13 de junio: Vicente Tortajada y su libro «Esplendor»

Esplendor

Culminamos este segundo ciclo de encuentros con  una interesante figura, como es la de Vicente Tortajada (1952-2003) ,  buen escritor y exquisito poeta, fue también  traductor y asesor literario de la editorial Renacimiento. Entre sus obras de poesía encontramos: Sílaba moral (1983)- Premio de Poesía Luis Cernuda-, La respuesta inelegante (1986), Pabellones (1990) y una traducción de Los sonetos de Crimea del polaco A. Mickiwewicz (1984). Esplendor (1994) fue su último poemario  . En 1999 publicó la novela Flor de cananas  y en 2002  Azahar y Vitriolo, una selección de textos publicados en periódicos y en revistas entre 1996 y 2001. Posteriormente la editorial Metropolitana editó la primera antología poética , Esplendor. Antología poética (2009).

La tertulia será el próximo jueves 13 de junio a las 19.30 horas, en la Casa del Libro, C/Velázquez n.8, Sevilla. Tendremos la enorme suerte de estar acompañados por dos poetas de calidad: su hermano Jesús Tortajada y su amigo José Julio Cabanillas. Como viene siendo costumbre, la librería nos invita a una copa de manzanilla por gentileza del Grupo de Bodegas de José Estévez.

La poesía de Vicente Tortajada suele incardinarse dentro de la Poesía de la Experiencia- en su veta más reflexiva que narrativa-; pero ya Abelardo Linares aducía que se salía de tales contornos para adentrarse en un mayor irracionalismo. Efectivamente, parece que la escritura de Vicente bebe de diversas fuentes: el simbolismo que podemos hallar en las descripciones de sus poemas -como en el poema Contempla las paredes-; el uso de imágenes y metáforas genuinas e insólitas que reflejan un mundo moderno con sus maquinarias, tal como se hacía en las vanguardias-  su poema Una cruda luz nos puede recordar el Ultraísmo-; la red de referencias culturales con las que cubre sus versos, un tejido intertextual -como hacían, mayormente, los Novísimos-, ya sea con la música, la pintura, la tradición literaria ; cierta ironía que subyace debajo del vitalismo, de la melancolía y del dolor que contiene este libro. Una mirada que resalta la ironía de la vida, su paradoja.

La ciudad, la noche, los amaneceres, el hospital, la palabra, la cultura, la música,  el muelle, lugares decadentes… van tomando significado en sus versos para hacernos mirar la existencia, su belleza, el paso del tiempo, la muerte, desde la perspectiva de quien se enfrenta a una grave enfermedad y siente la cercanía de la muerte. ¿Y dónde está el heno removido,/ las mieses de qué campo?»  Paisajes que divisa desde la ventana de su habitación o desde la ventana de la memoria para quedarse con la luz donde la muerte/ descansa transparente en las higueras.

Concibe la vida como un espectáculo que nos hace olvidar la muerte y de este modo poder vivir su esplendor, tal como nos dice en su poema Era de acuario. El tiempo trae sus cambios , pero en el verso se pregunta… ¿Qué nos espera/ aún? ¿qué cambios a esta vida mía? Son muchas las metáforas con las que quiere retratar la fugacidad de la vida : polvo/ de palabras/ que flotan en el humo de la calle; la vida es como un suelo de aguanieve/ que se va deshaciendo entre las notas. Y me hace pensar si la bandera que ondea hasta el final no será la propia literatura, la palabra, la poesía. Una poesía como exquisito lenguaje, otra forma de decir que cause asombro , un modo de ir detrás de su vida. Hablaremos con más profundidad el próximo jueves de este libro, que a mí personalmente me ha encandilado. El foro es abierto y estáis invitados.

Os dejo algunos poemas para degustar la poesía de Vicente Tortajada , un autor que merece estar muy presente :

 

PAREDES, LABERINTOS

Un paso en la noche. Paredes, laberintos

entre esquinas mojadas,

los cristales mellados- cristaleras de pisos-

y el suelo que la arena comienza a suavizar.

El olor de ceniza de las copas de cisco

impregna los mechones que asoman en la nuca

– o el vertedero en llamas, su olor dulce y podrido.

…Rompe la oscuridad una hoguera lejana.

