En Baeza con Joan Margarit

Siempre hermoso volver a Baeza, ese pueblo con historia y encanto, y a sus magníficas vistas al Valle del Guadalquivir; siempre alegran los encuentros y siempre te vas con nuevos conocimientos, renovada perspectiva y temas sobre los que reflexionar. Este año, gracias al curso de verano «Joan Margarit, la verdad de la poesía». Mi agradecimiento al director del curso, Juan Carlos Abril, a Luis García Montero y a todos aquellos que lo han hecho posible. Y por supuesto, a los amigos poetas, con los que he pasado días felices compartiendo vivencias, charlas, risas y poesía.

De izquierda a derecha: Lola Terol, Francisco Javier Cárdenas García, María Ruiz Ocaña, José Andrés y Rafael Cañadillas ( yo estoy en la sombra)

Y como botón, os dejo algunas intervenciones que están en la página de la UNIA:

Los intervinientes coinciden que en su edad madura ( el propio autor en una entrevista indica que a partir de los 40) su poesía da un giro, se vuelve más áspera y dura, quiere eliminar al máximo la retórica. Margarit llega a decir que pretende una poesía que no sea suntuosa, que no sea vana y que no sea original. Evita patetismos, a pesar de lo duro que pueda ser el relato. Usa un lenguaje cotidiano e indaga con la poesía en su interior, buscando entender y buscando una verdad, reflexiona sobre sus vivencias con una sorprendente lucidez y sentido común. Poesía exacta y precisa, depurada, pero emotiva e inteligente. En todo caso, Jordi Gracia nos avisa que por muy intimista y autobiográfica que sea un poema, siempre hay divergencias entre el personaje y la persona – idea a la que también alude el profesor José Carlos Mainer-. Temas de sus libros: el pasado, la guerra, la posguerra, la infancia traumática, el descubrimiento de la vocación, el amor, el dolor, la muerte, el duelo por su hija Joana… Esta es una extrema síntesis, el contenido del curso es mucho mayor, para folios y folios.

NO TIRES LAS CARTAS DE AMOR

No tires las cartas de amor

Ellas no te abandonarán.

El tiempo pasará, se borrará el deseo

-esta flecha de sombra-

y los sensuales rostros, bellos e inteligentes,

se ocultarán en ti, al fondo de un espejo.

Caerán los años. Te cansarán los libros.

Descenderás aún más

e, incluso, perderás la poesía.

El ruido de ciudad en los cristales

acabará por ser tu única música,

y las cartas de amor que habrás guardado

serán tu última literatura.

Aguafuertes, 1998

AYUDAR

Comienza a oscurecer mientras contemplo

la inclinación del techo sobre el que está el tejado:

esas vigas que un día fueron árboles,

torcidas, barnizadas, unas junto a las otras,

soportan el forjado de cubierta

y la nieve caída a lo largo de la tarde.

Resistirán el peso de esta noche

y quizá seré yo el que alguna vez,

resistirá desde un poema

para que una mujer en su noche difícil

diga de mí: cómo soporta

este insomnio, el dolor, la nieve de mis ojos.

de Amar es dónde, 2015

BALADA DE LA POESÍA

Construí estructuras, esqueletos de hierro

que eran peligrosos cuando helaba.

La vida ha ido quedándose

bajo el cálido invierno de las obras,

y yo he envejecido viendo salir el sol

al ritmo de los mallos golpeando las vigas.

Hoy sale por detrás de otra esbeltez

estructural desnuda, como una mujer

a la que siempre he amado. Cada vez que la toco

me quema, helada, mientras continúo

lo que jamás termina: construir.

de No estaba lejos, no era difícil ,2011

LA LIBERTAD

Es la razón de nuestra vida,

dijimos, estudiantes soñadores.

La razón de los viejos, matizamos ahora,

su única y escéptica esperanza.

La libertad es un extraño viaje.

Son las plazas de toros con las sillas

sobre la arena en las primeras elecciones.

Es el peligro que, de madrugada,

nos acecha en el metro,

son los periódicos al fin de la jornada.

La libertad es hacer el amor en los parques.

Es el alba de un día de huelga general.

Es morir libre. Son las guerras médicas.

Las palabras República y Civil.

Un rey saliendo en tren hacia el exilio.

La libertad es una librería.

Ir indocumentado.

Las canciones prohibidas.

Una forma de amor, la libertad.

Amor es dónde, 2015

Breves anotaciones de «Nuevas Cartas a un joven poeta» de Joan Margarit

Joan Margarit

Confiesa Joan Margarit que Cartas a un joven poeta de Rilke, libro de lectura obligatoria para cualquier aprendiz de poeta, le mostró algunas verdades en las que todavía cree. Esta buena compañía le habrá impulsado a escribir sus propias cartas donde reflexionar sobre la poesía .

Un poema, para Joan, es el que le hace mejor persona, le procura un mayor equilibrio interior, le consuela y le deja un poco más cerca de la felicidad.

Destaca como rasgos de la poesía : la concisión, la exactitud y la intensidad. No podemos perder de vista tampoco la tradición literaria, ese poso del que brota nuestros versos, como tampoco la métrica ( el ritmo más bien) o la retórica.

«Ser poeta es una manera de ser o estar en el mundo, como diría Heidegger».

«Hay que sumergirse en la obra de los maestros, pero también hay que saber salir».

La poesía se le muestra a Joan como una necesidad, el poeta no puede vivir sin escribir poemas, se convierte en una sana obsesión y en una pasión.

«La poesía es donde hallamos un reflejo de nuestra propia verdad. A veces una sombra de la verdad del mundo».

Experiencia lectora: Leer un buen poema es entrar en él y cuando se acaba de leer ,ya no somos los mismos.

Dos movimientos artísticos y literarios cuya influencia continúa hoy en día: el Romanticismo y las Vanguardias.

La versión inicial de un poema, después de mucho trabajarlo, suele parecerse poco a su versión final.

Aconseja para el aprendizaje de poesía empezar copiando a los grandes poetas, incluso copiar a mano los poemas más interesantes. Después, intentar volver a escribir el poema que antes se ha copiado, pero sin mirarlo, dar un paso más allá y escribir sobre mismo tema, pero copiando el estilo, para luego buscar y aportar de nuestra propia cosecha.

Cuidado con los tópicos, esta es una advertencia que siempre hago también a mis alumnos.

«El poema siempre enmascara alguna crueldad desde el momento que está dispuesto a revelar algún tipo de verdad».

«Un poeta da miedo por la verdad que busca y por la soledad que trae».

La poesía como la última Casa de la Misericordia.
Para terminar, qué mejor modo que precisamente con su poema Casa de Misericordia:

Casa de Misericordia

El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre, ahora, la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar mis hijos
en esta Casa de Misericordia.

El frío del mañana está en la instancia.
Hospicios y orfanatos fueron duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Igual que la poesía: un buen poema,
por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.