
Mi enorme agradecimiento a la gran lectora, y buena escritora, Elena Marqués Núñez, por su atenta lectura y amorosas palabras a mi poemario «La pared del caracol», cuya reseña podemos leer en su blog:
Mi agradecimiento a Revista Proverso y a su canal de Youtube Literactivos por invitarme a su espacio. Aquí recitando el poema «La mañana» que pertenece a mi poemario «La pared del Caracol»
(48) Ana Isabel Alvea Sánchez – La mañana (La pared del caracol) – YouTube
Mi agradecimiento al profesor, escritor, locutor y director del programa, Tomás Sánchez, por invitarme a su programa de radio «La estantería», en Radio Proverso . Estuvimos hablando de poesía y de mis libros publicados, en concreto del último , «La pared del caracol». Mis felicidades a Tomás por su buen trabajo y por tan buen programa.
https://www.ivoox.com/programa-numero-7-radio-la-voz-de-audios-mp3_rf_4730034_1.html
La poesía de Amaral ha sido traducida a varios idiomas y se han publicado volúmenes de sus escritos en Francia, Brasil, Italia, Suecia, Holanda, Venezuela, Colombia, México y Alemania. También está representada en muchas antologías portuguesas e internacionales. Su trabajo ha sido galardonado con varios premios literarios, incluido el premio de poesía más importante de Portugal (el «Grande Prémio» de la Asociación de Escritores Portugueses) en 2008, por su libro Entre Dois Rios e Outras Noites , y el Premio Giuseppe Acerbi de Italia en 2007 y ha sido candidata en varias ocasiones al Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.
En España se han publicado dos libros suyos, la editorial Olifante publicó en 2015 Oscuro, traducción y prólogo de Luis María Marina, y en en 2020 se publica en España What’s in a Name por la editorial Sexto Piso y con la traducción de Paula Abramo.
En este enlace podéis leer una entrevista de ella:
https://lamajadesnuda.com/sumario/entrevistas/88-entrevistas/1158-ana-luisa-amaral542.html
LA CARTA
Señores:
Tienen que el dolor y la ausencia tener sabor,
un cierto aroma dulce y demorado,
en forma de mil ojos
Pues vosotros contemplasteis esa mi ausencia,
dijisteis que de ella creé palabras,
pero no por mi mano
En vuestra historia, señores,
yo fui solo voz
y no persona completa
Completa, nunca lo fui,
doblada al medio por lo oscuro de los hábitos,
por las promesas forzadas que cumplí,
por el deber que me dictó mi padre
Sin embargo, yo hice las letras de esas cartas,
yo, que las fui construyendo lentamente,
en la oscuridad de la celda
El resto vosotros lo robasteis
y en otra lengua,
y en mitos que creíais
necesarios
No fui solo voz:
fui yo, dueña de mí,
porque las letras fueron mías, y el amor,
y el odio demorado
Solo para eso me valió vivir,
para componer, igual a sinfonía,
cuanto quise
Él fue solo palabras que con palabras forjé,
yunque donde moldeé espadas y lanzas,
la lumbre necesaria
Lo único que no moldeé
fueron las rejas de la prisión donde viví:
esas, vosotros las moldeasteis
hasta la incandescencia
Pero, en las letras que compuse,
yo inventé la ausencia mejor que nadie.
Yo fui la mano de la ausencia
en una celda oscura
Y sus actos fueron mis metáforas,
imágenes que me seguían, más fuertes
que la vida.
Por eso me llamasteis, señores,
en vuestro tiempo, una palabra nueva y ágil:
literatura
Y así fui vuestra voz,
y dulce mito. Y nada más
fui
Hoy quiero deciros,
en este tiempo tan oscuro,
pero de una oscuridad diferente a la que yo tuve:
adiós
Dejadme en lo oscuro, lo mío.
Porque al lado de la mía,
vuestra ausencia, esa que en mí plantasteis,
nada es.
Ya quisierais vosotros saber lo que es la ausencia.
Ausencia: yo: demorada en estas líneas.
Decir con cuanta oscuridad
la noche se deshace
y se construye —
de Oscuro
APRENDIZAJES
La bicicleta era cromada y negra,
tenía en el manillar un listón ancho circundando
la Navidad y ruedas generosas
como parecía el mundo
Yo, la mañana siguiente,
sin saber mantener una ruta pareja,
a mi lado mi padre, sosteniendo el sillín,
su mano: ardiente hilo de plomada
en ardiente confianza
Después era su voz entrecortada
por el puro cansancio de correr,
tratando de alinear la bicicleta
Hoy, tras muchos años de gestos paralelos,
mi hija en otros caminos,
mi mano corrigiendo desviaciones de más modernas
ruedas,
entiendo al fin que era emoción lo que se oía
en la voz interrumpida de mi padre:
miedo a que me cayera,
aun sabiendo que eran cortas las caídas,
pero ante todo la ternura de verme allí,
entrando en el mundo de los mayores,
en débil equilibrio
al borde de la salida circular de la infancia
WHAT, S IN A NAME
Pregunto: ¿qué hay en un nombre?
