Consejos de Pieda Bonnett para escribir un poema

Piedad Bonnett, ganadora del Premio Nacional de Poesía en 1994, enumera diez pasos para escribir un poema.

1. Cuida el silencio que hay en ti, para que la poesía del mundo te hable.

2. Lee ensayo, novelas, textos científicos, periódicos, mucha poesía. Y lee, como aconseja Steiner, con un lápiz en la mano.

3. Está atento a la aparición de la chispa del poema. Resguárdala de los vientos, y espera a que el tiempo la convierta dentro de ti en una llamita que aspira a convertirse en llamarada.

4. Escribe con toda la tradición en la cabeza y sabiendo qué están haciendo tus contemporáneos, pero con la intención de volver a crear el mundo.

5. Recuerda que escribir un poema es también un ejercicio de honestidad. Renuncia a todo lo que sea oropel  o fuego de artificio.

6. Abandónate a lo oscuro que hay en ti, suelta las riendas de la razón, trabaja a partir de la tensión entre tus vísceras y tu cerebro.

7. Ten paciencia. Espera semanas o meses, si es necesario,  esa palabra que consideras es la precisa.

8. No olvides que todo poema, por barroco o extenso que sea, es un ejercicio de síntesis.

9. Busca la música de tu lengua, pero también la música que ese poema que estás escribiendo necesita.

10. Deja reposar el poema, ojalá semanas o meses. Corrige y rompe si es necesario.

Tomado de:

https://www.semana.com/libros/articulo/piedad-bonnett-decalogo-de-poeta-poesia-lista/62518/

Artículo sobre la poesía en el Siglo XXI de Concha García

¿Qué es la poesía? ¿Debe entenderse un poema al ser leído? ¿Puede explicarse un poema sin que se vacíe por los cuatro costados? ¿Qué temas debe tratar la poesía actual? Preguntas a las que la poetisa, Concha García, intenta dar respuesta desde la tranquilidad de la experiencia. Respuestas que invitan al lector a ‘salir del yo’ al escribir o al leer poemas. Porque la poesía sin movimiento, sin conmoción, no logra su objetivo.

https://elcorreoweb.es/aladar/poesia-en-el-siglo-xxi-BA2727267

EZRA POUND – UNA  RECAPITULACIÓN – 1918

Efectivamente, esta Retrospectiva de Ezra Pound también la tengo entre mis múltiples apuntes. Pertenece a «Ensayos literarios» de Ezra Pound, publicado en Tajamar Ediciones 2013. No es exactamente esta traducción, ni el traductor, pero sí es el mismo texto.

«Vale más presentar una sola imagen en la vida que producir obras voluminosas»

«No uses ninguna palabra superflua, ni adjetivos que no sean reveladores. No uses una expresión como tenues tierras de paz. La imagen pierde intensidad. Mezcla una abstracción con lo concreto…»

«Compórtate como un músico, un buen músico…»

«Ritmo. Creo en un ritmo absoluto, vale decir, un ritmo en la poesía que corresponda exactamente a la emoción o a la huella de la emoción que se intenta expresar. El ritmo de un poeta debe ser interpretativo, personal, infalsificado e infalsificable.»

«En lo tocante a la poesía del siglo XX… creo que irá contra el exceso, estará , como dice Hewlett, más cerca de los huesos…»

«Creo que uno escribe en verso libre solo cuando debe hacerlo, o lo que es igual, solo cuando la cosa se puede expresar en un ritmo más bello del que se podría empleando la métrica convencional, o más real, cuando participa con más energía en la emoción de la cosa, más apropiado, íntimo e interpretativo que la métrica de la poesía acentuada con regularidad…»

«Solo la emoción perdura…»

MATAR AL BUDA - crítica y difusión literaria

Traducción de José Vázquez Amaral*

Tanto se ha garabateado respecto a una nueva manera de hacer poesía, que tal vez se me perdone esta breve ojeada retrospectiva.

En la primavera o a principios del verano de 1912, «H. D.», Richard Aldington y yo decidimos que estábamos de acuerdo en los tres principios que siguen:

  1. Tratar la «cosa» directamente, ya fuese subjetiva u objetiva.
  2. Prescindir de toda palabra que no contribuyera a la presentación.
  3. En cuanto al ritmo: componer (escribir) siguiendo una secuencia análoga a la de la frase musical, y no en una secuencia de metrónomo.

