El jugador mide la distancia
sitúa con precisión su taco
se concentra en el movimiento.
Cuando al fin golpea
la bola negra rebota en una esquina
roza a la bola blanca
ésta se desliza suave
y cae en la tronera.
Pudo haber errado su tiro.
Nunca hay garantía de acierto.
Ana Isabel Alvea Sánchez Interiores, Ediciones en Huida, 2010