¿De qué espesura está hecho si se atiende,
en qué guerras se ampara,
paralelas?
¿Linajes, suelos serviles,
razas domadas por algunas sílabas,
pilares de la historia sobre leyes
que en fuego y llamarada se forjaron?
Extirpado el nombre, quedará el amor,
quedaremos tú y yo, aun en la muerte
aun sólo en el mito
Y aun el mito (¡escucha!),
nuestra fugaz historia
que unos leerán como materia inerte,
quedará para el siempre del humano
Y otros
habrán de recogerlo siempre,
cuando su siglo ya carezca de él
Y entonces, amor mío, mi mayor fuerza,
seremos para ellos cual la rosa
O no, cual su perfume:
ingobernado libre
BIFRONTE CONDICIÓN
Lujo de tener vista, de ver por la ventana,
elegante y atento, a aquel gato matizado
en blanco y en canela, lujo de un plato dulce
y confortante, lujo del tiempo que se des-
pliega , y de sentir calor cerca de enero,
y en cada movimiento
Al otro lado, detrás de la ventana,
un hombre que examina atentamente la basura
en el frío, y todo dentro de las cosas se hace frío,
los movimientos crispados y grisáceos,
de cómo es corto el tiempo o de cómo
acortan las palabras
el decir
El lujo de estar bien abrigado:
un lujo absurdo, pero un lujo verdadero
cerca de enero, que es el mes bifronte,
hecho, como nosotros, de dos caras,
desatentos, fingidos, incultos habitantes
de este planeta que
visto desde otro lado, si es que lo hay,
por otros ojos, si es que estos existen,
habrá de parecer así: bifronte:
por un lado, la suavidad de amar y proteger,
en la otra cara, la otra condición: mirar sin ver,
por eso no hay indulto, ni cósmica razón que nos redima
El escritor, traductor, crítico literario y profesor José de María Romero Barea ha reseñado mi último poemario, «La pared del caracol», Premio del XXXV Certamen Poético Ángel Martínez Baigorri y publicado por el Ayuntamiento de Lodosa. Su mirada también revela nuevos matices y significados de mis poemas. Mi agradecimiento a José y a la revista digital El Cuaderno:
El novelista, poeta, traductor y crítico literario Manuel Moya, muy admirado por mí además, prologó mi último poemario «La pared del caracol», Premio de Poesía «Ángel Martínez Baigorri» 2019 y publicado por el Ayuntamiento de Lodosa en el 2020. Mi agradecimiento a Manuel y al Suplemento de libros Quadern de libres, perteneciente a Sonograma.org , revista musical y cultural, por acogernos:
La pared del caracol
Mi agradecimiento al escritor y pintor Florencio Luque por su mirada- me ha descubierto matices nuevos de mis propios poemas- y por sus palabras a mi último poemario. Y, por supuesto, a la revista http://www.Ensentidofigurado.com, una revista de largo y firme recorrido, por su siempre amable hospitalidad.
TRAYECTOS
Ana Isabel Alvea (licenciada en Derecho y en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, profesora en talleres de creación poética y escritura creativa. Ha publicado los poemarios Interiores, 2010, Hallarme yo en el mundo, 2013, y Púrpura de cristal, 2017), parece decirnos que si alguien lo cuenta, sobrevive: si sobrevive, sabe de los estragos del tiempo; si de estragos y supervivencias, de esperanza, pues así lo escribe el caracol en su pared: lento deambular por el blanco azar para pedir paciencia en todo, para todo. Paciencia es contención, concisión, ajustarse, aceptar el presente para proyectarnos al futuro, espera esperanzada. Tal la propuesta de Alvea en su La pared del caracol, un abrirse a la esperanza, que sabe del tiempo (la realidad, ajena a los sueños) y, por ello, la obligada apertura a un espacio que alumbre un presente donde a lo bello no le sea inherente su dialéctica. Siendo, como creo, esto así, Alvea divide su poemario en tres secciones. Por lo que hace a la primera, El tiempo y su impronta, los poemas (siempre, todos, con concisión y aproximación sensitiva a la realidad, descriptivos del sentir) constatan que, en efecto, el limo depositado en el tiempo solo deja vestigios de lo que fue en vitrales u ojivas, grumos que atribulan al corazón pues en la corteza de la memoria, las pisadas son sangre. La síntesis de este capítulo, por tanto, podría ser el poema breve siguiente:
¿ACASO EL TIEMPO
y su devastación
han arrasado mis pastos?
De maizales y muros, la segunda sección, explicita que el Principio de realidad se impone sobre cualquier apelación al Principio de placer freudiano; vivir, vendría a subrayar, es ser consciente de que todos esos sueños que no terminan/ de cumplirse, / serían ilusiones que regamos en una estepa reseca. Poemas como Nosotros, Crisis económica, Adiestramiento, La banalidad del mal (una casa inquisitorial presidida/ por su escudo de calavera y siglos de mugre/ se levanta/ en cada uno de nosotros/…), trazan un itinerario por cierta condición según la cual el hombre no es solo lobo para el hombre, sino para sí mismo (Cuál es/ vuestra mordaza?), en tanto, o precisamente, amparado en una terrorífica normalidad (H. Arent). Estamos ante un capítulo, este segundo, en el que el dolor en sus distintas manifestaciones, se ha adueñado del tiempo y une a éste el desgarro concreto con el que llena su paso.
