DÍAS DE FERIA
El lirio enojado
en la primavera que no llega
explota en la cara
de las mocitas de Sevilla.
Los barberos se calzan
sus alforjas de conquista
y un cielo raro y mentiroso
acuna las bodegas
emborracha las esquinas.
Farolillos de lunares
han perdido la vergüenza
como pavos desplumados
en el recinto de la feria.
Han dado las 12:00
y se encienden las bombillas
se reúnen los grillos
a cantar en las casillas.
Las bailarinas encuentran
la mejor de las sonrisas
y descienden por los flecos
las curvas de las niñas.
Corsés y almidones
telas tiesas y gomina
es tradición transformarse
en esta arquitectura masculina.
A las tres de la mañana
la silueta se oscurece
sobre un fondo de rayas
un payaso aparece.
El chocolate humea
dulcemente entre los labios
y un río verde y callado
calma el picazón de pies
de los transeúntes a su paso.
El polvo de la mañana
abrazando a la ciudad
la máquina de los sueños
trabajando sin parar.
Ya están preparando las gambas
para salir
y los primeros lunares entran
por las puertas del Guadalquivir.
acuarela y poema de Gloria Sánchez Triano