VERSOS EN LA PIEL. FOTOGRAFÍA Y POESÍA

El pasado 16 de mayo se inauguró en el Centro Cívico Las Sirenas, en el barrio de La Alameda de Sevilla, una exposición de fotografías de Maribel Suárez acompañadas de poemas de mis alumnos del Taller de los/as poetas , con mi colaboración y la del escritor , periodista y gestor cultural, José Iglesias Blandón. Las impresionantes fotografías de Maribel las realizó como voluntaria en la Asociación Elige la Vida. Para recaudar fondos a favor de esta Asociación  publicamos un catálogo con las fotografías y los poemas. Los miembros del Taller de los poetas: Otto Llull, Florencio Luque, Gloria Sánchez Triano, Mercedes Muras, André Ramil, Ana Recio Mir, Manuel J. Nilosé y María AR.

 

 

Huella XX: DÍAS DE FERIA

 

 

puente

DÍAS DE FERIA

El lirio enojado

en la primavera que no llega

explota en la cara

de las mocitas de Sevilla.

 

Los barberos se calzan

sus alforjas de conquista

y un cielo raro y mentiroso

acuna las bodegas

emborracha las esquinas.

 

Farolillos de lunares

han perdido la vergüenza

como pavos desplumados

en el recinto de la feria.

 

Han dado las 12:00

y se encienden las bombillas

se reúnen los grillos

a cantar en las casillas.

 

Las bailarinas encuentran

la mejor de las sonrisas

y descienden por los flecos

las curvas de las niñas.

 

Corsés y almidones

telas tiesas y gomina

es tradición transformarse

en esta arquitectura masculina.

 

A las tres de la mañana

la silueta se oscurece

sobre un fondo de rayas

un payaso aparece.

 

El chocolate humea

dulcemente entre los labios

y un río verde y callado

calma el picazón de pies

de los transeúntes a su paso.

 

El polvo de la mañana

abrazando a la ciudad

la máquina de los sueños

trabajando sin parar.

 

Ya están preparando las gambas

para salir

y los primeros lunares entran

por las puertas del Guadalquivir.

     acuarela y poema de  Gloria Sánchez Triano

HUELLA XVIII: MÍRAME. ¿QUÉ VES? SOLO UN PEDACITO

Mírame. ¿Qué ves? Solo un pedacito.
Pero yo soy más, me extiendo hacia el cielo.
Un avión me pasa rozando la frente
y un pájaro loco anidó en mi pelo.
Solo un pedacito queda al exterior,
insignificante, pequeño, ridículo,
expuesto a la gente, al frío y al calor,
expuesto a la gente, solo un pedacito.
Pero yo soy más, al cielo me alargo
tocando las nubes que rozan mi cuello.
Y aquí, desde arriba, me miro los pies
posados desnudos sobre el tosco suelo.
Extiendo mis brazos y abarco este mundo
y otro más allá, y otro si me apuras.
Me como los campos, los valles transito,
atravieso mares y cruzo fronteras,
Y cruzo fronteras, y cruzo fronteras,
hasta el infinito.
Mírame. ¿Qué ves? ¿Puedes ver mi alma?
¿Mis sueños, tal vez? Solo un pedacito.
Solo un pedacito.
Eso es lo que ves.
                       Reyes Maraver  Diago

Hallazgo: Rutinas en la creación de algunas escritoras y…

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Ojeando y navegando por internet -y gracias a la sección Asuntos para navegantes de la revista cultural Babelia del pasado sábado 11 de octubre- , me he topado con este blog que tiene varias entradas interesantes,  una de ellas es la que relata las rutinas en la creación de algunas escritoras:

http://www.libropatas.com/listas/las-rutinas-de-trabajo-de-las-escritoras/

También me ha resultado interesante y curioso cómo se ganaban la vida famosos escritores,  problema común de todo escritor, todavía más agravado si lo que escribe es poesía:

http://www.libropatas.com/listas/sorprendentes-profesiones-con-las-que-los-escritores-se-ganaban-la-vida/

Internet y sus gratas sorpresas

Una lágrima cae. Manuel Anarte

*Manuel Anarte nos ha acompañado durante mucho tiempo, estudiante de medicina y poeta, nos deja este poema de recuerdo, desde aquí le deseamos una feliz travesía y espero verlo recitar este jueves en la librería Birlibirloque ( a las 20 horas). El poema:

Una lágrima cae

por cada golpe de despertador

en el que amanezco solo.

 

Las huellas de tu ropa,

entre el polvo que me acompaña,

decoran el cuarto a la tenue luz,

que cruza, por los resquicios,

las cascadas de nuestro infierno.

 

Las montañas se hundieron hace tiempo

cuando te disfrazabas de diosa griega

y usábamos madera para calentarnos.

 

Quemamos Londres, ardió Roma.

Mientras, saltábamos al vacío

sin arnés ni alas.

El paracaídas rodaba por el suelo

y los ratones roían mis calcetines.

 

No importa el tiempo,

la vida o los vecinos

estaba todo permitido

debajo de las sábanas

 

Las sábanas son de nieve

y mi lecho es la superficie

de un planeta desconocido.

 

Perdí el vértice de mi aguja,

mi eje de coordenadas,

cuando cerraste la puerta

camino del trabajo.

Manuel Anarte