Diferíamos en muchos puntos de gusto o preferencia, pero como estábamos de acuerdo respecto a estos tres puntos, pensamos que teníamos derecho a un nombre de grupo; tanto derecho, cuando menos, como algunas «escuelas» francesas presentadas por el señor Flint en el número de agosto de 1911 de la revista de Harold Monro.

Posteriormente se…

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Interesante artículo sobre la lectura y relectura

Intento ordenar papeles, carpetas, todo un material que se desborda, y en este maremágnum he encontrado un artículo publicado por Olegario González de Cardedal en el ABC el 23 de agosto de 2007, curiosamente me lo he encontrado en este blog.

Poemas de Hugo Mujica

Hugo Mujica nació en Avellaneda (Buenos Aires, Argentina) en 1942. Si bien comenzó a escribir a los cuarenta años, actualmente es uno de los poetas latinoamericanos de mayor relevancia. Entre ensayos, cuentos y poesía, lleva publicados una treintena de libros, algunos de ellos traducidos a más de quince idiomas. Sus títulos de poesía más recientes son Y siempre después el viento (2011), Cuando todo calla (2013, Premio Casa de América de Poesía Americana), Barro desnudo (2016) y A las estrellas lo inmenso (2019). En su escritura se reflejan sus estudios de Bellas Artes, Filosofía, Teología y Antropología Filosófica, y también significativos hitos de su vida, como sus muchos años de viajero o los siete de silencio que vivió en un monasterio.

De entre sus ensayos destacan Origen y destino. De la memoria del poeta presocrático a la esperanza del poeta en la obra de Heidegger. (Carlos Lohlé, 1987), La Palabra inicial. La mitología del poeta en la obra de Heidegger (Editorial Trotta, 1996),  Poéticas del vacío. Orfeo, Juan de la Cruz, Paul Celan, la utopía, el sueño y la poesía (Editorial Trotta, 2002), Lo naciente. Pensando el acto creador  (Pre-textos, 2007), La Casa, y otros ensayos (Vaso Roto Ediciones, 2008) o La carne y el mármol. Francis Bacon y el arte griego (Vaso Roto Ediciones, 2018).

Su obra poética, publicada en quince países y traducida a varios idiomas, ha sido recogida en Del crear y lo creado. Poesía completa 1983-2011.

En esta entrada de la revista Zenda, encontramos más datos: Hijo de una familia proletaria sindicalista por parte de padre, de raíces anarquista. Tras quedar su padre ciego debido a un accidente y por necesidad de la familia, comenzó a trabajar de obrero a los 13 años en una fábrica de vidrio hasta 1961 cuando partió desertando del servicio militar hacia los Estados Unidos. Pasó la década de los sesenta en el Greenwich Village como pintor plástico, trabajó con Timothy Leary en investigaciones sobre el LSD y el proceso creador, estuvo implicado en los movimientos antibélicos y por los derechos de igualdad racial y sexual, llegando a compartir gurú con Allen Ginsberg, también vivió siete años en un monasterio de la orden trapense donde conoció a Thomas Merton y en el cuál comenzó a escribir.

5 poemas de Hugo Mujica – Juan Domingo Aguilar – Zenda (zendalibros.com)

PARA SIEMPRE

Desde su vuelo

                        un pájaro cae,

un pájaro que muere pájaro,

                               que vuela hasta el fin su caída.

RENUNCIA

La búsqueda no es un ir,

                                menos aún es estar llegando;

es soportar

la ausencia de lo que buscamos:

                                      dejarse encontrar

                                                   en la renuncia de lo esperado.

EN LA PIEL

A lo lejos, afuera,

         cae

         una lluvia

         que tan sólo huelo, una lluvia

                                         que aún no ha llegado.

Aquí

en la piel, como en una página

en blanco,

espero que el agua, la lluvia,

                                 lo que vive y tiembla,

                                 me sea alguna vez revelado.

ALTO, LEJOS

Alto,

lejos, por apenas

un instante

la nervadura de un relámpago

                                  incendia de blanco mis ojos,

después todo regresa a lo oscuro,

                          pero ya no es sólo sombras:

                                                   son huellas de lo perdido.

