Vencida la tarde en su púrpura derrota
te amo.
Pierdo la orientación del sol
y te pierdo a ti, en mí.
Se hace difícil sobrevivir
entre las fauces del destino.
Llegas, pasa el tiempo y olvido.
En mi conciencia
en mi razón,
en mi fracaso,
casi como una oración repito:
Te amo,
con prudencia, ámame.
Te amo,
con justicia, ámame.
Te amo,
con fortaleza, ámame.
Te amo,
con templanza, ámame.
Almudena Tarancón Jiménez