El miércoles 1 de febrero a las 19 horas volverán a abrirse las ventanas en Casa del Libro , C/ Velázquez n.8 de Sevilla . En esta ocasión de la mano del profesor, escritor y crítico literario José De María Romero Barea . Por supuesto, me encantará veros y contrastar nuestros paisajes, porque en la lectura:
«… la arboleda despierta
la ciudad se acoda en tu balcón
esperas encontrarte en ella
y encontrarlos»
Muchísimas gracias a quienes me acompañaron ayer en la presentación de mi poemario » Las ventanas del tiempo». Fue una alegría veros y una delicia de tarde . Y cómo no agradecer la magnífica presentación de José De María Romero Barea , una lectura profunda, lúcida, detallada y llena de inteligentes reflexiones. Qué hermoso regalo. Gracias.
El próximo miércoles 25 de enero a las 19 horas, en el Taller de poetas, tendremos un encuentro por Meet con la excelente poeta Raquel Lanseros. Quienes estén interesados escribir a: aalveasanchez@gmail.com
RAQUEL LANSEROS.- Poeta y traductora, es una de las voces más premiadas y reconocidas de la actual poesía en español. Cerca de 200 críticos de más de 100 universidades (Harvard, Oxford, Columbia o Princeton, entre ellas) la han elegido la poeta más relevante en lengua española nacida después de 1970.
Autora de los libros Leyendas del promontorio, Diario de un destello, Los ojos de la niebla, Croniria, Las pequeñas espinas son pequeñas, este último uno de los más vendidos en España en 2014, y Matria. Croniria está publicado en inglés en Estados Unidos, mientras que Diario de un destello en francés se ha publicado en Francia bajo el título de Journal d’un scintillement. En Italia ha publicado Fino a che saremo Itaca, libro recopilatorio de muchos de sus poemas. Además, a partir de su obra se han publicado en España las antologías personales La acacia roja, Un sueño dentro de un sueño y A las órdenes del viento. Su obra ha sido reunida en su totalidad en el volumen Esta momentánea eternidad.
Entre los importantes galardones que ha recibido destacan el Premio de la Crítica 2018 y el Premio Andalucía de la Crítica 2018, el Premio Unicaja de Poesía, el Premio Antonio Machado en Baeza, el Premio del Tren o el Premio Jaén de Poesía, así como un accésit del Premio Adonáis.
De su trabajo como traductora destaca su versión rimada de los poemas de amor de Edgar Allan Poe, publicada en España y El Salvador con el título Poemas de amor; su traducción de una selección de poemas de Lewis Carroll, publicada bajo el título de Poemas; y su traducción de Los ojos de Elsa, el libro más reconocido de Louis Aragon y publicado por primera vez en español. Asimismo, ha publicado obra crítica, como Poesía soy yo, una antología de poetas del siglo XX en español, editada y prologada junto a Ana Merino.
Doctora en Didáctica de la Lengua y la Literatura, Máster en Comunicación Social y Licenciada en Filología inglesa, su obra ha sido parcialmente traducida a numerosos idiomas, e incluida en innumerables antologías y publicaciones literarias de todo el mundo, entre las cuales Poesía ante la incertidumbre ha superado la docena de ediciones en diferentes países. Participa en talleres de creación poética, cursos, festivales y encuentros literarios por todo el mundo, a la vez que colabora con prestigiosas revistas literarias y culturales internacionales.
Forma parte permanente del proyecto literario-teatral Hijos de Mary Shelley, que reúne a poetas, novelistas, dramaturgos y músicos. Es la traductora oficial al español para el proyecto europeo Pop Science, auspiciado por la Universidad de Ginebra, el CERN y la Academia Mundial de la Poesía, del que fue seleccionada representante española.
Que no crezca jamás en mis entrañas esa calma aparente llamada escepticismo. Huya yo del resabio, del cinismo, de la imparcialidad de hombros encogidos. Crea yo siempre en la vida crea yo siempre en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua. Que nunca se parezca mi epidermis a la piel de un paquidermo inconmovible, helado.
Llore yo todavía por sueños imposibles por amores prohibidos por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado. Consérvense en mis labios las canciones, muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.
Por si vinieran tiempos de silencio.
—
Yago Bazal de deja ver dos horas
La luna nueva late dentro del corazón de un hombre declarado clandestino.
Es una noche oscura como un crimen.
Yago Bazal avanza monte abajo entre sombras azules que susurran su historia.
