El próximo jueves 24 de mayo a las 19.30 horas estará en nuestro club de lectura- ya sabéis que es en la Casa del Libro de Sevilla, Calle Velázquez nº 8- el poeta sevillano Jesús Tortajada, capaz de iluminar con poesía lo cotidiano, de poetizar el entorno en un verso lleno de sentimiento, y también a veces, de humor e ironía. Saber dotar de sentimiento un verso no es fácil, y en mi opinión él sabe hacerlo. En su poesía intimista y reflexiva encontramos la fusión de lo objetivo o exterior , las escenas o anécdotas que acontecen en el día a día, con lo subjetivo o el sentir del sujeto que habla en el poema y que lo hace en primera persona en singular. Lo exterior ( un paisaje, una canción, salir de la ducha, un paseo en bicicleta, una verbena, el olor de un ambientador…) es una excusa o camino para llevarnos al interior, y ese camino lo realiza mediante un lenguaje de tono coloquial y ocurrentes asociaciones- o metáforas- sacadas de nuestra vida moderna, y con buena poesía, claro, la misma claridad que hay en su escritura. La entrada es libre hasta completar aforo. Os esperamos.
Un buen traje
Recuerdo que me dijo un conocido,
quitándose las gafas, componiéndose
como si me ofreciera el magisterio,
«Sin duda, lo mejor que tiene el hombre
en esta vida es un buen traje». Y, aunque
quedó vacilante y asombrado
mi entendimiento, pude rehacerme
(hay que admitirlo dentro de un entorno)
y acepté la elección- tal preferencia
sobre todas las cosas de este mundo…,
es lógico arreglar lo más patente,
lo que a la vista enseña y nos distingue
por la calle: el aspecto…»No te olvides
que no es tan importante el serlo, sino
el parecerlo», continuó diciendo
cuando me dio la mano al despedirse.
Pero cómo le explico yo a este hombre
para que lo comprenda, que a primera
hora de la mañana he releído
El hombre acecha de Miguel Hernández
(buena lectura para abrir los ojos)
y no he sido capaz ni de afeitarme,
me han fallado las fuerzas, me he vestido
como a tientas y sin ningún rigor.
¿Y yo cómo me pongo así un buen traje?,
si lo que necesito es una manta
para el alma. Desnudo, como siempre,
he llegado al trabajo por los pelos.
EL ESLABÓN
Mi abuelo fue capaz de convertirse
en servidor y recadero fiel,
y más sumiso que la propia criada.
A sus cincuenta y tantos años fue
-siendo subdirector del Banco Hispano
Americano de Madrid- nombrado
Cliente Predilecto de los puestos
de carnes y elegido, por entonces,
Jefe de Honor de frutas y verduras.
Días después le fue otorgado el título
de Tendero Mayor Plaza de Abastos;
valorado en puntualidad- inglesa-,
en compostura y trato de respeto,
en pulcritud- sus impecables trajes-,
su compra generosa y, sobre todo,
en su afabilidad y en su bondad.
Pero más importante todavía
es el recuerdo de mi padre- aunque
no fue reconocido por terceros.
De él aprendí, al terminar el día,
el dolor de los ojos y el estómago.
Siempre pluriempleado por las tardes
y pluridesvelado por las noches.
Grande de España en entregarse a fondo.
Yo quiero continuar la gran cadena
de hombres reconvertibles: los que, a toda
pastilla, se hacen más que humanos- son
una especie a extinguir- por bien del otro.
DEVOCIÓN
Melancolía
CANTA: BRUNO LOMAS
Suena en la radio una canción antigua,
de hace bastantes años; tan de pronto
la vida a puñaladas, tan de pronto.
Me he quedado rezando, ay, que diga,
cantando una oración, qué va, tampoco,
no sé lo que hago…, recordando, exacto,
sí, eso es, recordar…, no , resufrir.
Y la melancolía de septiembre
suena en los altavoces «fue un adiós
final, hasta la vista…» Hoy insiste
quien por el aire nos dejó tantísima
melancolía, la de aquel septiembre.
Sigue su onda expansiva dando golpes,
quebrando el alquitrán de mi cerebro
-son buches de vinagre que me tomo
ahora que estaba envejeciendo tan
tranquilo- y vuelvo a oler , a revivir
algo que ya tenía superado.
Yo de ese asunto había fallecido
y no tenía más que padecer
(voy en un coche, de regreso a casa,
y en el cristal mis ojos pasan como
los árboles de las cunetas, miran,
uno a uno, los días que han quedado
atrás, aprisa cada movimiento,
repasan velozmente cada roce
y cada gesto, mientras me refugio
en un pequeño brote de naranjo
que guardé en el bolsillo, en despedida).
Ha terminado la canción y aún
postrado, sin recursos, me mantengo
con los ojos cerrados- ya en la radio,
ajenos, cuentan cosas de hipermuebles-
y recuerdo, en voz baja rezo, digo,
canto con verdadera devoción.
VADO PERMANENTE
Si viniera una grúa bondadosa
para echarme una mano articulada,
cuánto sería mi agradecimiento
-recoge los despojos como nadie.
Tan delicada mano siempre lleva
a donde te chequean , te alinean,
te compensan, te miden los niveles,
te filtran, te…A ese lugar que todo
ser vivo sueña rodeado entero
de ricas grasas y mejor aceite
-el ungüento y el bálsamo que anhela
el organismo accidentado-, toda
clases de útiles y enseres listos
para alcanzar la puesta a punto, para
lograr la puesta en marcha. Y , además,
te dan la garantía de equis tiempo.
JESÚS TORTAJADA ha publicado los siguientes libros: Un invierno llevadero (1985), Malosdías (2000), Un buen traje (2003), ganó el Premio Ángaro 2008 con Ruegos y preguntas ( podéis leer poemas de este poemario en este enlace: http://www.tinta-china.net/j_tortajada_14.htm ) y está a punto de publicar un nuevo poemario.