EN EL CALLAR

Cuando las palabras

callan

siempre hay un desierto

                          que en el callar se extiende,

                                              y después,

                                              siempre después,

                                                         se escucha el llegar del viento.

Y siempre después el viento, 2011

I

Anochece

          y se van

          replegando

                   los ruidos;

            solitario,

            un perro rengo

                              cruza la calle.

Anochece

y es en la quietud

            donde la vida nos revela

                                lo que aprende de sí

                                               mientras late nuestra vida.

VI

Hay una hendidura

en la palabra

                   hendidura,

un desgarro donde

           cada palabra calla,

               donde todo callar crea;

es lo que en el decir es aliento

no sonido,

es donde en cada palabra

                           nos escuchamos revelados.

XVII

Invisible

un pájaro taja su huella

honda

como sin fondo

                 abierta, como destechada.

                    Siempre es en lo abierto

                                     donde todo se aúna,

                                             sin afuera

                                                            ni adentro

                                                                   aquí, en esta herida.

XXX

Es en lo que no es

que la luz

                 se expande luz,

sobre lo que es

                 muestra lo que es

                          lo que ya carga

                                            con su sombra,

y es en el vacío que

resguardamos

-allí donde no somos-

                        donde encuentra

                                     espacio la vida

                                               para seguirnos creando.

XLVIII

Avanza el otoño

              y el viento desnuda.

Ya casi sin hojas

Parece todo raíz el árbol

                        todo arraigo

                         en la abierta inmensidad

                                                   que lo cobija.

Cuando todo calla, 2013

III

De una misma

                  transparencia

                        la lluvia y el río sobre

                        el que cae:

                            desnudos de lo que somos

                                               no hay nada que no

                                        seamos.

IX

                  Una hilada de grullas

abre en el aire un sendero,

                                 cerro abajo el río

                                                           atina su cauce.

Todo va hacia su destino

            sin saber de un porqué:

                                   cada paso danza la vida,

                                                           cada vida la vuelve

                                                           a iniciar.

XII

Es invierno,

            invierno y nieva;

bajo un alero

            un gorrión sacude

                                    las alas.

                                               (No todo aletear

                                                           dice liviano su vuelo,

                                               a veces los pájaros,

                                                           a veces la vida

                                                                       también ellos tiritan

                                                           su frío.)

XVI

Chispa en la noche

            el crepitar de cada

            vida.

                                   Nada se quema en vano:

                                                           todo lo que arde muere

                                               iluminando.

A las estrellas lo inmenso, 2019

Poemas de Basilio Sánchez

Basilio Sánchez (Cáceres, 1958). Con su primer libro, A este lado del alba (1984), consiguió un accésit del premio Adonáis de Poesía. El resto de su obra poética está compuesto por los siguientes títulos: Los bosques interiores (1993), La mirada apacible (1996), Al final de la tarde (1998), El cielo de las cosas (2000), Para guardar el sueño (2003), Entre una sombra y otra (2006), Las estaciones lentas (2008), Cristalizaciones (2013), Esperando las noticias del agua (2018), He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes (2019), Premio Internacional Fundación Loewe, elegido por El Cultural como el mejor libro de poesía de 2019 y merecedor del Premio Nacional de Poesía Meléndez Valdés 2022 al más relevante de los publicados en España en el trienio 2019-2021 y El baile de los pájaros (2023). También es autor de dos libros de narrativa que recorren el territorio de la memoria: El cuenco de la mano (2007) y La creación del sentido (2015). Gran parte de su obra poética está recogida en el volumen Los bosques de la mirada. Poesía reunida 1984-2009 (2010).

Ha recibido, además, los premios internacionales de poesía Unicaja, Tiflos y Ricardo Molina-Ciudad de Córdoba. En 2007 fue reconocido con el Premio Extremadura a la Creación. Es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Extremadura y especialista en medicina intensiva, actividad que ejerce desde 1983 en la UCI del Hospital Universitario de su ciudad natal.

I

Fue el año de la sed.

No se veía a nadie
ni en las bifurcaciones de la noche
ni en el alumbramiento del relámpago.
Un territorio estéril
había convertido la distancia en un espacio insalvable.

En todas las iglesias
se escuchaban los cantos, las plegarias,
los antiguos lamentos de los hombres.