Porque los ideales se volvieron ceniza hace tiempo que Yago no hace fuego.
Así, va dejando jirones de sus mejores sueños en las plateadas jaras a su paso.
Lo recuerda muy bien.
Un búho reconoce el rostro tenso a veces decidido a rebelarse contra quienes lo excluyen de los seres humanos aunque otras veces también muestra, de pronto, el cansancio plomizo y demacrado de una lucha sin plazo.
Hay pocos camaradas y mucha escarcha rota.
No es la palabra frío la que agrieta la cara ni amorata los dedos en las botas deshechas.
Es el frío de verdad.
Es el frío espeso de esta primera Navidad después de la derrota pegándosele al cuerpo igual que una serpiente.
En la guerra Yago había odiado las palabras.
Podía notar el pulso tibio como la tierra en las letras de sangre.
Sin embargo, ahora sabe que no son las palabras quienes matan.
Cada letra es un pez en el océano, un árbol florecido, pero hay labios que usan las palabras como se usa una ametralladora.
Fuera se han encendido las farolas ausentes de la calle.
Mientras, suspira muy despacio.
El frío le acompaña como entonces.
Si cierra bien los ojos fatigados.
Yago se puede ver trepando el muro de su propia huerta acallando a sus perros penetrando furtivo en su mísera casa de trigo húmedo y ajo.
Aún puede oír el sollozo desvalido de la mujer que ama al verlo tan delgado y polvoriento.
Todas las noches Yago vuelve a huir monte arriba con pocas provisiones y un beso triste quemándole los labios con los ojos perdidos de los hombres cuyo futuro ha sido demolido.
Todos nosotros somos ahora y para siempre las pisadas de Yago contra la piedra helada, yo soy el pan callado de aquella Nochebuena, tú eres la luna oscura que le ayuda a esconderse.
Y hoy es mil novecientos treinta y nueve.
De Diario de un destello ( 2006)
Un joven poeta recuerda a su padre
Ahora ya sé que pasé por tu vida como pasan los ríos debajo de los puentes indiferentes, turbios, orgullosos con la trivialidad desdibujada de las pequeñas cosas que parecen eternas.
Muchas veces lo obvio se oculta tras un halo de extrañeza tras la costumbre lenta, indistinguible del aura fugitiva de las vivencias únicas.
Es difícil saber que la belleza abrupta del vivir cotidiano tan desinteresada de sí misma nacida sin clamor ni pretensiones es en esencia tan mágica y rotunda que resulta imposible de imitar a propósito.
Y es aún más difícil comprender que la fiesta de las cosas sencillas casi siempre termina mucho antes que la voluntad del festejado.
Inmóvil vi pasar ante mis ojos el desfile callado de tu vida con tus sueños cansados en otoño tus alegrías de puertas para adentro y tus desvelos discretamente cálidos.
Creo acertar si digo que nunca te di nada que no fuese un préstamo a mí mismo.
Te pedí, sin embargo, tantas cosas.
Hoy, inmóvil de nuevo, asisto inerme a este desfile amargo de tu ausencia mientras mi corazón, dividido y atónito, comienza a descubrir, como el poeta, que la vida va en serio.
Te recuerdo. Hace frío y el frío me devuelve aquella forma tuya tan sutil de ofrecerme a la vez un corazón errante la suerte en un casino de Las Vegas la lluvia indescifrable del desierto los versos de Machado en un suburbio.
Ahora ya sé que pasé por tu vida indolente y confiado, sin asombro, como suelen vivir todos los hombres que no conocen todavía la pérdida.
—
LA MUJER HERIDA
Solamente si alguna vez amaste con uñas y con dientes sin red sin salvavidas aciertes a entender el vértigo insondable que se extiende a los pies del desengaño.
Ella creyó encontrar la fuente del principio cuando lo conoció, en medio de la tierra, sin más escudo que su piel de hombre bruñida por el sol igual que el oro viejo.
Lo amó sin precipicios ni preguntas tiernamente, en silencio con esa gratitud voluptuosa que provoca la lluvia en primavera.
Todo era tan sencillo.
Los versos inflamados de poetas infinitos parecían seguirla a todas partes como si el corazón se hubiera convertido en un fiel animal domesticado.
Porque no existe nada que perdure una noche aprendió, como tantos lo hicieran antes y después de ella, que el amor es un río con cataratas propias y remansos ajenos que siempre desemboca en el océano.
