo quiero es que este fuera mi último poema.

[27]

Ah de los girantes, qué será de ellos después de este libro.

Y de los poetas mediocres,

que abandonaron un poema cerrando los cuadernos,

como quien guarda en la alacena un vaso roto por la mitad porque se quieren olvidar de la sed.

Qué será de los enfrascados dentro

del color verde de tanta palabrería.

Qué será de mí,

que he creído estar en el centro del universo.

Qué será de mí,

que me consumo en el movimiento de mirar y mirar la brizna de hierba en mis dedos,

hasta volverla amarilla.

Soy el verso cantado, por fin, eternamente,

por vuestros hijos a sus hijas, con una sonrisa

porque os recuerdan a vosotros,

despegándolo de mis labios para descifrarlo.

Estoy lleno de la hormiga que aprendió a rezar

y de los reyes,

de la cafetera abandonada, del niño sano.

Me alimento de todo lo que miro,

todo es bello y es bueno, el árbol lleno y el vacío.

Miro con alegría y convicción a la noria que me crece por dentro,

la que no cesará nunca, el agua en su eterno retorno,

escribiéndome por dentro la pobre biografía.

Este ha sido mi himno, mi bárbaro gañido.

Estos son mis dientes, este mi corazón entero

y su funcionaria llamada al oxígeno.

Esta mi salud, estos mis padres diciendo:

si es niño, se llamará Iván,

mis padres sin imaginar tantas palabras llenándome.

Estos son mis átomos enamorados,

si los contáis, habréis contado el universo.

Soy el maestro de los atletas,

soy el oficial de los carpinteros

y el capataz de la plantación.

Os he intentado hablar en un solo idioma,

el único que me fue dado, el de la lluvia,

el del gran oso grizzly, el idioma de la prisa, el del silbo de los trenes anunciando el hambre,

el de la mañana devorando a la velocidad.

El idioma

de las pequeñas alegrías

y de los pequeños pesares.

Me muevo en el vientre de noviembre para nacer de nuevo.

Es noviembre sobrevolando nuestras cabezas,

es noviembre en todo el mundo.

Atardece en Central Park y un maestro despierta en Canberra.

El lago Míchigan sale por mis grifos inundando la casa.

El aroma de la jambalaya cruza el Pacífico.

Los carniceros duermen un sueño vegetal en pueblos donde ya no queda nadie por las calles y alguien lo aprovecha para asesinarse con un trozo de río o robar la bicicleta al enemigo.

Este ha sido el libro de un hombre mirando una brizna de hierba,

la coma caída del gran poema de Dios,

separando su vida y su muerte.

He levantado un canto único para todo el que quiera cantar;

el canto de la belleza,

el canto del que celebra que algo es simplemente bueno porque existe al ser mirado.

El canto del mendigo que abre una lata de vino y el del niño que abre un poema hindú

y bailan y se hechizan olvidando qué día es hoy.

Me tiendo a observar esta hoja de hierba.

Me canto y me celebro;

a mi saliva, a mis ganas,

a mí cándida fe, mi catastrófica búsqueda,

mi horadar buscando qué,

mi cavar y cavar, mi minería inútil,

mi incansable desempeño.

Mi mandíbula de oro,

mis dientes renacidos,

mi sangre de regreso.

Os estoy cantando a vosotros, quienes,

cabecitas de fósforo, farolas en la niebla,

compañeros de río a los que nunca veré las caras,

girantes, enfrascados, poetas.

Me canto a mí, al que jamás veréis, del que jamás sabréis nada.

Ese nadie que os ha regalado unos ojos,

ese soplo carbónico del universo,

ese quien.

A mí,

que he abierto una estrella como si fuese una naranja y os lo he contado

De «Silbar todavía» de Juan Cuevas podéis leer esta reseña del poeta, crítico literario y editor Daniel García Florindo:

https://aulapoematica.wordpress.com/2021/07/19/instrucciones-para-silbar-despues-de-la-tormenta/

69 LUNAS

Casi cincuenta y esta tristeza en los dedos.

