«El martes y sus horas». La sensibilidad del erotismo en la memoria

La revista literaria y artística, «Luz Cultural», ha publicado mi reseña del último poemario de Antonio Ramírez Almanza , El martes y sus horas. Para quienes deseen leerla dejo el enlace:

http://www.luzcultural.com/?cat=5

Sobre «Física Elemental». El dulce susurro de la vida

La revista literaria y digital «Luz Cultural» publicó ayer mi reseña del poemario de María AR, «Física Elemental». Mi agradecimiento a María por su poesía y a la revista por ofrecer su espacio y por su difusión. Podréis leerla en este enlace:

http://www.luzcultural.com/?p=5176

 

 

Club de lectura: «García», de Pablo García Casado

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El próximo 20 de abril a las 19.30 horas, nos reuniremos el Club de lectura «Versos y vinos» en la Casa del Libro de Sevilla , sita en Calle Velázquez 8. En esta ocasión el libro leído será «García», del poeta cordobés Pablo García Casado, quien me ha comentado que hará lo posible por acudir.

Pablo entró en el panorama de la poesía española contemporánea con Las afueras ( 1997), poemario que destacó mucho y que lo señaló como un prometedor poeta, promesa que en mi opinión ha cumplido con el tiempo. Las afueras supuso una renovación  del lenguaje poético y de los temas de los que podía tratar la poesía, aunque a veces se acercara a la poética de Roger Wolfe y al realismo sucio, pero sin perder su propia voz o estilo. Hace tiempo que lo leí y no puedo ser muy exacta en mis comentarios, pero recuerdo que me encantó la forma genuina que tuvo para escribir sobre el amor o sobre cómo la convivencia afectaba a la pasión, en poemas como  1972 o Dixan. Todavía hoy resuena en mí los últimos versos de 1972. Sí, realismo, depuración, concisión y precisión tal vez. Saber comunicar ( y llegar) con unas cuantas pinceladas, saber decir. Es eso, saber decir.  Y por otro lado,  me impactó la dureza de las tristes y malogradas historias que narraba, un retratista del comportamiento humano y de la sociedad, a semejanza de Carver.

García, al igual que Dinero, consta de poemas en prosa. El autor en alguna ocasión ha comentado que el poema en prosa «se adapta mejor a un tono casi documentalista». Y continúa en su estética realista y depurada y en sus agudos retratos.

En Dinero, que también leí hace tiempo, realiza un análisis de la sociedad capitalista y de consumo y refleja  cómo el dinero , y los problemas de dinero, nos lleva a la  infelicidad, y a la desesperación. Me pareció que dibujaba situaciones con una agudeza suma , incluso profetizaba lo que lamentablemente se agravó después con la crisis. Pero mejor dejo esta reseña sobre la obra: http://www.elcultural.com/revista/letras/Dinero/21919

Como suele ser habitual en él, porque en García ocurre, y anteriormente en Dinero  , e incluso en Las afueras, habla de una intimidad individual inserta en una colectividad, de lo público y de lo privado, de lo íntimo y de lo social, con lúcidas radiografías sociales. García trata sobre un individuo llamado García, que pudiera ser cualquiera, con las preocupaciones propias de un padre de familia, pero también escribe sobre la actualidad política y social de nuestro país, la crisis, los casos de corrupción . Y como no quiero adelantar demasiado, pues prefiero profundizar el 20 de abril,  os dejo algunos de sus poemas en prosa para que comprobéis por vosotros mismos:

AMOR

En qué sueñan ahora mientras duermen. Adónde van sus temores si no conocen el óxido. Qué piensan cuando nos miran desde los pies de la cama, como un espectro, esperando el abrazo en el frío de la noche. Qué esperan de nosotros.

Yo intento ser un padre ecuánime, un padre modestamente comprensivo. Pero más de una vez soy un Yahvé que cruza la línea de lo justo. Que se comporta con reacciones desproporcionadas. Que deja salir a la bestia. Soy también ese mundo que espera al otro lado. Alguien que daría la vida por ellos. Pero otro.

Cómo explicar todo esto.

DEVORADORES

Hemos empezado a devorarnos. A dentelladas, como peces hambrientos. Nadie trabaja por nadie, nadie trabaja ya para el equipo. Ya no somos una familia, hemos agotado el campo de las expectativas. Sólo sabemos lo que ya no seremos. Y que no habrá sitio para todos.

Hemos aprendido a ser fríos, a calcular, a no dispersar los afectos. A concentrar el amor en lo importante: una casa, unos hijos, un caldo caliente. A poner la sonrisa, incisivos antes de la mordedura.

Ya no nos abrazamos. Ceremonias, funerales, cenas de compromiso, manos blandas que se estrechan. Nos decimos que ya no somos los de antes, y es cierto. Porque estamos solos, ahora sí estamos solos. No es la retórica de los poemas adolescentes, es la soledad verdadera. La de estar a los pies de la cama de tu hijo. La de estar a los pies de la tumba de tu padre. La de no saber qué número marcar. Ni para qué.

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Hoy que has firmado todos los decretos. Hoy que la angustia inunda las ciudades y se instala en los dormitorios. Que cambiamos los rótulos de oferta de saldo, y éstos por se vende. Hoy que todo cotiza a la baja: los índices bursátiles, el empleo , los corazones. Hoy que han hablado las urnas y te han devuelto a la masa, hoy te canto, ángel caído. Con una mezcla de culpa y resignación, hoy. En el día en que vuelven los halcones y las porteras. Y toda esperanza se desvanece.

Sobre el autor:

https://es.wikipedia.org/wiki/Pablo_Garc%C3%ADa_Casado