Míralo de este modo: la vida te ha enseñado siguiendo su costumbre de incansable maestra cómo el alma dibuja serenas cicatrices sobre viejas heridas.
De Los ojos de la niebla (2008)
—
A LAS ÓRDENES DEL VIENTO
Para todos los que sienten que no están al mando
Me habría gustado ser discípula de Ícaro.
Hubiera sido hermoso festejar
las bodas de Calixto y Melibea.
Me habría gustado ser
un hitita ante la reina Nefertari
el joven Werther en Río de Janeiro
la deslumbrante dama sevillana
por la que Don José rechazó a Carmen.
Yo quisiera haber sido el huerto del poeta
con su verde árbol y su pozo blanco
el inspector fiscal
con el que conversara Maiakovski.
Me habría gustado amarte. Te lo juro.
Sólo que muchas veces la voluntad no basta.
—
BENDITA ALEGRÍA
Te confunden con otras, alegría: ingenuidad, simpleza, candidez, inocencia. Te subestiman con diminutivos sucedáneo de la felicidad eterna hermana pobre de la euforia.
Parecen no acordarse de la helada rutina, cuando las insistencias se vacían de sangre y el espanto aprisiona como un despeñadero.
No recojas el guante, te lo ruego, olvida el desafío que lanza la ignorancia. No nos dejes perdidos en medio de qué océano, sin tu luz, alegría, la de las manos anchas la que convierte el alma en lugar habitable.
Desatiende el rumor de las trincheras, la retórica vana de los oportunistas. Tú eres el destilado de libertad más único, el orgasmo espontáneo del espíritu.
Bienhallada alegría la pura de sabor la complaciente tú que vives y reinas en el tuétano limpio ahora y en el albor de toda hora quédate con nosotros.
—
LOS HECHOS SON OKUPAS
Qué tozudez más seca tiene esto que llamamos realidad para entendernos. Qué terca se revuelve contra el cielo. La intersección más áspera donde mueren los sueños.
La he echado de mi casa innumerables veces y siempre reaparece bajo cualquier pretexto.
Os juro, un día de éstos acabo cometiendo un desvarío. No volváis nunca más, verdades como puños no sigáis invadiendo mi morada.
Dejadme disfrutar a solas de mis pérdidas.
De Croniria (2009)
En este vídeo podemos ver a la autora hablando de su poemario «Las pequeñas espinas son pequeñas»:
Y en este enlace la poeta recitando un poema de «Las pequeñas espinas son pequeñas»:
Quién diría que han gestado a todos los seres humanos del planeta cuando de la riqueza poseen nada más un arañazo. Acarician la piel de los ancianos. Riegan con leche el alma de los niños. Pintan cuadros que firman sus amantes.
Son una de cada dos personas muertas. Una de cada dos personas vivas. Llevan siglos mirando desde lejos las hazañas ajenas en los escaparates de la Historia.
No es extraño que muchas desafíen las costumbres las miradas mugrientas las amenazas con forma de cuchillo el dolor del estigma. Un castigo es más soportable que una jaula.
Nada en ellas escapa al escrutinio de otros. ¿Cómo iban a perdonar que el pensamiento no se pueda extirpar ni adormecer?
Dejemos de una vez los disimulos. Ya no estamos a tiempo de tener un pasado glorioso. Pero todo el futuro seguirá agonizando hasta que no sea suyo lo que les pertenece.
—
MORENA CLARA
Estrella de plata,
la que más reluce,
¿por qué me llevas
por este calvario
llenito de cruces?
Antonio Quintero y Pascual Guillén
Fuiste una anciana de diecisiete años
porque la vida supo salvarse en ti a sí misma.
Demasiado espigada para un tiempo de luto
tú ibas
a caballo
sobre el firmamento.
El animoso monte revienta de colores.
Ya casi es primavera.
¿Quién iba a imaginar que fuera a ser la última?
Desde tu tornavoz, el apuntador dicta: Cuando se marchaba
no intentó mirarla
ni lanzó un quejío
ni le dijo adiós.
Tú sueñas con el sol sobre las tablas
como el brote comienza a bailar con el viento.
Es mayo y es España.
Mil novecientos treinta y seis el año.
Tu juventud escucha los aplausos caer
rescoldos de horizonte y manantial.
Pero ya las estrellas están brotando enfermas.
Han llegado a la era turbios hombres.
Gritan mucho y golpean los pies contra el camino.
