Este río vibrante de luz
y de tarde de primavera.
Desde el puente del Cachorro observo
las piraguas moverse con gracia,
paseantes corredores bicicletas
recorren su orilla en grata armonía
jóvenes tendidos al sol
en el parque juegan los más pequeños
también hay un grupo que practica yoga.
Cerca de mí, una joven rumana
cruza triste el paso de cebra.
Empuja un carro de supermercado
como si arrastrara el peso de su vida.
En él se amontonan todas sus pertenencias.
Irá camino a las chabolas
levantadas al otro lado del río
donde juegan sus niños descalzos y sucios.
de Hallarme yo en el mundo
Ana ha sido un placer pasear por tu blog. Leerte es trazar tu perfil.
Un gran abrazo.
María José
Muchas gracias, María José, todavía le queda mucho al blog, el problema es el tiempo, claro. Abrazos