Al sur

– el resplandor vivísimo,

arcoiris de grasa entre los barcos-

de algún pájaro grande, muy alto va el silbido

como fuego de estrellas,

va marcando los pechos con alambres de espino.

Los muchachos- compás de sangre entre los labios-

se abrazan o se besan, o es un sudor muy frío

al grito de los muelles.

Por un vago temor, el carmín desvaído

y un mínimo jadeo. Risas. Vino

para el amor que ahuyenta

el veneno del aire, la noche,

la muerte sin razón. Altísimos silbidos.

 

AL SONETO Nº  XXVII DE D, JUAN DE ARGUIJO, LLAMADO LA TEMPESTAD Y LA CALMA

Yo vi del rojo sol la luz serena

turbarse, y que en un punto desparece

su alegre faz, y en torno se oscurece

el cielo con tiniebla de horror llena.

El austro proceloso airado suena,

crece su furia, y la tormenta crece.

Y en los hombros de Atlante se estremece

el alto olimpo y con espanto truena;

mas luego vi romperse el negro velo

deshecho en agua, y á su luz primera

restituirse alegre el claro día.

Y de nuevo esplendor ornado el cielo

miré, y dije: ¿ Quién sabe si le espera

igual mudanza á la fortuna mía?

 

Glosa:

 

Vemos irse la tarde tan serena

y que, pronto, la luz desaparece

de las calles. La casa que oscurece…

La lluvia que de gris todo lo llena.

Un temblor en tus labios cuando suena

el aire. Silban, vuelan mirlos. Crece

la tormenta, y el trueno te estremece:

pareces tan pequeña cuando truena…

Pero , pronto se rompe el turbio velo

de las gotas, y tú eres la primera

en descubrir que empieza a abrir el día.

Otra vez sol. Me dices, viendo el cielo:

-Ya cambia… Como tú. ¿Qué nos espera

aún?¿ qué cambios a esta vida mía?

 

LUZ SUAVE

 

Crujen fríos helechos entre las zambullidas…

como una estrella muerta y nítida,

como un espino inmenso

que flota sobre el agua,

el alma.

La palabra líquida.

EL vivero de la melancolía

deshace entre gritos el sueño.

Una miel negra enmarca

la puerta que resguarda la turbina;

y el motor que funciona con deseos

comienza a dilatar las pupilas del día.

Vicente Tortajada

 

 

Encuentro con Jesús Tortajada y su libro «Un buen traje»

un-buen-traje portada

El próximo jueves 24 de mayo a las 19.30 horas estará en nuestro club de lectura- ya sabéis que es en la Casa del Libro de Sevilla, Calle Velázquez nº 8- el poeta sevillano Jesús Tortajada, capaz de iluminar con poesía lo cotidiano, de poetizar el entorno en un verso lleno de sentimiento, y también a veces,  de humor e ironía.  Saber dotar de sentimiento un verso no es fácil, y en mi opinión él sabe hacerlo. En su poesía intimista y reflexiva encontramos la fusión de lo objetivo o exterior , las escenas o anécdotas que acontecen en el día a día, con lo subjetivo o el sentir del sujeto que habla en el poema y que lo hace en primera persona en singular. Lo exterior ( un paisaje, una canción, salir de la ducha, un paseo en bicicleta, una verbena, el olor de un ambientador…) es una excusa o camino para llevarnos al interior, y ese camino lo realiza mediante un lenguaje de tono coloquial y ocurrentes asociaciones- o metáforas- sacadas de nuestra vida moderna, y con buena poesía, claro, la misma claridad que hay en su escritura. La entrada es libre hasta completar aforo. Os esperamos.

Un buen traje

Recuerdo que me dijo un conocido,

quitándose las gafas, componiéndose

como si me ofreciera el magisterio,

«Sin duda, lo mejor que tiene el hombre

en esta vida es un buen traje». Y, aunque

quedó vacilante y asombrado

mi entendimiento, pude rehacerme

(hay que admitirlo dentro de un entorno)

y acepté la elección- tal preferencia

sobre todas las cosas de este mundo…,

es lógico arreglar lo más patente,

lo que a la vista enseña y nos distingue

por la calle: el aspecto…»No te olvides

que no es tan importante el serlo, sino

el parecerlo», continuó diciendo

cuando me dio la mano al despedirse.