Al final de la barra hay un horizonte de caoba.

Soy quien llueve.

El que tiembla tras el ventanal.

En el 69 la luna pisó al hombre

y las músicas de las estrellas

estallaron en mi sombrero.

Por eso hoy, casi cincuenta y un resto de ala,

junto la ceniza del gorrión

y la soplo en la noche.

Para continuar en la arruga del espacio.

Para arder en tus cabellos nevados.

SOMBRERRO DE PAJA Y RES

En los pueblos,

nunca lloran las brújulas.

Rezuman las higueras

una leche agria,

los campesinos guardan el sol

bajo un sombrero de paja.

Hablan, con lentitud de tierra húmeda,

de la semilla que esconde el relámpago en su vientre.

TABACO MOJADO

En invierno los lunes, venden ínfimas costillas

para que puedan despegarse con facilidad

del latido que se hiela en las iglesias.

Yo suelo abrigarme con un beso antiguo

que surca la boca de mi madre

como un campo de cebollas azules.

En el umbral de la casa hay cadáveres de grillos

con una música rota bajo el abdomen.

Cuando llaman a la puerta, sé que alguien buscará

el niño que ya no seré.

Preguntará a mi voz

por qué mi cabeza está coja, huele a silencio

y miente como una bandera al sol de diciembre.

Al encender el cigarro, mil años de soledad

subirán en cada viruta de humo.

JUAN CUEVAS BOYER

Nació en Lora del Río (Sevilla).
Ha publicado varios poemarios: PERFUME DE TORMENTA (La oveja negra), CABEZABAJO (La oveja negra), POEMARIA (Ultramarina C&D) y MORDIDO (Noctiluca).
Ha participado en diferentes fanzines y revistas de literatura como Tinta China, Cuadernos de Roldán, Cangrejo Pistolero, Poetas en bicicleta, Revista hispano Lusa Iberis, etc.
Ha sido finalista de los premios de poesía Juan Cervera y Plumier de versos.

IVÁN ONIA VALERO

Iván Onia Valero nació en Sevilla en 1980. Ha publicado Tumbada cicatriz (Plaquette) (Ediciones en Huida, 2011), Galería de mundo y olvido (Ediciones en Huida, 2013), Hermanos de nadie (Karima Editora, 2015), El decapitado de Ashton (Ediciones de La Isla de Siltolá, 2016, que fue finalista del primer Certamen de Poesía Antonio Colinas), Paseando a Míster O. (Asociación Noctiluca, 2017) y El hijo (de Sharon Olds) (Maclein y Parker, 2018). Ha participado en las siguientes antologías: Plumier de versos V (Nuño Editorial, 2009, como finalista del premio Plumier de versos V, 2008), La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces (Ediciones en Huida, 2012), Obituario, El Libro (Fundación Málaga, 2015), Pessoas, 28 heterónimos esperando a Fernando Pessoa (Karima Editora, 2016), Alienígenas (Cangrejo Pistolero Ediciones, 2016) y una antología personal desde 2011 a 2016 está recogida en la obra Luz Sur (Unaria Ediciones, 2016). Además de otras antologías digitales, ha participado en el fanzine de poesía y literatura MacGuffins dedicado al Festival de Cine de Málaga, ha sido co-antólogo de la antología de poetas jóvenes sevillanos La pirotecnia peligrosa (Ediciones en Huida, 2015), aparece como autor en la antología del programa de radio «La Inopia» en 2018, y en 2019 participó en el catálogo del Festival OFFF Sevilla, editado por la editorial Maclein y Parker, con tres poemas sobre las obras de tres artistas participantes.

De izquierda a derecha Juan Cuevas e Iván Onia

Nueva reseña de «La pared del caracol»

Muy agradecida al poeta, crítico literario , profesor, y también amigo, Jorge Díaz Martínez por su mirada a mi poemario «La pared del caracol» que podéis leer en su blog: http://www.jorgediazmartinez.com/.

En cuanto al ritmo en el poema, ahorita mismo soy una oveja descarriada que ha entrado en el redil del verso blanco al ritmo de los acentos.