Muchos se embadurnaron
cubiertos de arpillera
con la pez del destierro y con los lodos
oscuros del desánimo.
Otros, aleccionados por los suyos,
previendo los asaltos, protegieron sus puertas
y ventanas
y ocultaron de noche sus ajuares
bajo las losas de los patios.

Pero fui yo el que estuvo
sentado junto al pozo
esperando las noticias del agua.

X

No nos reconocimos en la noche,

dice él,

hasta que intercambiamos

nuestras lámparas

y nos iluminamos cada uno

con el fuego del otro.

Una nobleza antigua

ha abierto nuestros ojos

y excavado en las grietas de nuestro corazón,

ha hecho aflorar la veta de lo humano

del pedernal inerte.

XXIV

Hemos dejado atrás,
bajo las luces
comunitarias de la infancia,
el universo limpio de las cosas
que no pueden nombrarse sin asombro.

Al pasado le sobra
transparencia,
nunca nos reencontramos con aquellos
que llegamos a ser:
las inscripciones
que graba la memoria
sobre lo ya vivido sólo honran
a muertos que no existen.

XXV

El otoño

me ha hecho caminar sobre un sembrado

de mariposas muertas.

Un silencio tranquilo

me lastra las palabras

y las vuelve inaudibles.

Vislumbres,

percepciones,

el lenguaje de signos de las enredaderas,

el rumor de las hojas vinculadas

con los desprendimientos

y las imantaciones

del abismo.

La vida ya vivida

crepita en el recuerdo de su primera brasa.

El que pude haber sido

y el que soy

dirimimos

nuestras contradicciones

tumbados en la hierba que nos filtra la luz.

XXXIII

Nuestro tiempo ha secado
sus semillas
y nosotros, ahora,
nos vemos caminando sobre ellas
como si fuesen cáscaras
o guijarros de río.

Humilde
en nuestras casas
reverbera en lo oscuro,
como el barniz saltado de los muebles,
en las habitaciones de los muertos,
lo que ya no esperamos,
pero no hemos dejado de anhelar.

Danzan sobre nosotros
las estrellas
en la noche callada
de nuestro desamparo y nuestra dicha.

Aún tenemos la vida de los árboles.
Y la de los desiertos.

de Esperando las noticias del agua, 2018

NOTA DEL AUTOR

Esperando las noticias del agua es un poema único compuesto por cuarenta y ocho fragmentos que, de una forma alegórica y utilizando como hilo narrativo el amor entre dos jóvenes, reflexiona sobre la entereza y la perseverancia como únicas maneras de sobrevivir al extravío ético de nuestras sociedades actuales.
Sin apenas anclajes geográficos o temporales, el poema construye el escenario mítico de un paisaje rural en extinción para indagar en las actitudes que, a modo de resistencia activa de carácter moral, nos pueden ayudar a superar las inclemencias de una época que en muchos de sus aspectos esenciales adolece de inanición y de sequía.

LA luz del mediodía,
como un pájaro ciego,
se sostiene en lo más alto del aire.
Las raíces del mosto sacan agua
de las profundidades de la tierra.

Hay un hermanamiento,
una especie de familiaridad entre las cosas
que conforman el mundo,
como si cada una cuidara de la otra,
como si la alegría en la que viven inmersas
fuera un logro de todas,
la conquista de una comunidad.

Acercarnos con afecto a las cosas
nos permite intimar con lo sagrado
que permanece en ellas.

La mañana está en deuda con la cosecha de las flores.
El que entiende de pájaros entiende de narcisos.

AMO lo que se hace lentamente,
lo que exige atención,
lo que demanda esfuerzo.

Amo la austeridad de los que escriben
como el que excava un pozo
o repara el esmalte de una taza.

Mi habla es un murmullo,
una simple presencia que en la noche,
en las proximidades del vacío,
se impone por sí sola contra el miedo,
contra la soledad que nos revela
lo pequeños que somos.

El poeta no ha elegido el futuro.
El poeta ha elegido descalzarse en el umbral del desierto.

LAS nubes se dispersan

sobre un campo de arándanos.

Las montañas

entre el aire y la tierra

se cubren con el trébol

y con la lana blanca de la acacia.

He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes.