Golondrinas sin alas, los niños dicen: ¡guerra!
Guerra, esa flor maligna
que brota solamente de los suelos muertos.
La noche que tendieron duró infinitos años.
Y tú, cieguecita sobre las tinieblas
a pasito lento.
No te dejaron ser
joven
ni actriz
ni libre.
Pero nunca lograron
hacerte maldecir tu limosna de vida
ni desclavarte a Dios del corazón
ni acallar tus susurros de inmortalidad.
Siempre tuviste diecisiete años
porque la vida nunca se resigna
y aun herida, marchita, apaleada
espera su ocasión
espera siempre
poder resucitar
morena
y clara.
—
LA LENGUA NECESITA UNA ESCAPADA
Descansando un momento del ruido con la mano se aparta el sudor agotada de utilitarismo saturada de trivialidad vuelve a ser el motor primigenio que toma conciencia.
Le horrorizan los mismos epítetos las idénticas cartas de amor sueña con adjetivos exóticos con orillas de verbos abiertos alejadas del tedio mimético y el lugar común.
El lenguaje se mira al espejo que refleja vigor y belleza se acaricia el armónico torso se despoja de ropajes viejos armoniza al concierto del cosmos su respiración.
Durante unos instantes es libre fuerte, joven, poderoso y pleno sin grilletes de usuarios insulsos sin el yugo de la menudencia se sumerge en su lago sonoro donde es dios del país de la idea y reencuentra el calor de su amada por fin, la poesía.
—
DESMONTANDO EL ANTROPONCENTRISMO
Que la naturaleza y usted tienen distintos planes
no es más que una obviedad
y- dicho sea de paso-
no habla a su favor que todavía no se haya dado cuenta.
Ella ve la cadena, usted el eslabón.
No la malinterprete
no es que el humano entendimiento suyo
le sea indiferente. Pero si hay que escoger
ella prefiere
la fuerza
el entusiasmo
el empuje sin desvanecimiento.
Ama los seres vivos dispuestos a luchar
para seguir estándolo.
Si acumula experiencia, sáquele partido.
Si prevé desenlaces, mejore sus posibles.
En cambio, no cometa
la niñería de dar por sentado.
¿No ha comprendido aún quién es el prestatario?
Pero no desfallezca
en tanto siga aquí
respirando
sintiendo
percibiendo
cada segundo es toda una victoria.
De Matria (2018)
Conferencia impartida por Raquel Lanseros en la Fundación March
En nuestro ciclo de encuentros «El poeta y su voz», estará con nosotros el próximo martes 17 de enero la escritora Carmen Ramos para hablarnos de su trayectoria, de poesía, profundizaremos en su libro «Realidades efímeras» , de sus proyectos… Será a las 19 horas en la librería Casa del Libro de Viapol, Av. de Diego Martínez Barrio 4, Sevilla. Nos alegrará veros en esta interesante charla.
Carmen Ramos (Gibraleón, Huelva, 1968). Economista de profesión. La plaquette Mudanza Interior (Ediciones en Huida, 2010) fue su primera publicación en solitario a la que han seguido los poemarios Poliédrica (Ediciones en Huida, 2011), Las estrellas han hallado otra forma de morir (Guadalturia Ediciones, 2013), Pequeño Tratado de Etología (Lastura Ediciones, 2016), la colección de haikus Utsugi to wasabi (Las hojas del baobab, 2017), Cuaderno de Laboratorio (El Libro Feroz, 2020) y el libro de microrrelatos Más de veinte maneras de lavarse las manos (Lastura Ediciones, 2018). Desde 2015 coordina el proyecto «Completamente viernes» con el que ha organizado talleres literarios, encuentros con autores y acciones poéticas, entre otras actividades. Actualmente tiene una columna mensual en el diario Huelva Ya llamada «Cerca de la Lettera», donde escribe sobre literatura, mujeres y editoriales independiente y es la responsable de la newsletter de poesía ¡Por fin es viernes!
En la página web de la editorial encontramos este resumen: «Toda palabra poética contiene en sí misma algo de rebeldía. Un lector atento podrá desvelar siempre un indicio, la explosión de un grito que en la metáfora se contiene y se amaga. En Las realidades efímeras, Carmen Ramos lanza sobre el mundo un llanto desgarrado en forma de poema que presenta una galería de imágenes en las que consternación y sensibilidad, espanto y esperanza, injusticia y empatía son conceptos que, lejos de contradecirse, se completan. La poeta nos quiere contar una historia, su propia historia, pero también la de todas las cosas que conforman una realidad que se nos ha hecho amarga y enferma. En definitiva, la palabra de Carmen Ramos nos hace a todos cómplices y, a la vez, merecedores de ese aullido que nos redima.»