Pero, ya lo comentaba al inicio de la reseña, si se sobrevive o bien la esperanza se abre a un futuro amable o bien teñimos de rosa el pasado, así que la tercera sección, Turbinas, apuesta decididamente por la esperanza. Así, en su pórtico, la cita que le acompaña (Yo sé que tú me perdonas, / azul de tantas mañanas, / porque no supe mirarte. / José Mateos) es toda una declaración de intenciones del contenido de los poemas, del Trayecto (nacer en noche oscura/ y confiar todos los amaneceres /) que hemos de recorrer en su lectura. Esto hasta el optimismo que señala que el Arte puede salvarnos y nos consuela (Nice: el corazón de la locura) y de que hay que evitar el naufragio (Sirga), pues la vida se reinventa y nos alumbra (Arrabales).
Hay en la escritura de Ana Alvea concisión y claridad, confidencias junto a la lumbre en una tarde de lluvia, el amor por la palabra (el lenguaje es una piel: yo froto mi lenguaje contra el otro. (…) Mi lenguaje tiembla de deseo. Roland Barthes) que nace no de la especulación abstracta, platonismos del tipo que fueren, sino de la humilde experiencia vivida y sentida hecha a golpes de tacto y mirada, del pulso de las pequeñas cosas (a pesar de que Algunas lecturas hablen de una música y una luz esencial que no son las que creemos oír ni ver), de la sinceridad de quien se esfuerza en ajustarse al sentido terrenal, humano, del lenguaje.
Señalaba Lichtenberg que un libro es como un espejo. Si un mono se asoma a él no puede ver reflejado a un apóstol, así que, quizás, si encuentran ocasión para ello, no estaría de más que se asomasen al espejo. Ya me dirán qué han visto. Florencio Luque
Escritora y pintora suiza (6 de diciembre de 1915 – 14 de noviembre de 2007) Nació en Romont y estudió en Neuchâtel y Lausanne . Luego pasó un tiempo en Inglaterra perfeccionando su inglés, estudió literatura francesa y alemán en la Universidad de Zurich y teología en la Universidad de Lausana . Descubrió la poesía a los 16 años leyendo las obras de Villon, Lamartine y Baudelaire. Entre 1945 y 2004 escribió una veintena de libros de poesía. Abandonó su enfoque más clásico de escribir verso por una versificación más sutil y musical. Micheloud a menudo montaba en su bicicleta y recitaba su poesía por la campiña suiza de Valais. Vivió en París desde 1950, donde se dedicó principalmente a escribir poesía. También trabajó como crítica literaria. Durante su estancia en París, hubo más de diez exhibiciones importantes de sus pinturas.
Micheloud murió en Cully a la edad de 91 años. Se creó una fundación a su nombre para preservar y promover su trabajo; otorga un premio anual de poesía en francés.
Obras publicadas: https://www.viceversalitterature.ch/author/13402
En español encontramos en la editorial e.d.a. libros la antología «Más de 100 poemas» traducidos por José Luis Reina Palazón y prologado por Jean-Pierre Valloton, de ella proceden estos poemas:
PIERRETTE
Perder todo para ganar una estrella
incitar al día a estallar
infringir la punición mortal
resolver el absoluto por el fuego
remontar el río a contra corriente
elegir diosa a la claridad
torturar de luz las máscaras
tender un hilo de cáñamo sobre el abismo ser viva hasta la piedra.
Mientras sople el viento, 1966
NO MÁS QUE LO NECESARIO
Imaginemos
que nuestras torres de hormigón
sean rocas
de donde surgen manantiales;
imaginemos
que lo bulevares
sean ríos
donde la hierba crece
entre las olas;
imaginemos…
en lugar de martirizar
con nuestros talones
el macadán
marchamos sobre las olas;
imaginemos…
nunca más hambre asesina
el corazón es una oropéndola
resucitada
de nuestros mataderos de pájaros.
Dulzamara, 1979
EL CIERVO TIENE SUS PÁJAROS: EL PARDILLO
el cuco gris, la moscareta
que huye del águila y de la lechuza.
En la sinrazón del unicornio
el amor no tiene tachadura, ni nudos.
La fría serpiente, la mosca, la cizaña
están de fiesta con la paloma
y la rosa. No más nombres malditos
el tuyo tampoco que cantaba en la sombra.
Las palabras, la piedra, 1983
TEJER LA FIBRA IMPALPABLE
que será el tejido
para desvestirte. La espera
es flor en mis manos, pensamiento
de verdes raíces.
Ella, vestida de nada, 1990
URANIA
Pastora de estrellas
en las lindes de los cielos que se alejan…
Para alcanzarte marcho
sobre el hilo tendido
que mi amor hila
entre mi vida y la tuya.
Te amo desde antes
de saber tu nombre.
La infancia de anchas ventanas
donde pasabas llenaba mis ojos
del polvo dorado
levantado por tus rebaños.
En alabanza de las musas