
El jueves 23 de marzo , a las 19.30 horas, el club de lectura se reunirá nuevamente en la Casa del Libro de Sevilla, sita en Calle Velázquez s/n. En esta ocasión el libro elegido es «Wendy», de Martha Asunción Alonso, Premio de Poesía Joven RNE 2015. En una primera lectura me ha resultado muy, muy interesante, por su forma de escribir y por sus ideas, de hecho sus premios ya la avalan. Con ganas e ilusión tomo una segunda y más profunda lectura. Aquí dejo un avance:
MUTACIONES POÉTICAS
En mi familia no hay poetas.
Pero mi abuelo Gregorio,
cuando regaba el huerto de Belinchón,
se quedó tantas tardes
velando las acequias, murmurando:
No bebemos
el agua: es ella quien nos bebe.
El agua
es
la mujer.
No, en mi familia no hay poetas.
Pero una vez, muy niña, encontré cáscaras
de huevo azul
a los pies del almendruco.
Se las mostré a mi padre y mi padre, silencioso,
me enseñó a hacerles un nido
con ramaje;
y me enseñó por qué: hay pedazos de vida
que son
sueños enteros.
En mi familia, os digo, no hay poetas.
Pero cuando mi bisabuela
Asunción
contempló por vez primera el mar
-la primera y la única-,
me cuentan que se quedó muy seria, muy callada,
durante un ancho rato, hasta que dijo:
Gracias
por
los ojos.
No sé de dónde salgo. En mi familia
no hay poetas
malos.
TRANSCRIPTORIUM
María Castejón Ortiz,87 años para 88, hija de Ramona y Juan, natural de Belinchón, provincia de Cuenca, diabética, operada de la vesícula, dos veces madre y otras dos viuda del mismo hombre por la gracia del cáncer, experta rosquillera, miedo a perder la cabeza como su padre y a quedarse calva también como su padre, escuchando las noticias radiofónicas de las tres en su piso de la Avenida de Nuestra Señora de Fátima en Carabanchel Bajo, levanta un instante la vista de la manta que le tricota a una de sus nietas, la sola, la extranjera, la que terminará vistiendo santos chinos, y escribe sin darse cuenta este poema que le transcribo:
Decimos de los coches,
pero qué pasa con los barcos de las Áfricas
y todas esas ropas de la basura.
Yo no sé lo que pasa.
¿Cómo puede haber tanto en el mundo?
Yo no sé, tantas penas,
muchacha, para
quién.

JABÓN DEL ALEPO
Las lágrimas son al alma lo que el jabón es al cuerpo.
PROVERBIO JUDÍO
Las madres bereberes
llevan más de 2.000 años haciendo espuma
con esta misma pastilla de jabón.
El vendedor pone en mi mano una hoja de laurel,
el filo de un océano. Y arena.
Toneladas de arena casi como un disfraz,
casi como poder borrar tu nombre.
Pruébelo, Señorita. Tengo el desierto exacto
para su corazón. Perdón: oasis.
Acaricia mi mano con argán, la traduce,
moviendo la cabeza. Las madres bereberes
les lavan a sus hijas los pezones
con Alepo cuando enferman de amor.
Me miro en los bolsillos y no encuentro monedas.
Yo no soy vendedor, soy comerciante:
no busco las monedas. ¿Qué es lo que lleva encima?
¿Qué le sobra? Todos cargamos
algo que nos sobra. Le pagué con acebo,
bayas rojas de acebo y hojas secas de Gingko,
mariposas enfermas, amarillas.
Venía de un jardín. Me sobraba el otoño.
Tanto octubre sin ti.
Breve semblanza de Martha Asunción Alonso:
https://es.wikipedia.org/wiki/Martha_Asunci%C3%B3n_Alonso
Y uno de sus blogs: http://hijadelasaguilas.blogspot.com.es/
Entrevista: https://youtu.be/LNthThr_KsA