Pero cómo le explico yo a este hombre

para que lo comprenda, que a primera

hora de la mañana he releído

El hombre acecha de Miguel Hernández

(buena lectura para abrir los ojos)

y no he sido capaz ni de afeitarme,

me han fallado las fuerzas, me he vestido

como a tientas y sin ningún rigor.

¿Y yo cómo me pongo así un buen traje?,

si lo que necesito es una manta

para el alma. Desnudo, como siempre,

he llegado al trabajo por los pelos.

 

EL ESLABÓN

Mi abuelo fue capaz de convertirse

en servidor y recadero fiel,

y más sumiso que la propia criada.

A sus cincuenta y tantos años fue

-siendo subdirector del Banco Hispano

Americano de Madrid- nombrado

Cliente Predilecto de los puestos

de carnes y elegido, por entonces,

Jefe de Honor de frutas y verduras.

Días después le fue otorgado el título

de Tendero Mayor Plaza de Abastos;

valorado en puntualidad- inglesa-,

en compostura y trato de respeto,

en pulcritud- sus impecables trajes-,

su compra generosa y, sobre todo,

en su afabilidad y en su bondad.

Pero más importante todavía

es el recuerdo de mi padre- aunque

no fue reconocido por terceros.

De él aprendí, al terminar el día,

el dolor de los ojos y el estómago.

Siempre pluriempleado por las tardes

y pluridesvelado por las noches.

Grande de España en entregarse a fondo.

 

Yo quiero continuar la gran cadena

de hombres reconvertibles: los que, a toda

pastilla, se hacen más que humanos- son

una especie a extinguir- por bien del otro.

 

Jesus Tortajada

 

DEVOCIÓN

Melancolía

CANTA: BRUNO LOMAS

 

Suena en la radio una canción antigua,

de hace bastantes años; tan de pronto

la vida a puñaladas, tan de pronto.

Me he quedado rezando, ay, que diga,

cantando una oración, qué va, tampoco,

no sé lo que hago…, recordando, exacto,

sí, eso es, recordar…, no , resufrir.

Y la melancolía de septiembre

suena en los altavoces «fue un adiós

final, hasta la vista…» Hoy insiste

quien por el aire nos dejó tantísima

melancolía, la de aquel septiembre.

Sigue su onda expansiva dando golpes,

quebrando el alquitrán de mi cerebro

-son buches de vinagre que me tomo

ahora que estaba envejeciendo tan

tranquilo- y vuelvo a oler , a revivir

algo que ya tenía superado.

Yo de ese asunto había fallecido

y no tenía más que padecer

(voy en un coche, de regreso a casa,

y en el cristal mis ojos pasan como

los árboles de las cunetas, miran,

uno a uno, los días que han quedado

atrás, aprisa cada movimiento,

repasan velozmente cada roce

y cada gesto, mientras me refugio

en un pequeño brote de naranjo

que guardé en el bolsillo, en despedida).

Ha terminado la canción y aún

postrado, sin recursos, me mantengo

con los ojos cerrados- ya en la radio,

ajenos, cuentan cosas de hipermuebles-

y recuerdo, en voz baja rezo, digo,

canto con verdadera devoción.

 

VADO PERMANENTE

 

Si viniera una grúa bondadosa

para echarme una mano articulada,

cuánto sería mi agradecimiento

-recoge los despojos como nadie.

Tan delicada mano siempre lleva

a donde te chequean , te alinean,

te compensan, te miden los niveles,

te filtran, te…A ese lugar que todo

ser vivo sueña rodeado entero

de ricas grasas y mejor aceite

-el ungüento y el bálsamo que anhela

el organismo accidentado-, toda

clases de útiles y enseres listos

para alcanzar la puesta a punto, para

lograr la puesta en marcha. Y , además,

te dan la garantía de equis tiempo.

 

JESÚS TORTAJADA ha publicado los siguientes libros: Un invierno llevadero (1985), Malosdías (2000), Un buen traje (2003), ganó el Premio Ángaro 2008 con Ruegos y preguntas ( podéis leer poemas de este poemario en este enlace: http://www.tinta-china.net/j_tortajada_14.htm ) y está a punto de publicar un nuevo poemario.