No os dejará indiferente la lectura de «Realidades efímeras» , un libro que conmueve y sacude ( tal como exigía Emily Dickinson a la poesía). En él nos retrata realidades difíciles, duras, dolorosas, crueles, donde la desgracia y la fragilidad humana y el miedo se hacen patentes; pero también la resistencia, el valor de la experiencia. Abarca una multiplicidad de temas: crítica social, la condición humana, lo animal en nosotros , la identidad, el tema del género ( el papel de la mujer en la sociedad), la escritura, el decir y usar la voz… En poemas breves, intensos, sugerentes, rotundos, trágicos a veces . Y todo con el uso de un lenguaje coloquial, cercano, la precisión de sus imágenes o el énfasis de las enumeraciones.
Estructurado en cuatro partes: La ciudad santa, La huella de la serpiente, La tentación de la tristeza y Alguien debería contar esta historia. De manera simbólica nos relata sucesos de un verano. El verano suele representar esplendor y alegría, aunque en este caso no es así, o al menos, no solo, pues conlleva dolor y sufrimiento, y ahí esta el recurso del contraste. Nos muestra un verano contrario a una estación paradisíaca y vacacional. Y no solo como un tiempo de crisis personal, sino también social. Y no solo personal, pues parece contar la historia de todos/as. No la historia, más bien las emociones de todos, ya que viene a expresarnos el sentir.
Como hilo que enlaza cada una de sus partes, como puerta de entrada a cada sección, encontramos un poema sobre el verano referente a noticias de actualidad, con los que parece integrar una historia personal dentro de la historia del mundo: El verano de los niños, El verano de Ronald McDonald, el verano de Nik Wallenda, el verano de LauWan, poemas que contienen una denuncia.
En su primera parte nos describe la ciudad como una cárcel, el papel que se le otorga a la mujer, un exterior hostil y grotesco, rodeada de soledad, vacío, muerte, frustración, incendio. Y a su pesar, Pero avanzaremos/ por calles levemente iluminadas…
En La huella de la serpiente nos retrata el dolor, el sufrimiento y el daño y la huella de una serpiente en la arena representa el miedo, lo amenazante que provoca miedo. Aquí el sujeto poético traspasa la noche, lo que la noche simboliza de oscuridad, y despierta.
La tentación de la tristeza muestra un ejemplo de resistencia, de mantenerse porque No duele la herida en la piel, duele la ausencia de herida. Aquí la grieta, la sima, no encontrar salida, la ceguera, la tentación de la tristeza, pero también la astucia.
Nos encontramos con el tema de la identidad, lo animal que puede haber en nosotros, del posible desdoblamiento de quien escribe, la reflexión de para qué la escritura, la extrañeza del vivir, de todo naufragio que se desea contar.
Os dejo como siempre con algunos poemas:
EL VERANO DE LOS NIÑOS
Todo esto sucedió
el verano de los niños,
el verano de los niños en la playa,
el verano de los niños que comían arena en la playa,
el verano de los niños muertos que comían arena en la playa.
—
Me he cosido los ojos.
Ahora hay un pespunte entre mis párpados.
He aprendido que es exactamente así como se inventan los límites.
Después de las vacaciones navideñas comparto con vosotros la revista Disidentes número 13, de enero de 2023. Estrenamos el año con muy buena literatura: poemas de Rosario F. Cartes, de Iván Onia Valero, Jorge Díaz Martínez y Rosa Isela Lamadrid; los aforismos de Rosario Troncoso; artículos, música, fantásticas fotografías que retratan una danza prehispánica, la reseña de Ana Recio Mir al poemario «Servido en frío» (de Manuel Francisco Reina), y mucho más…
En cuanto a mi artículo de enero, «Escritura y salud», aclarar que no es fruto de ninguna investigación, sino del azar, es más, de noticias varias que los amigos nos vamos pasando por whatsapp. Por supuesto, nace de mi idea de catarsis de la escritura ( ya lo indicaba Aristóteles con la tragedia) y lo comprobé especialmente en mi poemario «Púrpura de cristal» . En fin, que espero que os resulte curioso. Un abrazo y mis mejores deseos para el 2023.