Dichoso el que, sentado

bajo los grandes árboles

que iluminan de verde las mañanas del mundo,

no renuncia al regalo de lo inmenso.

HE encontrado en las cosas,
en los seres más simples,
una forma
de dejarse llevar, una manera
de abandonarse al flujo secreto de la vida
que nos invita a la modestia.

Los poemas que nos hacen mejores
son los que nos devuelven
a ese estado anterior
en el que era posible,
en nuestras relaciones con el mundo,
conducirnos con naturalidad, sin artificio.

Me conmueve la humildad de los pájaros
que trabajan día y noche para trenzar un nido
en un árbol sin nombre.

MI pensamiento fluye con los peces
por las aguas
de un río subterráneo,
con las ramas caídas por la serenidad
de una noche perpetua.

No soy como los árabes,
como las caravanas del desierto:
yo mendigo la luz.
Yo soy el que ha escarbado en la tierra de los dones
y ha extraído raíces,
la madera quemada de un incendio.

He aprendido a convivir con las ruinas,
a abrir una ventana y asomarme en silencio a la ternura
de lo que ya no existe.

Oculto en la espesura de las cosas
queda un último eco, sin embargo,
de la canción del paraíso,
un pequeño reflejo de la lámpara
que alumbró el primer día las fachadas
de las casas del mundo.

He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes.

Las palabras son mi forma de ser.

He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes, 2019

SIEMPRE HAY ALGUIEN QUE CUIDA


La montaña está sola.
La montaña es un perro abandonado
en un cruce de caminos del mundo.

Una montaña cabe en el espacio
entre el pulgar y el índice.

Mi corazón ha entrado
en la constelación de las palabras
y, en silencio, iluminado por ellas, mira afuera.

¿Qué se gana o se pierde
en este trato humano con las sombras,
en este abandonarse a los asuntos del alma
si la vida en el fondo no nos hace
mejores ni peores,
si la vida en el fondo nos persuade de que nada está a salvo?

Siempre hay alguien que cuida.
Siempre hay alguien que se queda despierto, 
el vigilante
que le dice a la noche que pase para todos,
pero no para él.

Escribir es trabajar con las manos.
Yo lo hago por agradecimiento, por respeto,
por un deseo profundo
de acercarme a las cosas y cuidarlas.

He aprendido a sentirme responsable de lo que no conozco.
He aprendido a encontrar mi lugar en cualquier sitio
donde sucede algo que me incumbe.

La poesía es una alfombra para huéspedes.
La soledad es fértil cuando cuenta con todos.

LA MORERA


Un resplandor nacido de sí mismo,
una luz sigilosa 
lleva a un árbol
de la materia oscura a la materia inflamada.

Sobre el alféizar brilla incandescente el brazalete del sol.

Humilde como aquellos
que aprendieron del aire los oficios 
sencillos de la vida, me siento ante mi mesa
como lo haría un viejo imaginero
en su taller de ángeles.

O como la morera
cuyas hojas se mueven 
a unos metros apenas de mi cuarto,
que arraigada en secreto en las sustancias 
primordiales del agua, 
en el espacio
que bajo mi ventana se guarda para sí,
levanta cada día una capilla para el conocimiento
luminoso del mundo.

MARCA DE AGUA


La poesía es una inmensa
construcción del espíritu
de la que percibimos, solamente,
las ruinas del poema.

El poema es un niño que se ha quedado solo.

Un remoto saber de los sentidos.
Una existencia llena de milagros
imperfectos e inútiles.

La cajita cerrada
con la llama encendida de una vela
de la que sólo queda el recuerdo de su luz.

COMIDA PARA PÁJAROS


Hermosas como todo
lo que de alguna forma 
alcanza su grandeza en su insignificancia, 
las palabras
son estrellas fugaces
sobre la piedra negra de la noche,
lamparitas azules de suburbio,
oraciones de náufrago.

Las palabras nos enseñan a solas
a sentirnos pequeños en un país de árboles.

Un pastor está inmóvil
bajo la sombra blanca de una acacia.
El alma del rebaño no cabe en el paisaje.

Sólo mientras tenemos
comida entre las manos
revolotean los pájaros a nuestro alrededor.

El baile de los pájaros, 2023

Podéis encontrar más información en https://basiliosanchez.info/